Ensayo De Las Batallas En El Desierto

“Oye Carlos porque tuviste que salirte de la escuela esta mañana, oye Carlos porque tuviste que decirle que la amabas, a Mariana... Por alto que este el cielo en el mundo por hondo que sea el mar profundo no habrá una barrera en el mundo que mi amor profundo no rompa por ti...” Inmediatamente al escuchar estas líneas de la canción “Las batallas” de la conocida banda Café Tacvba viene a mi memoria una de las más pintorescas e icónicas novelas de la literatura mexicana me refiero a la obra cumbre del escritor José Emilio Pacheco “Las batallas en el desierto”.

He leído esta novela en 3 ocasiones, la primera vez que tuve la oportunidad de leerla contaba con tan solo 12 años de edad razón por la cual no fue muy agradable para mi gusto pues la temática en aquel entonces me pareció un poco escandalosa, pero pasados varios años decidí leerla por segunda ocasión y esta vez fue totalmente diferente pues me pareció extraordinaria la forma en que retrata México, y ahora para realizar este ensayo fue la tercera ocasión en que pude disfrutarla.

Una parte que atrajo mucho mi atención de esta novela es el título pues en principio puede asumirse que probablemente se trate de un libro bélico, aunque no tenga nada que ver con lo que realmente narra la historia pues considero que el nombre es tomado de una parte del libro en la que Carlos narra un juego popular entre sus compañeros y que había sido ideado porque durante esa época se libraba la guerra entre árabes y judíos, “comenzaban las batallas en el desierto. Le decíamos así porque era un patio de tierra colorada, polvo de tezontle o ladrillo, sin árboles ni plantas, sólo una caja de cemento al fondo.” Considero que de este fragmento se deriva el nombre del libro. Otro punto que me parece interesante rescatar es la portada original del libro en la que se presenta la imagen de una mujer con una franja negra de censura frente a sus ojos y creo que esto sugiere el misterio que representara el personaje de Mariana en la novela.

La historia es muy fácil de entender pues el autor utiliza un lenguaje sencillo y expresiones usuales de nosotros los mexicanos con el cual nos da una percepción de la realidad. No emplea exageraciones, ni palabras rebuscadas, utiliza el vocabulario como es, lo que facilita la comprensión. Plasma muchos problemas existentes en cuanto a nivel social aunque está situada en un México antiguo pues transcurre durante el gobierno de Miguel Alemán, para aquellos que busquen un esbozo de la ciudad de México en el periodo de Miguel Alemán, encontrarán en Las Batallas en el desierto una ventana a una realidad que se ve olvidada y solo recordada por libros de historia, una ventana no enteramente política, sino socialmente descriptiva, que denuncia la corrupción política de la época, el inicio de un México moderno y el desvanecimiento de un país tradicionalista.” Qué importa, contestaba mi hermano, si bajo el régimen de Miguel Alemán ya vivimos hundidos en la mierda. La cara del Señor presidente en dondequiera: dibujos inmensos, retratos idealizados, fotos ubicuas, alegorías del progreso con Miguel Alemán como Dios Padre, caricaturas, monumentos. Adulación pública, insaciable maledicencia privada.” Al leer esto de inmediato pensé en que la situación es muy similar a la que vivimos actualmente con nuestro presidente solo que ahora él se llama Enrique Peña Nieto.

Es muy probable que el autor haya vivido durante esta época, pues describe con mucho detalle la forma y estilo de vida de esos años, me parece un libro lleno de mensaje y nostalgia, pues nos remonta a una época que nosotros no vivimos, está enteramente involucrado con los acontecimientos históricos de la época, lo que lo vuelve tan real que al momento de leerlo creerás que Carlos está sentado a tu lado narrándote sus anécdotas, el autor ha logrado dar vida a un ser inexistente, dar realidad a una ciudad ahora diferente. Carlos siempre añora su casa, su escuela, sus compañeros, a Jim y sobre todo a Mariana. Nos habla de un México que está experimentando muchísimos cambios políticos, sociales y económicos, las personas de aquel entonces como sucede en la actualidad se preocupaban por ocupar una buena posición social, se hacían nuevas construcciones y avances en la tecnología. Toda la historia se desarrolla en la colonia Roma, en la escuela y casa de Carlos y en el departamento de Jim, describe un México antiguo: “Era el mundo antiguo. Los mayores se quejaban de la inflación, los cambios, el tránsito, la inmoralidad, el ruido, la delincuencia, el exceso de gente, la mendicidad, los extranjeros, la corrupción, el enriquecimiento sin límite de unos cuantos y la miseria de casi todos. Para el impensable año dos mil se auguraba -sin especificar cómo íbamos a lograrlo- un porvenir de plenitud y bienestar universales. Ciudades limpias, sin injusticia, sin pobres, sin violencia, sin congestiones, sin basura. Para cada familia una casa ultramoderna y aerodinámica (palabras de la época). A nadie le faltaría nada. Las máquinas harían todo el trabajo. Calles repletas de árboles y fuentes, cruzadas por vehículos sin humo ni estruendo ni posibilidad de colisiones. El paraíso en la tierra. La utopía al fin conquistada.” Aunque todo lo que se relata sucedió hace muchos años no está para nada alejada de la actualidad, puesto que esto sigue sucediendo, seguimos soñando con una sociedad en donde ya no exista la injusticia, la corrupción y la desigualdad social, nos seguimos quejando de la mediocridad de nuestros gobernantes y esperamos que un día por arte de magia o gracias a la tecnología nuestra vida quede completamente resuelta, nos hemos ahogado en un mundo consumista, prejuicioso y superficial en el que la gente es valorada por lo que posee y no por lo que es y de igual manera seguimos con el proceso de aculturación que desde entonces ya se vivía con el

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