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Ensayo Un Pavo Real En El Mundo De Los Pinguinos


Enviado por   •  23 de Mayo de 2013  •  1.139 Palabras (5 Páginas)  •  633 Visitas

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Érase una vez, y no hace tanto de eso, que los pingüinos dominaban muchas tierras en el Mar

de las Empresas. Aunque no siempre eran sabios o estimados, siempre tenían el mando.

La mayoría de las empresas eran parecidas: los altos ejecutivos y los gerentes usaban el traje

característico de los pingüinos; mientras que los obreros – aves de muchos tipos – se vestían con ropas

y colores de acuerdo con su trabajo y su estilo de vida.

A las aves que aspiraban a ascender en su empresa se les incitaba a ser lo más parecidas

posible a los pingüinos: a caminar con pasos cortos, a imitar su manera de andar, a usar el traje de

pingüino y a seguir el ejemplo de sus jefes.

Los departamentos de desarrollo de los empleados ofrecían programas intensivos de

capacitación sobre el comportamiento del buen pingüino.

Las reglas y las normas eran claras desde el primer día. De manera sutil, y a veces no tan

sutilmente, los pingüinos aconsejaban: “Así hacemos las cosas aquí. El que quiera triunfar tiene que ser

como nosotros y punto”.

Las aves que estaban interesadas en moverse dentro de la ley del más fuerte se esmeraban en

poner cara de pingüino y en portarse como pingüinos. Pero incluso ellas comprendían que nunca

llegarían a los puestos claves. Se daba por sentado que todos los pingüinos eran jefes naturales y que

eran ordenados, leales y podían trabajar en equipo; y se sabía que anteponían los intereses de la

empresa a sus asuntos personales. De las otras aves se creía que eran más volubles y menos

confiables.

Por supuesto, esto nunca se decía en voz alta, ni por escrito. Porque, como en toda empresa,

los pingüinos querían dar la impresión de ser amplios y estar siempre listos a estimular el talento, la

dedicación al trabajo y los aportes de sus colaboradores. Pero en el fondo, todos sabían que los

pingüinos siempre habían sido y seguirían siendo los mandamases.

Los mayores acostumbraban poner a los menores bajo su ala protectora y guiarlos por el camino

del éxito. Los llevaban a jugar golf y a trotar, y hablaban con ellos de fútbol en los almuerzos de oficina.

Se notaba a leguas cuáles eran los pingüinos más importantes. Y era evidente que se sentían mejor sólo

cuando estaban entre ellos.

Todo era armonía en el Reino de los Pingüinos, siempre y cuando se aceptaran sus reglas del

juego. Las demás aves de la empresa sabían como debían obrar para que los pingüinos se sintieran

cómodos y seguros. Pero un día las cosas empezaron a cambiar en el Reino de los Pingüinos…

A los mayores les dio por recorrer otros lugares, donde conocieron unas aves muy interesantes

que les llamaron la atención por su capacidad gerencial, su experiencia y sus realizaciones. “Estas aves

no son pingüinos – pensaron los mayores - , pero quizá podrían convertirse en pingüinos si las llevamos

a nuestro país y las entrenamos a nuestro acomodo... Con seguridad estas aves tan notables y

extraordinarias podrán adaptarse a la forma de vida del Reino de los Pingüinos, y con su talento

contribuir a que lleguemos aun más lejos. Nuestro clima es distinto – frío y desapacible -, y como

nuestra tierra no hay otra: helada y yerma. Pero si a pesar de las circunstancias, nosotros hemos sido

capaces de salir adelante, quizá estas aves también puedan prosperar. Si son tan inteligentes como

parecen, se acomodarán a nuestro clima y a nuestras costumbres”.

Y así fue como Pedro, el pavo real, llegó al Reino de los Pingüinos...

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Claramente, Pedro no tenía nada que ver con los pingüinos. En realidad era la antítesis de la

pingüinidad.

...

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