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La Abogacia


Enviado por   •  16 de Noviembre de 2013  •  2.896 Palabras (12 Páginas)  •  352 Visitas

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La abogacía

La presente obra titulada la abogacía del licenciado en derecho Jesús G. Sotomayor Garza es en principio una breve introducción al mundo del “abogado” mencionando de principio los orígenes de tan antigua profesión dándonos un recorrido por las civilizaciones en donde la figura de una persona defendiendo o representando a otra ya estaba presente en épocas de suma importancia formando así parte de la historia de la humanidad,

Y toda esta introducción por parte del antes mencionado escritor es con el propósito de dar a conocer el origen de la profesión de una manera cronológica, tomando en cuenta que en un principio y en las civilizaciones posteriormente mencionadas al “abogado” no se le conocía como tal y tampoco fungía con las mismas actividades hoy desempeñadas por un profesional del derecho, pero por lo que hacían en esos tiempos se les catalogaba como tal.

Podemos empezar con una civilización en donde se tienen registrados los asentamientos humanos más antiguos, y es la civilización sumeria. Esta civilizaciòn tiene una importante aportación a la humanidad, siendo la invención y desarrollo de la escritura una revolución entre los hombres.

Esta civilización primeramente se regía por los usos y costumbres que conformaban el derecho escrito, entonces con la invención de la escritura pero una vez introducida la escritura se inició la codificación escrita de los usos y costumbres imperantes para dar paso al derecho escrito.

Las primeras legislaciones escritas fueron las leyes sumerias. En este territorio se desarrolló una importante labor legislativa y entre estos ordenamientos se encuentra el Código de Hammurabi, así podemos deducir que desde remotos tiempos se establecen los derechos y obligaciones de la sociedad. De lo anterior surge la creación de la abogacía si bien no aparece como profesión formal, lo hace como una actividad para la defensa de personas, derechos, bienes e intereses. En el Código de Hammurabi no se mencionaban a los “abogados” más bien se mencionaban personas defendiéndose a sí mismas. Pero en dicho código surge un personaje denominado escriba público, el cual debería de ser experto en leyes, además perito en la escritura cuneiforme y definitivamente podría asemejarse al actual abogado-notario, se menciona que redactaba contratos y otros actos jurídicos.

Surgieron otras civilizaciones en las que el personaje del “abogado” tiene relevancia de acuerdo a los actos que este realizaba como la civilizaciòn de Grecia, Roma y México.

En Roma la profesión del “abogado” alcanzo su mayor esplendor ya que la abogacía era considerada como un verdadero sacerdocio, además de noble y augusta profesión. En Roma se dio inicio propiamente de lo que hoy conocemos como la mencionada profesión de la abogacía, puesto que a la persona que se dedicaba a interceder por otro ante el foro romano se le daba un título de patrono. Posteriormente se les fue asignado el de advocati que quiere decir el llamado o el que aboga por otro. Algo importante de este imperio romano es que la participación de las mujeres en la dicha profesión estaba permitida y dos ejemplos de esto fueron dos mujeres que tuvieron una importante participación Amasia y Hortensia con brillantes y magnificas intervenciones oratorias jurídicas, sin embargo se menciona la participación de una mujer llamada Afrania que según sus colegas hombres tuvo una muy mala intervención, molestando así a los pretores( que eran magistrados con la función principal de administrar justicia).

La abogacía en México, al igual que grandes civilizaciones, aun sin tener el peso o característica de profesión siempre ha existido y esto se remonta al actuar de las civilizaciones que radicaron en nuestro territorio como podrían ser la Azteca y la Maya entro otras civilizaciones de menos peso pero con gran importancia como la Olmeca, la Tarasca, la Totonaca, etc. Es en donde mi clase de historia del derecho Mexicano entra, mencionando la organización judicial por ejemplo de la cultura Azteca que constaba de tribunales, magistrados y jueces que impartían la justicia de su época, el derecho que existía era un derecho no escrito pero que bien tenían el conocimiento de su existencia y así las civilizaciones lo adoptaban. El título de “abogado” se veía un poco borroso pues según el libro no se tienen claras evidencias de algún personaje como tal pero se menciona a uno que cuyas funciones eran semejantes a las del actual “abogado” y era llamado tepnatlatoanis.

Ya en la época colonial, sucede un acontecimiento de suma importancia pues en 1553 Fray Bartolomé Frías y Albornoz dicta la primera cátedra de Derecho en la Real y Pontificia Universidad de México. Los primeros “abogados” fueron de nacionalidad española.

Habiendo visto ya los orígenes con respecto a la profesión de la abogacía, y recordando los nombres dados por cada civilizaciòn a los personajes dedicados a realizar la actividad de abogar por otros, el libro analiza la figura del abogado.

A lo largo de la historia y variando entre una civilizacion y otra se fueron necesitando un cierto número de requisitos para poder ejercer como un “abogado”, como la edad, el sexo, el ser pulcro de conducta, los estudios y la práctica y comprobar la acreditación de dichos estudios.

Toda persona que pretenda dedicarse a cualquier actividad humana debe de contar con una serie de características que la hagan idónea para desarrollar el oficio o profesión. Con mucha más razón los que aspiren a la actividad de la abogacía.

La vocación profesional es la inclinación natural de una persona por un arte, profesión o un determinado género de vida. En nuestro concepto en primer término no deberá responder a la tendencia en su fuero interno existe, respecto a la sensibilidad de lo justo, tener una inclinación por la defensa de los demás y estar dispuesto a exigir a las autoridades el cumplimiento de las normas que amparan a los ciudadanos entre otras cosas. En este mismo apartado el autor menciona el decálogo del abogado en el artículo X “AMA TU PROFESIÒN. Trata de considerar la abogacía de tal manera, que el día que tu hijo te pida un consejo sobre su destino, consideres un honor para ti proponerle que sea abogado”. (Este punto para mí, me resulta motivador me gustaría algún día poder decirlo.)

La preparación académica es de suma importancia para la formación de un profesional del derecho, y en el caso de la preparación de un abogado como lo menciona el libro citado, debe ser muy amplia pues no solo hay que limitarse a códigos y demás propios de la carrera profesional, si no también hay que abarcar otros temas, políticos, económico, de salud, de historia, entre otros muchos temas de interés

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