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Comentario De Texto


Enviado por   •  30 de Octubre de 2014  •  2.847 Palabras (12 Páginas)  •  206 Visitas

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Comentario de la última escena de La casa de Bernarda Alba

La mujer como protagonista de los dramas de Lorca es sumisa ante el puritanismo de la religión, la tradición y la sociedad más cerrada de la España de posguerra y frente al machismo que impera aún hoy en día en muchas culturas. ¿Cómo crees que se rebela la mujer de hoy ante los diferentes obstáculos que encuentra en la sociedad moderna para compaginar su labor como profesional y como mujer?

El 8 de marzo de 1945, la actriz Margarita Xirgu estrena en el Teatro Avenida de Buenos Aires la última obra de Federico García Lorca, “La casa de Bernarda Alba”, a la que había titulado “Drama de mujeres de los pueblos de España”. El drama reside en el fluir de la vida ahogado por la carencia de libertad de sus protagonistas, mujeres encerradas doblemente en el luto de su casa y en el temor al qué dirán de una sociedad anquilosada en el pudor y el miedo a expresar las pasiones humanas.

Federico García Lorca es uno de los dramaturgos más importantes de nuestra historia de la literatura. Nació el 5 de junio de 1898 en Fuentevaqueros, Granada, en el seno de una familia acomodada. Sus posiciones antifascistas y su fama lo convirtieron en una víctima fatal de la Guerra Civil española. Fue fusilado el 19 de agosto y enterrado en una fosa común en un olivar cerca de Viznar.

Nuestro autor es coetáneo de los poetas de la Generación del 27, formada por grandes autores como Pedro Salinas, Vicente Alexandre, Luis Cernuda, Rafael Alberti, Amado Alonso, Gerardo Diego, Manuel Altolaguirre, Emilio Prados y otros. Juntos deciden en 1927 homenajear al poeta barroco Luis de Góngora y mantener unas líneas semejantes en cuanto a la creación artística que por entonces se gestaba. Además, García Lorca entabló amistad con el pintor Salvador Dalí y el cineasta Luis Buñuel. De los principios literarios de su generación, se advierten en las obras de Lorca las innovaciones que aportan las vanguardias, sin olvidar la tradición española y la utilización de un léxico culto, pero también de palabras coloquiales. Pero quizá lo más importante sea el uso de la metáfora que se convierte en un recurso muy importante para los escritores de la época, especialmente adecuado para expresar el surrealismo y en la obra de Lorca, presente en su poesía y en sus dramas, pues no podemos olvidar que nuestro autor era un poeta que pretendía hacer llegar la lírica al teatro a través de un lenguaje cuidado, pleno de recursos.

La casa de Bernarda Alba es un drama sobre la ausencia de libertad de las mujeres. El propio Lorca expresaba en alguna ocasión que cuando se intenta encontrar la libertad, sólo se consigue llegar a habitaciones más cerradas, donde se halla la locura o la muerte.

La obra se basa en la realidad de su época, en la cual lo correcto era mantener el orden y la reputación de la familia en el pueblo. Y si fallecía algún familiar o persona querida, debía guardarse un luto que obligaba a vestir de negro, a no salir de casa ni divertirse. Así pues, la obra empieza y acaba con la muerte y la represión a la que se ven obligadas las protagonistas. Bernarda, que representa la autoridad irracional en toda la obra, desde su “¡Silencio!” en el primer acto, hasta su “¡Silencio!” en el tercer acto, se aferra al pasado y a las tradiciones; del mismo modo, sus hijas anhelan la libertad que toda joven de su edad desea vivir y que su madre impide a toda costa, temerosa del qué dirán las vecinas del pueblo.

Si la tensión dramática surge del conflicto entre dos fuerzas, que son la autoridad de Bernarda frente a la rebeldía de su madre y de sus hijas, el tema fundamental, presente también en otras obras dramáticas, como Yerma o Bodas de sangre, es la dificultad de la mujer para sobrevivir en una sociedad machista, anquilosada en el pasado, temerosa de la maledicencia y las habladurías. Otros temas presentes en la obra son el amor inalcanzable, que conlleva a los celos, la locura y el suicidio, el clasismo que reinaba en la época, así como las desigualdades sociales y la honra asociada a la mujer.

No es casual que todos los personajes de esta obra sean femeninos; se trata de mujeres abocadas todas ellas al sufrimiento si bien, aunque físicamente no aparece en escena, Pepe el Romano, único personaje masculino, es el principal causante del conflicto. Todos ellos son simbólicos: Bernarda es una mujer fría que representa la autoridad y abusa de ella, mientras que sus hijas representan la sumisión y represión. Adela, apasionada y libre sexualmente, es el contrapunto: la rebeldía. El resto de las hermanas no se rebelan: conforman un cúmulo de celos, envidias, sumisión, timidez, traumas y frustraciones. Pepe el Romano encarna la pasión y el erotismo, pero es hipócrita y está dispuesto a casarse por dinero con Angustias, aunque ama a Adela. Tanto la criada como de forma especial Poncia revelan el clasismo que Bernarda deja claro en muchas de sus intervenciones. Finalmente, algunos críticos han relacionado a María Josefa, la madre de Bernarda, con algunos personajes de Sheakespeare, que a través de la locura acaban diciendo la verdad.

El último acto de la obra presenta los encuentros entre Adela y Pepe, cada vez más frecuentes, que Martirio, rota de celos y envidia, rebela a su madre. En representación del hombre de la casa que debiera lavar la honra mancillada, Bernarda dispara a Pepe el Romano y Adela se suicida, creyéndolo muerto. La matriarca vuelve a imponer el luto y el silencio y recuerda a todas las mujeres de la casa que más importante que el suicidio de una hija es hacer creer a todos que Adela ha muerto virgen.

En cuanto a la estructura, se dice que existe una progresión temática en toda la obra, de estructura ascendente. Hay un encadenamiento entre las acciones y las escenas, pues una conduce a la otra inevitablemente. La obra se divide en tres actos: en el primero se presenta a los personajes, los antecedentes y el conflicto. En el segundo acto, el desarrollo, se desata el conflicto. En el desenlace, en el tercer acto, aparece el amor inasequible perseguido y frustrado. Según la entrada o salida de personajes, la obra puede dividirse en escenas.

La última escena presenta la tragedia final. Minutos antes del desenlace asistimos a la discusión exacerbada de Martirio y Adela por tener al mismo hombre. Es entonces cuando hace su entrada Bernarda para imponer su régimen dictatorial, posteriormente aparecen el resto de las mujeres de la casa y la acción se desenvuelve a un ritmo vertiginoso: Adela cree muerto a su amado y se suicida; Bernarda acalla los llantos de todas.

El espacio en el que se desenvuelve la acción es la casa de Bernarda, un espacio cerrado, asfixiante al que los personajes se referirán

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