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LA CASA DE BERNARDA ALBA, RESUMEN


Enviado por   •  12 de Agosto de 2014  •  1.867 Palabras (8 Páginas)  •  501 Visitas

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ACTO PRIMERO

La obra comienza con un diálogo entre las dos criadas, la Poncia y la Criada. A través de este diálogo, observamos el odio que existe entre Poncia y Bernarda, a la que ha servido y obedecido sin protestar. Y si algo no se había hecho a su gusto, exagera los hechos para poder acusarla. Se oyen las campanas de la iglesia: el marido de Bernarda Alba ha muerto y se está celebrando el funeral. Bernarda llega a su casa, seguida por las mujeres del pueblo. Las mujeres que la acompañan, todas vestidas de luto, se ponen a hablar y Bernarda hecha a la Poncia discriminándola por sus estatus social (cosa muy importante para Bernarda). Las mujeres del pueblo odian a Bernarda por su frío corazón, su mal genio y sus habladurías. Había una gran crueldad en los pensamientos de Bernarda, consecuencia de su insoportable comportamiento. Bernarda y las mujeres del pueblo hablan sobre la necesidad que tienen las hijas de la anfitriona de tener un novio, pero Bernarda les manda a callar y lo niega, porque ella piensa que los hombres que hay en el pueblo no son dignos para sus hijas. Después de marcharse, las mujeres se reunieron con sus maridos (que esperando en el patio), y Bernarda les dice a sus hijas que se preparen porque se han tapiado las puertas y ventanas van a llevar a cabo un luto de ocho años. Todas se resignan, excepto Adela. Ésta habla con su hermana Magdalena y le dice que quiere salir a la calle y que no quiere que su madre la domine. A todas las hermanas les da lastima porque es la más joven de todas, las más agraciada y a la cual le queda toda la vida por delante. Adela, llena de rabia e impotencia se marcha a su cuarto. Cuando todas las mujeres y hombres se marchan, las hijas de Bernarda comienzan a hablar de la herencia que les ha dejado su difunto padre. Angustias, la hija mayor de Bernarda, es la que se lleva la mayor parte y por eso Pepe el Romano, que es el mozo más apuesto del pueblo le va a pedir matrimonio. Las demás hermanas comentan la suerte de Angustias y al mismo tiempo, todas, muertas de envidia, empiezan a criticar a la hermana porque en realidad todas se morían de ganas de poder estar con un hombre. En este mismo momento entra Adela al salón, vestida con un vestido de color verde, que refleja el sentimiento de libertad y felicidad que existe en Adela. Pero como su madre no les permitía llevar vestidos de colores por el luto, se veía obligada a llevarlo solo dentro de casa. Adela entra en el salón y lo primero que le dicen es que se lo debería regalar a Angustias

porque se va a casar con Pepe el Romano. Adela estalla. En ese momento de tensión, una de las hermanas dijo que Pepe el Romano estaba pasando por delante de su casa, por lo que todas fueron a la ventana para verlo. Una vez dentro de casa aparece María Josefa, la madre de Bernarda, diciendo que quería volver a casarse. Bernarda la manda inmediatamente a su habitación.

ACTO SEGUNDO

En el segundo acto, las hermanas y la Poncia están cosiendo y bordando las sabanas de sus ajuares. De repente Magdalena le pregunta a Adela si no va con ellas a coser, pero no le responde, entonces las demás hermanas empiezan a comentar lo extraña que estaba últimamente, hasta que la conversación desemboca en Pepe el Romano y Angustias, de lo tarde que se había ido la noche anterior. Una de ellas de preguntó a Angustias de que estaban hablando y no les quiso contestar. La Poncia comenzó a contarles cómo había sido la declaración de su marido. Éste se había acercado a su ventana, se saludaron y estuvieron más de media hora los dos callados. La Poncia estaba muy nerviosa y con ganas de que él dijera o hiciese algo, y él, muy fogoso se acercó a la reja y comenzó a acariciarla. Luego empezaron a reír todas y la Poncia explicó su experiencia matrimonial entre alabanzas risas de las chicas. De repente Magdalena sale del cuarto y va a buscar a Adela. En cuanto entran en el cuarto donde estaban todas, Martirio no hace más que preguntarle acerca de la mala cara que tiene y el cansancio. En ese momento llega a la casa el hombre de los encajes y salen todas menos Adela y Poncia, que se quedan solas. La Poncia le dice a Adela que lo sabe todo acerca de su enamoramiento, sabe que una de las noches que Pepe el Romano vino a ver a su hermana, Adela se puso junto a la ventana desnuda y con la luz encendida; sabe que cada noche se levanta muy tarde y se va hacia el granero, donde Pepe le espera, y que es por eso por lo que tiene esa cara de cansada y esas ojeras, pero le dice que ese hombre es para su hermana y nunca será para ella. Entonces Adela, ofendida, reta a Poncia, y la criada le dice que se lo dirá a su madre si ella no le deja en paz, pero Adela no tiene intención. Vuelven las demás hermanas. De repente sienten, a lo lejos, los muchachos que trabajan como segadores en los campos, de pueblo en pueblo. En ese momento pasaban por la calle cantando y todas las hermanas se fueron a la ventana a mirarlos. Cuando acabaron de pasar, una de las hermanas, Angustia, dice que alguien le ha quitado el retrato de Pepe,

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