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Ensayo El Hombre Mediocre


Enviado por   •  1 de Octubre de 2014  •  3.429 Palabras (14 Páginas)  •  348 Visitas

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EL HOMBRE MEDIOCRE

José Ingenieros

El autor a través de su obra, hace una descripción del comportamiento humano refiriéndose a su actitud frente a la existencia, clasificándolo en dos categorías, la primera del hombre mediocre, aquel conformista que se adapta perfectamente al pensamiento y comportamiento social, viviendo del día a día, con una preocupación nada más que de respirar, rechazando todo aquello que para su concepto se des adapte a la sociedad a la que defiende a capa y espada. La segunda, es el hombre idealista, ese sujeto que se preocupa más allá de la mera existencia biológica, aquel que sabe combinar la realidad o la experiencia, con sus ideales, aquel que se preocupa a diario por el perfeccionamiento de su espíritu, del aprendizaje más allá de la educación que la sociedad le brinda, de aquel legado que le dejan sus antepasados, aquel hombre que a pesar de la estigmatización de la sociedad se propone dar un giro a los convencionalismos sociales, aquel que se esfuerza en dejar una huella en el suelo que pisa, y en el alma que toca.

CAPITULO I

EL HOMBRE MEDIOCRE

En este capítulo, el autor ejemplifica el hombre mediocre, con un pastor que siempre ha visto lo mismo, y su vida ha sido lo mismo, y seguirá siéndolo, porque él nunca ha buscado otra cosa, y aunque este rodeado de belleza, o de misterios de la naturaleza, para él será lo mismo que ve todos los días, porque nunca ha visto más allá, “él es apenas, un objeto en el cuadro”.

Al hacer un análisis de la realidad actual de nuestra cotidianidad, nos encontramos con un paisaje similar al del pastor, por ejemplo, en el ambiente universitario, nos acostumbramos a no exigir nada, a quedarnos con lo que nos dan, aunque lo que nos digan en el aula, este equivocado, nosotros nunca vamos más allá, no investigamos, no nos preocupamos por el futuro ejercicio profesional, sino simplemente por terminar lo más pronto posible la carrera y comenzar a recibir plata, entonces nos quedamos como aquel pastor, engullimos lo que nos venden los medios de comunicación, y señalamos a todo el que diga lo contrario.

La realidad del país no es más alentadora, los colombianos somos los expertos en mediocridad nos dejamos manipular de los medios, de los políticos, de cualquiera que nos diga hacia dónde ir, si la sociedad usa un celular que no podemos comprar, nos sentimos inferiores y nos endeudamos si es necesario para poder comprarlo, llenamos la casa de cosas que no necesitamos, y nos reímos del que no tiene lo mismo, o de aquel que no se preocupa por ello.

En este punto, Ingenieros exalta el papel de la educación en la actitud del hombre, para evitar caer en fanatismos, supersticiones o prejuicios absurdos.

Entonces aquellos hombres mediocres terminan siendo un cumulo gigantesco, que conforman un muro casi infranqueable, que se unen para atacar a cualquiera que quiera romper esos esquemas, entonces, si entre ellos hay uno que piensa que el aborto debería ser legal en cualquier caso, o que Dios no existe, ellos se unen para exterminarlo, porque este hombre no tiene la capacidad de escuchar razones o de discutir sus convicciones, porque le tiene miedo a la transformación.

Ingenieros plantea como el hombre debe ir evolucionando a la par con la vida misma, porque esta al igual que la naturaleza no es estática.

El alma del hombre está a disposición de un crecimiento constante, de la búsqueda del perfeccionamiento, es la decisión que debe tomar cada individuo, de seguir una línea que le impone la sociedad, o que le han legado sus antepasados, o construirse así mismo, ser algo más que el prototipo de hombre que la sociedad espera.

Ingenieros, los llama hombre sin personalidad, aquel que pasa por la vida sin dejar rastro, que le teme a la vida misma, ni vive más que por vivir, procura pasar desapercibido, pero no habría razón para existir si se pasa por la vida sin dejar nada, sin tocar un alma, sin marcar una huella. Su existencia no se nota, se van sin que nadie sienta su ausencia.

Comparto el planteamiento del autor cuando dice que la vida no se materializa si no cuando nos forjamos un ideal, de lo contrario la existencia, se nos queda en eso, mera existencia.

Al final terminamos tildándonos de un tipo de hombre al que Ingenieros le llama hombre normal, esa creencia de que no hacer nada, de quietud, de rutina, que pensamos que nos hace encuadrar en la categoría de hombres normales, porque no queremos pensar en que en realidad somos unos mediocres, como lo califica Lombroso, citado por Ingenieros, “animal doméstico”. Este hombre tiene una única preocupación que es imitar y repetir.

Otro factor que juega un papel muy importante es el legado de las generaciones, por ejemplo, en Colombia, los primeros regalos que recibe una mujer son un bebe de juguete, una plancha y una cocinita, y los hombres un balón y un carro, entonces las mujeres crecen con la mentalidad, que su función en el mundo es reproducirse y cocinar, esta influencia en la mentalidad del individuo, forja la personalidad de la mediocridad, siempre y cuando este no se forje ideales de vida, no sueñe, no construya su futuro, no se esfuerce por diferenciarse del resto, por no ser otro del montón, por tener criterio propio y alejarse del prototipo social cuando lo crea necesario.

Otra cosa importante que plantea el autor es la necesidad de un equilibrio, no se refiere a aquel hombre que vive negando la existencia de todo, y contrariando todo, simplemente porque si, el hombre idealista tiene razones, el piensa, indaga, investiga, no hay que caer al extremismo porque terminaríamos en algo peor que la mediocridad.

Para Ingenieros, el hombre mediocre, tan aferrado al pasado y a las convicciones que de él ha recibido, es necesario en la existencia de la humanidad porque son el hilo conductor que mantiene el pasado con el presente unidos, y porque para él es necesaria la oscuridad para valorar la luz, yo difiero de la posición del autor, puesto que considero que el mundo podría subsistir únicamente con hombres idealistas, porque si nos desaferramos del pasado, podríamos pensar únicamente en qué hacer en el presente para construir el futuro. Ingenieros también plantea que es indispensable el idealista, el innovador, pues es el quien construye el futuro y permite el progreso de la sociedad, en ese sentido si considero que el idealista es indispensable si sabe combinar la realidad con sus ideales. Ese legado que el mediocre defiende con tanto apego es el resultado del esfuerzo de hombres idealistas de sus tiempos, porque como ya se había dicho la vida evoluciona, el ideal de ayer no será el ideal de hoy.

Ese hombre

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