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La Decisión más Dificil


Enviado por   •  31 de Octubre de 2014  •  2.325 Palabras (10 Páginas)  •  264 Visitas

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La película La decisión más difícil reanuda el polémico uso del diagnóstico genético preimplantatorio (PGD) para tratar enfermedades genéticas en otro hijo ya nacido. Mediante la selección de embriones, esta técnica permite el nacimiento de un bebé histocompatible con el hermano enfermo. Las células madre del cordón umbilical del recién nacido podrían curar la enfermedad del hermano mayor. Pero los embriones sobrantes, su manipulación y las dificultades clínicas de la técnica la ponen en el banquillo. Se convocó a cuatro especialistas para debatir las cuestiones bioéticas y médicas que acarrean el tema.

Unos padres que están dispuestos a hacer todo lo posible para salvar la vida de su hijo, embriones desechados y un hijo que es usado como “repuesto” de otro. Esto es lo que plantea La decisión más difícil.

Oficialmente, yo no les puedo hablar de esto. Pero existe una posibilidad de poder salvar a Kate. ¿Pensaron en tener más hijos?”. La pregunta del médico toma por sorpresa a los Fitzgerald, pero después de escuchar que existe una técnica llamada PGD (diagnóstico genético preimplantatorio) que podría salvar a su hija Kate (2) de la leucemia, aceptan de inmediato. Están desesperados y concebir un bebé histocompatible que pueda donarle células madre de su cordón umbilical, es una gran esperanza para ellos. Los Fitzgerald piensan en Kate, pero no en Anna, la hija “salvadora”, cuya misión en la vida será extender la sobrevida de su hermana oficiando de repuesto humano cada vez que Kate lo necesite. Así la vida de Anna estará signada por los exámenes, las extracciones de sangre y las intervenciones quirúrgicas desde su primer momento de vida. “Cuando era chica, mi madre me dijo que yo era un pedacito de cielo azul que había llegado a este mundo porque ella y papá se amaban mucho. Más tarde me di cuenta de que no era cierto. Algunos bebés llegan al mundo por accidente. Yo no, fui diseñada para salvar a mi hermana”, dice Anna. Ella se siente agobiada por la situación de Kate, y, paradójicamente, decide recurrir a un abogado para pedir su emancipación médica. Esto es lo que plantea la película La decisión más difícil, protagonizada por Cameron Díaz, Abigail Breslin y Sofía Vassilieva, que reanuda el debate ético y moral sobre selección de embriones y los derechos del bebé por nacer. Para Ti congregó a Graciela Moya, médica especialista en genética médica e investigadora del Instituto de Bioética (Facultad de Ciencias Médicas de la UCA); Roberto Castellano, abogado especializado en bioética, presidente de la Fundación Pro-Vida; Stella Lancuba, médica especialista en ginecología, reproducción humana y en medicina reproductiva, directora de investigaciones clínicas de CIMER, y Sergio Papier, director médico del Centro de Estudios en Ginecología y Reproducción (CEGYR) para debatir sobre los temas planteados en la película.

¿Es válido recurrir a la técnica llamada PGD (diagnóstico genético preimplantatorio) para tener un hijo que pueda salvar a otro? Castellano: Estamos a favor de la vida humana desde que comienza la concepción, y en contra de cualquier manipulación genética, alteración, descarte de embriones y selección. No todo lo que científicamente se puede hacer, automáticamente resulta válido porque se puede hacer. Tenemos nuestro reparo a las técnicas de creación artificial de embriones humanos. Son seres humanos cuyo destino es vivir dentro de una heladera. Eso nos parece inmoral. Moya: La película se saltea precisamente la parte en que se deben formar varios embriones para crear al “bebé medicamento”. Conozco casos de personas que acudieron a la técnica de PGD, que se formaron 20 embriones y ninguno sirvió para hacer la transferencia. Tampoco se menciona cuántos embriones quedan congelados y eso es discutible. Los avances médicos son fantásticos porque se pueden curar chicos que de otra manera no tendrían oportunidad de sobrevivir. Pero el tema de los embriones que se desechan está silenciado en la película y es un tema crucial de discusión. Hay otra alternativa que es recurrir a un trasplante de médula. Yo estoy anotada como donante de médula y el trasplante consiste en una extracción de sangre. Yo propongo la donación voluntaria de médula ósea. Si este paciente hubiera encontrado un donante vivo histocompatible, también se hubiera curado. Papier: Creo que hay que diferenciar el uso del PGD del resto de las técnicas de fertilización asistida, que están indicadas para tratar la infertilidad de las parejas. El uso del PGD es diferente y nos obliga a tomar decisiones con respeto a algo para lo cual no fuimos formados. Sin embargo, no nos corresponde rechazar estos casos: debemos escuchar, evaluar la situación y consensuar. Lancuba: La película plantea una realidad muy particular, con conflictos humanos en el inicio y el final de la vida, y creo que no es lo que vemos en nuestra realidad cotidiana nuestra porque no tenemos consultas de este tipo. Sin embargo, pienso que es necesario evaluar el caso concreto, el hecho clínico y su circunstancia para que se pueda hacer un análisis moral y ético. Estas técnicas complejas deben ser evaluadas en un comité de ética en cada caso puntual. Es muy peligroso generalizar.

¿No es un fin altruista salvar la vida de un hermano? Castellano: Es como si yo te sacara un ojo –porque vos tenés dos– para dárselo a una persona que es ciega. Sería un acto de lógica racional pero es inmoral. La vida humana es sagrada. Tiene su inicio en la concepción cuando el óvulo es fertilizado por el espermatozoide. A partir de allí hay vida humana y debe ser protegida y respetada. Nadie tiene derecho a manipularla, cualquiera sea el fin buscado. Papier: No es lo mismo un óvulo fertilizado que un embrión que se empieza a dividir, o que otro ya implantado y con actividad cardíaca. Nosotros criopreservamos embriones para evitar embarazos múltiples, pero de ninguna manera estamos congelando personas. Si pudiera hacer PGD para salvar la vida a un chico, lo haría, pero de ninguna manera le sacaría un ojo a una persona. Por eso creo que hay que encontrar un término medio entre dos posturas. Nosotros también respetamos la vida y los derechos de las personas a procrearse. Entendemos que un embrión merece respeto, pero no es una persona. Es necesario legislar en función al estatus que le debemos dar al embrión.Lancuba: Desde hace más de veinte años venimos debatiendo sobre el inicio de la vida y no nos ponemos de acuerdo porque el tema está atravesado por las creencias religiosas de cada uno. Lo importante es respetar la disidencia, aceptar que podemos pensar distinto y hacer lo mejor para nuestros pacientes.Moya: Todo embrión es un ser humano, tiene toda la información genética. Se trata de un proceso biológico imparable, que tiene su organización.

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