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Alegoría, Metáfora, Imagen Y Sinestesia


Enviado por   •  25 de Junio de 2011  •  942 Palabras (4 Páginas)  •  1.676 Visitas

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Alegoría, metáfora, imagen y sinestesia

Alegoría

Hacia la mitad del siglo XIII, Gonzalo de Berceo compone Milagros de Nuestra Señora, en cuyo prólogo narra su llegada, como romero, a un prado “verde e bien sencido, de flores bien poblado, / logar cobdiciaduero pora homne cansado”. La descripción detallada es inusual en la literatura medieval, sobre todo aquella que incorpora sensaciones (“La verdura del prado, la olor de las flores, / las sombras de los árbores de temprados sabores”), y en esta de Berceo abundan, pero no tienen el sentido que poseen en un poema moderno. En efecto, pocos versos más adelante, el poeta explica el sentido de la descripción: “Señores e amigos, lo que dicho habemos / palabra es oscura, exponerla queremos”, y pasa a señalar la equivalencia de cada uno de los elementos referidos. Nos hallamos ante una alegoría, esto es, un tipo de comparación que equipara un objeto tangible con un concepto. Así, la fe puede ser comparada con una fuente, en la medida en que aquella aplaca la sed física y esta la sed espiritual; o las flores con las virtudes, pues el punto de comparación es la belleza de ambas. La alegoría es un típico recurso poético medieval. Responde a la visión del mundo del entonces, que privilegiaba lo conceptual sobre lo sensorial.

Metáfora

La metáfora puede ser definida como una comparación entre un objeto real y otro figurado, comparación que es posible porque ambos comparten una común cualidad sensible. La metáfora puede adoptar diversas formas de expresión, desde la comparación explícita con el adverbio “como” (“ojos como candelas”) hasta expresiones como “los luceros de tus ojos”, en la que el objeto real, “tus ojos”, es comparado con el objeto figurado “los luceros”, siendo la cualidad sensible el brillo que ambos objetos ostentan. Adicionalmente, los objetos de la metáfora pueden compararse en base a cualidades de otra naturaleza. Así, en “labios de rubí”, los labios se comparan sobre la base del color común, pero también del valor común (como si se dijera “tus labios son valiosos como el rubí”).

La metáfora empezó a usarse en la poesía castellana durante el Renacimiento. La Edad Media era ciega a las sensaciones, pero la nueva mentalidad que empieza a imponerse desde el siglo XVI aprecia la dimensión sensorial de las cosas y eso se refleja en la metáfora. Esta se volverá el recurso poético por excelencia hasta fines del siglo XIX, época en la que se popularizan la imagen y otras formas parecidas.

Algunas metáforas pueden establecer entre sus términos relaciones de, digamos, segundo grado. En una metáfora como “Tu sombra es mi tintero”, la equiparación entre la sombra y el tintero se basa en que ambos son oscuros (el tintero, por la tinta), pero adicionalmente desarrollan otra significación: tu sombra (“tu recuerdo”) me sirve, como el tintero, para escribir.

Imagen

La imagen puede ser definida como un cuadro visual. Es también, en muchos casos, una comparación, pero no se “descifra”, porque el término de comparación no es evidente y, si uno fuerza una equivalencia, resulta solamente

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