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Reseña Cap I Y II (La Educación Ayer Hoy Y Mañana. El ABC De La Pedagogía)


Enviado por   •  20 de Mayo de 2013  •  2.220 Palabras (9 Páginas)  •  10.563 Visitas

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Profesorado de Teatro. 1º año. Necochea.

Reseña Capítulos I y II

La Educación Ayer, Hoy y Mañana - El ABC de la Pedagogía

Al hablar de la educación estamos hablando de un proceso de múltiples niveles y dimensiones mediante el cual se transmiten conocimientos, valores, costumbres y formas de actuar. Un proceso que está presente en todas nuestras acciones, sentimientos y actitudes.

Dado que toda relación humana es una relación de poder, siempre que nos refiramos a la educación, hablaremos implícitamente de una relación de poder, ya que educar es justamente eso: es incidir en los pensamientos y en las elecciones y acciones de otros. Por lo cual el saber no es sólo tener información sobre alguna materia, sino saber qué hacer con ese conocimiento, cómo ejercerlo, y tener un juicio sobre él.

La educación es una actividad inherente al humano, nos educamos desde el nacimiento y en todos los ámbitos de la vida (familia, escuela, medios de comunicación, grupos de pares). Sin la educación no es posible la producción y la reproducción social, ni la supervivencia del hombre. Por esto mismo es que durante toda la historia de la humanidad, la educación ha tenido siempre un rol primordial. Pero no siempre fue sistemática e institucionalizada. A pesar de que se nos hace difícil pensar en la educación sin relacionarla directamente con la escuela, ésta es un fenómeno de la modernidad. Cuando hablamos de producción y reproducción cultural tenemos que tener presentes que de éstas devienen inevitablemente la transformación y la innovación. Estas transformaciones y modificaciones se ven reflejadas en todos los ámbitos sociales, incluidos los modos de educar y las resignificaciones del concepto educación.

En las sociedades primitivas la educación era espontánea y no se educaba de una manera intencional. La enseñanza no la ejercía un profesor, si no los padres o la comunidad con la que convivía la persona a ser educada. Los conocimientos se transmitían mediante la práctica: se enseñaba lo que se consideraba necesario para la época: cazar, pescar, defenderse de los depredadores, etc.

Luego, fueron introduciéndose a la vida humana determinadas herramientas mediante la evolución, que fueron transformando la educación en una materia más compleja. El capital cultural fue creciendo y cada vez eran más numerosos y más complejos los conocimientos a transmitir. Así como las capacidades humanas se fueron desarrollando y evolucionando, también lo hizo la educación. Pero no solamente fue variando la educación a lo largo de la historia, sino que también fue variando de cultura a cultura:

En el Medio Oriente los niños aprendían hebreo sentados en el piso alrededor de un maestro, lo que nos muestra que allí la educación simultánea y sistemática era el método que más se amoldaba a la sociedad, y que el hebreo era un saber de indispensable transmisión para la supervivencia de esa cultura. En Atenas, en cambio, los niños tenían un preceptor (un profesor particular) y la formación de ellos estaba comprendida por la música a través de una citarista, la lectura de textos a través de un gramático, etc. A todas estas clases los niños iban acompañados por su preceptor, que los asistía y ayudaba. Vale destacar que la educación estaba apuntada a sectores de la sociedad bien posicionados y acaudalados. En el siglo III después de Cristo, en Roma, se utilizaba con los niños la aplicación de castigos corporales (que estaba bien vista) y los niños solían sentarse en el piso para tomar sus clases. El maestro se sentaba en un sillón y tenía una férula o bastón con la que castigaba a los niños. A inicios de la modernidad la educación escolarizada estaba fuertemente ligada a la teología. Los letrados y los contenedores del conocimiento eran mayormente personas incluidas en el sector eclesiástico. Se enseñaban elementos de la cultura clásica como el latín, la lógica y la retórica. La educación se centraba en los estudios universitarios y los escolares eran un grupo privilegiado que pertenecía a un sector socioeconómico.

Comenio (1592-670), teólogo y pedagogo nacido en la actual República Checa, fue quien propuso con su obra Didáctica Magna los principios y postulados de la educación moderna: La educación debe ser para todos (universal), la escuela debe estar correctamente organizada, las propuestas educativas deben actualizarse y la educación debe ser única e igual para todos.

La educación que se aplica a una sociedad nos permite dilucidar todos los rasgos distintivos de ella: qué valores, normas y preceptos la rigen, cuáles son las herramientas y posibilidades de ésta, cuál es el nivel de etnocentrismo dentro de esta cultura, cuál es el grado de integración (en caso de que convivan varias culturas, como sería el caso de la gran mayoría de las sociedades de hoy), cuales son las contraculturas y sobre qué cimientos se apoya la educación.

El modelo educacional de La Salle (1651-1719), sacerdote y pedagogo francés, se basaba en el orden y el control de los alumnos. Era un modelo de enseñanza sistemática, simultánea y masiva que estaba especialmente dedicada a los niños pobres y la formación docente.

Este sistema se había desarrollado tomando la estructura de la iglesia católica (modelo de pastoreo). El único profesor, que tenía una imagen comparable a la de un pastor, organizaba al grupo como a su propio rebaño y lo guiaba por el buen camino.

Los jesuitas (orden religiosa fundada en 1536) tenían un método de enseñanza que clasificaba a los grupos de una clase en dos decurias, cada una de ellas guiada por su respectivo decurión, un alumno destacado de la clase que ayudaba y colaboraba con sus compañeros. Su carta magna es la Ratio Studiorum en la cual encontramos pasajes como "la intención del estudiar recta, no buscando en las letras sino la gloria divina”.

Se podría decir que a pesar de que los dos modelos definidos anteriormente tienen en apariencia similitudes profundas en cuanto a que ambos se desarrollan a partir del modelo eclesiástico, difieren en varios aspectos notorios: El modelo de La Salle en cuanto a la disposición del aula se desarrolla a partir del concepto de la misa y el pastor con su rebaño, mientras que el modelo de los jesuitas se asemeja al modelo de ejército de los romanos de los primeros tiempos (con las decurias y sus respectivos decuriones). Por otro lado el fin primordial de las escuelas de La Salle es educar a las poblaciones de niños pobres, mientras que el fin de las escuelas jesuíticas es contrarrestar los avances de la reforma protestante. Pero todos estos rasgos diferenciales mencionados son inevitables puesto que ambos

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