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LOS FUNERALES DE LA MAMÁ GRANDE (GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ )


Enviado por   •  12 de Octubre de 2014  •  582 Palabras (3 Páginas)  •  371 Visitas

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LOS FUNERALES DE LA MAMÁ GRANDE (GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ )

La Mamá Grande representa a la autoridad mayor, repetida una y mil veces, en una sociedad sudamericana donde el caudillo digita la vida y hacienda de todo; en este relato, alcanza una envergadura tal que llega a ridiculizar las conductas de todas las instituciones de los países latinoamericanos, y hasta tal vez, de las instituciones del mundo entero. La Mamá Grande es la dueña y señora, por herencia y por autoridad, de un vasto imperio rural en el que viven muchísimas familias. Todas estas deben pagar el arrendamiento de las tierras que habitan, como también rendir tributo a la familia que durante muchas generaciones tuvo el dominio de una vasta región del país. Así, las uniones matrimoniales se han ido produciendo por amor o por conveniencia, pero siempre con el acuerdo o la aprobación de la principal figura familiar. Los descendientes varones se han dedicado a procrear, tanto legal como ilegalmente, valiéndose del derecho de pernada, y todos entremezclados conviven dentro de la gran propiedad de la Mamá Grande. Ésta siente un día que se acerca el momento de su muerte y que no llegará a cumplir los 100 años, como esperaba. La enfermedad la acosa cada vez con mayores sufrimientos, y llama entonces a sus sobrinos, principales herederos de esta mujer, que, siendo capaz de criar a semejante familia, muere soltera y virgen. Su prestigio es innegable, su fortuna, supuestamente incalculable. Nada se hace o deshace en su entorno sin contar con su conocimiento y aprobación, como si hasta la naturaleza entera formara parte de su patrimonio. Al sobrino mayor encarga la redacción del reparto de sus bienes, incluidos supuestos tesoros enterrados en sus dominios en la época de la Independencia. La política no le fue ajena, tampoco la guerra; armó ejércitos y socorrió heridos, falsificó resultados electorales, apoyó, reprobó, en una palabra fue el pilar de la Patria.

Ahora está cercana a la muerte, y el sacerdote ha sido llevado hasta la casa donde está agonizando; no alcanza a completar la enumeración de sus bienes y expira. Su fotografía de los veinte años es instalada en todos los diarios del país y la noticia de esta muerte consterna al Presidente, que decide rendir honores a semejante institución, como lo es la Mamá Grande. Todo el equipo ministerial, el Congreso, todos los poderes, en suma, se adhieren al luto, mientras se decide bajo qué figura jurídica se dará al Presidente la posibilidad de asistir a los funerales. También el Papa se entera, al ver en un periódico la fotografía que alguna vez le fuera regalada. También decide asistir, y parte rumbo a las tórridas regiones donde un emblema de la religión ha expirado. Los días pasan y a causa de los 40º a la sombra, el enorme cuerpo de la Mamá Grande es preservado químicamente para aguantar hasta el día del Funeral. El Papa sufre los sopores

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