Del Amor Y Otros Demonios

En el libro Del amor y otros demonios de Gabriel García Márquez se narra la historia de Sierva María de Todos Los Ángeles, una niña de 12 años proveniente de una familia cristiana conformada por Marqués de Casalduero y Bernarda, la madre de Sierva María la odio desde el primer momento que le dio de mamar, ella decidió entregársela a Dominga de Adviento para que la criara, Sierva María se crió junto a los esclavos, aprendió sus ritos, su lengua y las costumbres de la servidumbre africana.

En la ciudad se escucha que un perro había mordido a unas personas y que les había contagiado la rabia, a uno de ellos con el simple hecho de caerle las babas del perro en una herida fueron contagiados.

Ese mismo perro también había mordido a Sierva María, cuando había ido con una sirvienta mulata al mercado para comprar una ristra de cascabeles para la fiesta de sus doce años.

Días después del incidente, se lo comunicaron a su madre, Ella fue a revisar a su hija y vio la marca cicatrizada en el tobillo y no se preocupó más por el asunto. Un mes después una esclava fue a visitar al Marqués para decirle de la peste de rabia que había y que su hija había sido mordida por un perro con rabia. Su esposa le confirmo el hecho, por lo que el Marqués quería dar a su hija todo lo que no le había dado antes porque estaba enferma y pronto moriría. Su padre quiso reintegrarla al mundo en que nació, creyendo que así la haría feliz y le devolvería la salud, Sin embargo, no pudo lograrlo y opta por dejarla en manos de la iglesia. La niña enfermo y sufrió muchas fiebres, por lo que se pensó que estaba poseída por un demonio y el obispo recomendó llevarla al convento de Santa Clara para ser exorcizada.

En esta época los cristianos no son capaces de ir mas allá de lo que dice la iglesia; no pueden darse cuenta de que los gritos desesperados de Sierva María son consecuencia de las prácticas de los curanderos. Además pareciera que el obispo o la abadesa creyeran que lo mejor que pueden hacer por la niña es encerrarla en una celda, mantenerla en terribles condiciones para finalmente someterla a una serie de exorcismos tan crueles como innecesarios.

El padre Cayetano Delaura se da cuenta de la injusticia que se comete con la niña y aun le insinúa al obispo que en realidad, lo que les parece demoníaco “son las costumbres de los negros, que la niña ha aprendido por el abandono de los padres”. Para la iglesia es inaceptable que una niña blanca se comporte como negra y por lo tanto, creen que las costumbres africanas amenazan su cultura.

El padre Cayetano declara su amor por Sierva María al obispo y éste le quitó sus privilegios y responsabilidades, y lo mandó a servir como enfermero de leprosos.

Cayetano en su desesperación por ver a Sierva María averiguó un túnel, para llegar directo hacia la celda de la niña, allí ellos conversaban todas las noches

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