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ANALISIS CRÍTICO DE LAS DECISIONES JUDICIALES


Enviado por   •  6 de Octubre de 2011  •  2.004 Palabras (9 Páginas)  •  2.307 Visitas

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ANALISIS CRÍTICO DE LAS DECISIONES JUDICIALES

Todas las manifestaciones culturales de un pueblo deben estar abiertas a las posibilidades de un examen desde las más variadas posiciones del espíritu. Esta posibilidad de libre examen constituye el clima necesario para que el pueblo pueda progresar y cumplir en el mundo elevados destinos. Sobre la voluntad y la inteligencia de quienes forjan en el tiempo la historia de una nación debe caer a cada instante la voz elevada y serena de la crítica. Para que ésta sea fecunda y saludable, debe inspirarse en un noble sentimiento de imparcialidad y justicia, hasta el punto de despertar en todos los miembros de la sociedad la convicción de que al enjuiciar la conducta ajena lo hace el crítico sólo movido por un alto ideal de perfección.

La posición crítica del espíritu humano es una inexorable exigencia de moralidad, por tanto, ella solamente puede surgir y dar resultados provechosos cuando un acendrado tesoro de virtudes cívicas ha hecho posible en la sociedad la manifestación libre, consciente y serena de la voluntad y del pensamiento.

Donde no hay moralidad no hay opinión pública, auténtica y valiosa, ni crítica verdaderamente orientadora, ni noble anhelo de superación.

Particularmente interesante y necesaria se hace la crítica cuando ella tiene como objeto las decisiones judiciales, por cuanto es en los fallos de los jueces donde se realiza una de las más elevadas misiones del Estado. El derecho vivo, positivo y concreto surge cada día de los juicios de valor jurídico que sobre la vida toda de la nación pronuncian los magistrados judiciales.

* El presente trabajo fue publicado en los Nos. 3 y 4 de la Revista de Derecho. Caracas, julio a diciembre de 1944; pág. 4 y sig. 556 Luis LORETO.

Todo juez, desde el más distinguido hasta el más humilde, es un realizador del derecho vivido por el pueblo. Los magistrados judiciales forjan con sus decisiones los anales jurídicos de la nación y modelan en el transcurso de las generaciones el sentimiento de justicia que inspirará las vivencias futuras del pueblo.

A la condición de juez se unía indisolublemente en la antigüedad la de sacerdote, y fue tal la fuerza de esta costumbre antigua que todavía para la época de Cicerón éste podía decir que los jueces eran los oráculos (profetas) de la ciudad entera. La abundancia de su noble dignidad. Un gran jurista italiano, en rectitud, de la honestidad y a estas virtudes le seguía la condigna pobreza. La mayoría de nuestros magistrados vive como los jueces antiguos; en una amplia estrechez económica y en la abundancia de su noble dignidad. Un gran jurista italiano, en hermoso símil, compara la vida de los jueces con la de los talladores de piedras preciosas; "En cierta ciudad de Holanda, dice, viven en oscuras tiendas talladores de piedras preciosas. Todo el día trabajan y pesan en pequeñas balanzas de precisión gemas tan raras, que bastaría una sola de ellas para sacarlos de su miseria. Cada tarde, cuando las han devuelto a quienes las esperan ansiosamente, fúlgidas a fuerza de tallar, comparecen serenos ante ese mismo banco donde pesaron los tesoros ajenos para la cena frugal y, sin envidia, rompen con esas mismas manos que lustraron ricos diamantes el pan de su honesta pobreza.

El juez vive también así". (Calamandrei).

La sentencia rompe generalmente la convicción personal que sobre sus derechos sostuvieron las partes en el juicio. Estas no se resignan a ver menoscabadas sus respectivas pretensiones y, movidas por sus propios intereses, denigran de los magistrados, ofenden la dignidad de la justicia y llegan hasta renegar de las instituciones mismas. Entre todos los miembros del consorcio civil son los litigantes los menos llamados a realizar la crítica de las decisiones judiciales fuera del proceso, puesto que sus pretensiones triunfantes o en derrota no les permitirán enjuiciar con ánimo sereno y con acierto la bondad o la injusticia de las decisiones. Esta posición egoísta de las partes conduce necesariamente a excluirlas de todo sistema racional de la crítica judicial fuera del proceso, así como también a aquellos que patrocinaron en el juicio sus derechos.

LA CRÍTICA DE LAS DECISIONES JUDICIALES

Por otra parte, no todos los miembros de la comunidad que permanecieron extraños a la litis se hallan capacitados, por esa sola circunstancia para cumplir con decoro y autoridad la difícil misión de efectuar en el seno de la sociedad la crítica judicial. Actividad en gran parte técnica; ella requiere en el artífice conocimientos especiales que lo capaciten para advertir las excelencias o imperfecciones de los fallos, ya que la crítica judicial, como toda crítica, no se propone únicamente buscar deficiencias o errores para denunciarlos, sino también méritos para exaltarlos. Pero el que aspire a ser crítico verdadero necesita además de esa capacidad técnica, otra más importante todavía, cual es aquella que podríamos denominar capacidad moral y que está integrada por estas tres virtudes cardinales: serenidad de ánimo, probidad científica y valor para dar publicidad a la opinión. En el crítico hay mucho de educador, y por eso no le basta saber la ciencia o arte en que doctrina, sino que, como guía del pensamiento justo y verdadero, debe tener una palabra iluminada por la llama moral que surge del reconocimiento sereno y honrado de sí mismo. Donde no hay dignidad y nobleza de corazón, no existe crítica saludable v auténtica; puesto que a la opinión del crítico le falta aquello que la hace verdaderamente valiosa: una bien intencionada voluntad.

Todo crítico debería tener presente en su ánimo aquella sabia sentencia que los alquimistas árabes enseñaban a los iniciados: "Para obrar con éxito en el estudio de la química, es necesario, antes que nada, ser sano de espíritu y de cuerpo; aquél que se deje alucinar por su imaginación, extraviar por su vanidad y por sus vicios es tan incapaz de dedicarse a las operaciones de nuestro arte, como el ciego

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