El Licenciado Vidriera

El licenciado vidriera

En 1613 sale a la luz el volumen de Novelas Ejemplares de Miguel de Cervantes Saavedra. Se trata de novelas cortas entre las que se hallan: La gitanilla, El amante liberal, Rinconete y Cortadillo, La española inglesa, El licenciado Vidriera, La fuerza de la sangre, El celoso extremeño, La ilustre fregona, Las dos doncellas, La señora Cornelia, El casamiento engañoso, La tía fingida y El Coloquio de los perros.

De la lectura de dichas narraciones se puede apreciar alguna moraleja o algún ejemplo. En el prólogo, el mismo autor explicará por que las llamó ejemplares:

Heles dado nombre de ejemplares, y, si bien lo miras, no hay ninguna de quien no se pueda sacar algún provecho; y si no fuera por no alargar este sujeto, quizá te mostrara el sabroso y honesto fruto que se podría sacar, así de todas juntas, como de cada una de por sí.

En este trabajo se analizarán algunos aspectos de El licenciado vidriera, en la que posiblemente se satirice la rápida disposición de las personas de la época a reírse de un loco que en muchos casos demuestra mayor cordura y acierto que su entorno.

El texto comienza presentando desde la adolescencia al protagonista Tomás Rodaja. Esta primera parte de la breve novela sintetiza rápidamente los estudios del joven en la Universidad donde el autor hace hincapié en el sorprendente ingenio de Tomás y su buen entendimiento. Luego narra con gran cantidad de enumeraciones y acumulaciones un posterior recorrido por varias ciudades hasta llegar a Salamanca donde deseaba ampliar sus estudios. Además el joven parece presentar un gusto especial por la vida del soldado, siendo este el camino que finalmente tomará.

Una vez graduado en leyes, Tomás Rodaja es envenenado por una dama que, enamorada de él le hace comer un membrillo con yuyos que debían, según su intención, hechizarlo. Tal membrillo provocó una grave enfermedad en Tomás quien pasó seis meses en cama hasta que se recuperó del cuerpo pero quedó insano mentalmente.

Es a partir de este episodio cuando se desenlaza la curiosa historia de Tomás Rodaja, porque su locura consistía en creer que estaba todo hecho de vidrio y padecía de fobias debido a que suponía que cualquier objeto o persona que se le acercare lo haría pedazos. Solicitó que le hablasen desde lejos y le preguntasen cualquier cosa que él le respondería, y sus respuestas demostraron ser de un entendimiento y lógica tan solidas que comenzaron a causar asombro y curiosidad en su entorno. Lo extraño del licenciado Vidriera (que así comenzaron a llamarlo) era que a pesar de sus quimeras y su delirio razonaba con lógica y sabiduría.

El licenciado Vidriera decidió andar en libertad por las calles con la condición de que nadie se le acercase, y su locura se convirtió en una curiosidad para toda la ciudad. Es interesante señalar cómo a partir de aquí hasta que recupera la cordura, la locura del personaje se convierte en un espectáculo público. Su propio entorno lo incita a hablar a pesar de que su razón este perturbada. La extrañez de su locura se torna cosa para mirar por lo que lo rodean durante todo su camino, inclusive la novedad se extiende hasta la corte a donde Tomás se dirige. Allí, y en toda la ciudad, se le permite hablar y responder hallando en su locura un entretenimiento pero también una enseñanza.

A pesar de su locura, Tomás fue requerido por múltiples personajes de toda la ciudad, debido a su ingenio, llegando a ser admirado por todos. Encuentra la forma de decir verdades comprometedoras sin que pueda acusársele de ello; y aunque pueda acusársele, siempre tiene su locura para excusarse. De esta forma, detrás de su delirio hay mayor discernimiento que en las otras personas ya que exhibe una profunda visión crítica de su sociedad, gracias a la sabiduría que el personaje presentó desde el comienzo. Esta dualidad cordura-locura en el personaje facilitan una crítica social respecto de cualquier cosa que se le presente ante sus ojos: los oficios, el matrimonio, la corte, la poesía, las armas, etc. Hay que destacar que esa locura le permite criticar

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