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Ensayo Sobre La Odisea De Homero


Enviado por   •  30 de Marzo de 2015  •  2.274 Palabras (10 Páginas)  •  14.125 Visitas

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LA ODISEA

En el libro de la odisea nos podemos dar cuenta de las innumerables desgracias que tuvo que pasar y superar Ulises, sin embargo, y a pesar de las tentaciones siempre se mantuvo centrado en su pensamiento y deseo de regresar a su patria, y a su familia Lo que lo lleva a lograr su meta es el amor y el deseo que sentía por hacerla realidad, lo que siempre lo impulso a no desfallecer, ser valiente y fuerte en la situación que lo amerito.

La vida misma es hecha por el amor, ya sea por los dioses de Ulises o por mi Dios, lo único importante es que cualquiera que haya sido nuestro creador, nos hizo con amor, dándonos la oportunidad de vivir, de sentir y de ser motivados “Nunca vi que los dioses mostraran a un hombre el afecto que a la vista de todos mostraba a tu padre Atenea...” El amor es un sentimiento que al igual de la fe puede mover montañas, porque en el libro mueve al mismo Ulises a soportar las desdichas que le envía el dios Neptuno quien le guarda rencor , sin importar cuantas odiseas tuvo que pasar, Ulises siempre se mantuvo firme en su posición. “Pero si verdaderamente es Odiseo que vuelve a su casa, ya nos reconoceremos mejor, pues hay señas para nosotros que los demás ignoran”

En la vida siempre se nos presentan obstáculos, lo importante es que siempre tengamos una visión clara de lo que queremos lograr y alcanzar para nosotros, sin importar cuán grande sea el desafío lo importante es la firmeza que se tiene. En el libro se refleja claramente estos obstáculos que son colocados por los dioses y en la vida diaria tienen el nombre de destino, sin embargo, los mismos dioses que nos hicieron, también nos dieron la capacidad de superar con grandeza estos obstáculos.

Estas capacidades se reflejan en Ulises en su valentía, astucia, y agilidad que contenía en sí mismo, lo que lo llevo a librar grandes batallas como la de Troya, o a librarse del Ciclope, lo que logra con un carisma y astucia inigualable, tal como lo narra el libro, al hacerse pasar por “nadie” hace que ningún otro ciclope le crea lo que dice, y así logra escapar ileso hasta su balsa junto con todos sus compañeros, pero al igual que las virtudes otorgadas por dioses también tenía defectos, y uno que se puede captar con gran facilidad es la imprudencia de este simpático personaje, este defecto en varias ocasiones casi lo lleva a una muerte segura, sin embargo no fue así.

Pero Ulises no es el único personaje con un corazón lleno de amor, también el de su hijo Telémaco y el de su esposa Penélope, que le guarda fidelidad hasta el momento de su retorno a Ítaca. “Telémaco abrazó a su buen padre, entre sollozos y lágrimas. A entre ambos les vino el deseo del llanto y lloraron ruidosamente, plañeando más que las aves –águilas o buitres de corvas uñas- cuando los rústicos les quitan los hijuelos que aún no volaban; de semejante manera, derramaron aquellos tantas lágrimas que movían a compasión” El amor que Penélope sentía por su adorado esposo fue lo que la impulso a no desfallecer en su larga espera, y a tener una gran astucia para engañar a sus pretendientes mientras con esperanza aguardaba el pronto regreso de su amado esposo.

Telémaco al cumplir una edad suficiente para tomar sus propias decisiones, decide impulsado por el auxilio de la diosa minerva a ir en busca de información de su añorado padre demostrando en esta búsqueda gran valentía, y haciéndose merecedor del respeto y admiración de los demás guerreros, creando fama por sus propios meritos, y siendo reconocido por sus propias virtudes, lo que demuestra que los hijos podemos hacer sentir muy orgullosos a nuestros padres, cuando fijamos metas altas, y que la formación en valores nos ayudan a enfrentar las dificultades de la vida con fuerza, valor e inteligencia.

Además de exaltar las virtudes de los protagonistas también vemos personajes mezquinos, ruines, poco compasivos, que se burlan de los que han caído en desgracia, y aun peor que aunque estando al mismo nivel carecen de compasión, como lo refleja el mendigo Iro, y la esclava de Penélope, en las palabras crueles, que le dicen a Ulises cuando este, se haya personificando a un mendigo.

Muy sabio resulta el pensamiento de Ulises en la discusión con Iro cuando le dice: “De cuantos animales respiran sobre la tierra, ninguno tan débil como el hombre. En la fuerza de su juventud le vemos insolente y presumido, lejos de los males que pueden sobrevenirle. Y cuando el infortunio le alcanza, carece de facultades para soportarlo.”

Estas palabras deben llevar a reflexionar sobre nuestro comportamiento diario, de modo que lo jóvenes no debemos creer que por que estamos en esta etapa de la vida no nos pueden ocurrir desdichas, por esta razón debemos respetar a los mayores, a los ancianos, y a quienes no tienen mucha suerte en la vida, porque no sabemos qué fue lo que lo llevo a sufrir ahora, tal vez, fue por discriminar a los mendigos o a los pobres, así que debemos ser misericordiosos y en especial ser respetuosos.

Un buen ejemplo de esta misericordia y caridad es bien vista en Eumeo u la de la reina Arete, quienes desde puntos muy distintos, el uno muy pobre y la otra muy rica tienen un gran corazón que los lleva a ayudar al pobre de Ulises que solo deseaba regresar a su patria.

En el apartado anterior aludía a la morriña como una constante manifestada por Odiseo en distintos ambientes; en cualquiera de los episodios narrados, el mayor deseo manifestado por el héroe, una vez finalizada la Guerra de Troya, era regresar a su patria con los suyos para alcanzar una vejez tranquila.

Parece evidente que el autor quiso resaltar este sentimiento de desesperación ya desde el inicio de la obra. Así, al comenzar el canto I y en la primera mención del protagonista, escoge la siguiente frase comparativa:

“Y solamente Odiseo, que tan gran necesidad sentía de restituirse a su patria y ver a su consorte, hallábase detenido en hueca gruta por Calipso, la ninfa verenanda, la divina entre las deidades, que anhelaba tomarlo por esposo” (I, 11-15) .

La primera imagen que se ofrece de Odiseo es la del único participante en la Guerra de Troya que, todavía con vida, no ha completado su nostos, es decir su regreso. El héroe está apesadumbrado y la pena que le embarga es la lejanía de su mujer –ampliable, como veremos, a la familia- y de su hogar.

Sin embargo, la situación de Odiseo, a no ser por el sentimiento descrito, podría ser paradisíaca; se encontraba la isla de Ogigia, junto a la diosa Calipso, hija del sol, que, enamorada de él, le ofrecía no sólo una vida sin penalidades, sino también la inmortalidad eterna, con la única condición de que permaneciera

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