Astier: búsqueda, Transgresión Y Fracaso

Trabajo final: “Astier: búsqueda, transgresión y fracaso”

Índice

Astier: búsqueda, transgresión y fracaso………………………………………………….....2

Reflexiones final………………………………………………………………………………7

Bibliografía…………………………………………………………………………………….8

Astier: búsqueda, transgresión y fracaso

“No me importa no tener traje, ni plata, ni nada. –Y casi con vergüenza me confesé: -Lo que yo quiero es ser estimado de los demás, elogiado de los demás. ¡Qué me importa ser un perdulario! Eso no me importa… Pero esta vida mediocre… Ser olvidado cuando muera, esto sí que es horrible.”

El juguete rabioso, Roberto Arlt

El juguete rabioso (1926), la primera novela de Roberto Artl, es una voz incisiva sobre la vida en la década del ‘20 del joven marginal Silvio Astier. El enfoque de este trabajo se centra en la constante búsqueda que realiza el protagonista para encontrar un lugar dentro de la sociedad. Para conseguir la inserción pero más aun el reconocimiento social, Silvio explora varias vías posibles, tanto legales (incorporándose al mundo laboral y a la Escuela Militar) como ilegales (formando parte del mundo delictivo). Pero estos intentos resultan todos infértiles y no prosperan, encontrando siempre el rechazo.

La novela se presenta dentro de un marco confesional y memorial, en donde un Astier adulto narra los hechos vividos por él mismo desde su naciente adolescencia (a los catorce años) hasta su adultez. Pezzoni en Memoria, actuación y habla en un texto de Roberto Arlt expone que el yo enunciador plantea un juego de superposición, aportando información ulterior al tiempo evocado (1986,168).

“Enrique tenía catorce años de edad cuando engañó al fabricante de una fábrica de caramelos, lo que es una evidente prueba de que los dioses habían trazado cuál sería en el futuro el destino del amigo Enrique. Pero, como los dioses son arteros de corazón, no me sorprende al escribir enterarme de que Enrique se hospeda en uno de esos hoteles que el Estado dispone para los audaces y bribones.”

Silvio pertenece al sector popular del Buenos Aires de los años ’20, que está hundida y totalmente limitada en valores. Lo que a él le preocupa es iniciar el movimiento de los engranajes sociales para salir de su clase. La estructura de la novela muestra la búsqueda, transgresión por parte del protagonista, y el rechazo posterior que recibe por parte de los distintos estadios de la ciudad. Así en el primer capítulo Astier se inicia en más de un sentido, primeramente en la literatura de bandoleros, más precisamente la saga de Rocambole, que lo inspira y a su vez, por medio de esta, se educa en un nuevo aprendizaje: el del mal.

Estimulado por las aventuras de este bandolero comienza su aprendizaje con actos puntuales de mal, como la invención de un pequeño cañón que el mismo lo denomina como un monstruo que sirve para matar, y luego junto con sus amigos integraran una sociedad secreta de malhechores, “El Club de los Caballeros de la Media Noche”, en donde cree que puede realizarse y destacarse como individuo dentro de su grupo. Ellos planean el primer golpe del club, y la primera transgresión del protagonista: el robo a la biblioteca escolar.

Este robo resulta paradójico, ya que ellos ven en la educación una finalidad lucrativa y no un valor personal porque esta fue negada para ellos. Por otra parte, roban la biblioteca pública perjudicando a sus pares de clase social que ven en el estudio un medio de superación. “Lo poco que ha quedado alcanza para que termine Lila de estudiar. (…) Lila para no gastar en libros tiene que ir todos los días a la biblioteca.”(49).

Pero al hurto le sigue la persecución policial y ante el susto que esto les ocasiona esta sociedad se disuelve. Esto termina con el sueño de subsistir y ser reconocido como un gran bandolero. A su vez también finaliza su etapa de niño/adolescente porque la realidad de su condición económica carenciada de recursos obliga a Silvio a buscar un trabajo para mantener a su familia.

Así comienza el segundo capítulo “Los trabajos y los días”. Atrapado por las deudas de su familia y bajo el lastimoso y firme pedido de su madre decide omitir su rencor al mundo que le hace sentir un total incompetente y aceptar el orden imperante. Consigue un empleo en una librería de usados, en un intento de integración social por medio de la vía moral, correcta y digna del orden legal. Así se muda bajo el ala de Don Gaetano pero este trabajo lejos de dignificarlo solo le produce humillaciones: las condiciones de vida allí eran infrahumanas, su jefe y esposa eran mezquinos y maliciosos en los negocios. Los libros que ellos vendían, más que de segunda mano, están arruinados y desprovistos de toda dignidad. Apilados en montañas informes, en una promiscuidad maloliente, Astier los visualiza como desechos de la cultura. De alguna manera, él es también un desecho, un desechado, un marginado del saber. Su espíritu muestra una psique en continuo cambio, en donde predomina el desprecio por la vida que lleva y el rencor hacia la sociedad que lo vulnera. “Tenía la sensación de que mi espíritu se estaba ensuciando, de que la lepra de esa gente me agrietaba la piel del espíritu, para excavar allí sus cavernas oscuras.” (76)

“Entonces repetí palabras que antes habían tenido un sentido pálido en mi experiencia.

-Sufrirás -me decía-, sufrirás..., sufrirás..., sufrirás...

-Sufrirás..., sufrirás...

-Sufrirás...- y la palabra se me caía de los labios. Así maduré todo el invierno infernal.”(77)

Su existencia deplorable queda evidenciada con expresiones y la define con adjetivos muy precisos como “rencor cóncavo”, e “invierno infernal”. En cada caso la inquisitiva búsqueda interior alcanza esa economía necesaria para incitar a cada lector a que inquiera en sí mismo dentro de sus propias pesadumbres.

Este estado anímico

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