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Desarrollo Humano


Enviado por   •  21 de Septiembre de 2014  •  2.344 Palabras (10 Páginas)  •  160 Visitas

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1. Introducción

¿Qué es el desarrollo Humano? El desarrollo humano consiste en mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos por medio de un incremento de los bienes para poder cubrir sus necesidades básicas y complementarias, y para crear un entorno en el que se respeten los derechos humanos de todas las personas. Sin embargo, se considera además como las opciones que tiene la persona en su propio medio o entorno, para ser o hacer lo que desea. El Desarrollo Humano también puede ser considerado como una variable fundamental para calificar a un país o una región y como un sistema de medida en la calidad de vida del ser humano, en el medio en que éste se desenvuelve.

El ser humano se encuentra en un constante proceso de cambio, no sólo en lo que se refiere a los avances tecnológicos de lo que constantemente estamos al tanto, sino también en todo lo que se refiere al desarrollo de individuo como persona. Es por ello que el concepto de desarrollo humano se ha ido alejando de lo que es economía, para incorporar otros aspectos que son igualmente relevantes para la vida, como la cultura, que fue determinando su papel ante el desarrollo.

Así el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) define hoy al desarrollo humano como "el proceso de expansión de las capacidades de las personas que amplían sus opciones y oportunidades." (Desarrollo Humano http://es.wikipedia.org/wiki/Desarrollo_humano19-05-2012).

Cuya definición asocia el desarrollo directamente con el progreso de la vida y el bienestar humano, con el fortalecimiento de las capacidades que se relacionan con todas las cosas que una persona puede ser y hacer en su vida, con la libertad de poder vivir como a todos les gustaría hacerlo y con la posibilidad de que todas las personas sean beneficiarios del desarrollo.

El desarrollo humano pone a las personas desfavorecidas en el centro de su atención. Se puede incluir al grupo de futuras generaciones, quienes deberán enfrentar las peores consecuencias de las actividades que se llevan hoy a cabo. A la sociedad le inquieta no solo lo que ocurrirá en promedio, o en el escenario más probable, sino también en los casos menos viables, pero aún posibles, en particular cuando los acontecimientos son catastróficos para las personas pobres y vulnerables.

2. Conclusiones

El enorme avance registrado por el desarrollo humano en las últimas décadas, con tres justificaciones:

• El aumento del ingreso se ha asociado con un deterioro en indicadores medioambientales cruciales, como emisiones de dióxido de carbono, calidad del suelo y cubierta forestal.

• La distribución del ingreso ha empeorado en muchas partes del mundo, incluso cuando se reducen las brechas en materia de salud y educación.

• Si bien el empoderamiento suele ir de la mano con Índices de Desarrollo Humano (IDH) más altos, hay grandes fluctuaciones en esta relación.

Las simulaciones que se sugieren que, para el año 2050, el IDH podría haber bajado en 8% con respecto al nivel de referencia (y en 12% en Asia Meridional y África Subsahariana), en un escenario de desafío medioambiental que capture los efectos adversos del calentamiento global sobre la producción agrícola, el acceso a agua potable y saneamiento mejorado y la contaminación.

En un marco hipotético de desastre ambiental más adverso, que prevé deforestación generalizada y degradación del suelo, drástica reducción de la biodiversidad y aumento fuerte y sostenido de fenómenos climáticos extremos, el IDH mundial podría ubicarse alrededor de 15% por debajo del nivel de referencia proyectado.

Si no se hace nada para detener o revertir las actuales tendencias, el escenario de desastre medioambiental llevará a la sociedad a un punto de inflexión antes de 2050 en los países en desarrollo, cuando comience a revertirse su punto de convergencia con los países ricos en materia de logros en el IDH.

Estas proyecciones sugieren que, en muchos casos, los más pobres son y seguirán siendo los más afectados por las consecuencias del deterioro ambiental, pese a que su contribución al problema es mínima. Por ejemplo, los países con IDH bajo son los que menos han influido en el cambio climático global, pero sin embargo, han experimentado la mayor disminución en las precipitaciones anuales y el mayor aumento en su variabilidad. Ello afecta la producción agrícola y los medios de vida de su población.

De una manera más general, sin embargo, las tendencias ambientales en las últimas décadas, muestran un deterioro en varios frentes, con consecuencias adversas para el desarrollo humano, en especial para los millones de personas cuyos medios de vida dependen directamente de los recursos naturales.

A nivel mundial, casi 40% del suelo está degradado debido a la erosión, la disminución de la fertilidad y el pastoreo excesivo.

La productividad está en descenso y se calcula que la pérdida de rendimiento es de hasta 50% en los escenarios más adversos.

Los debates que se hacen en torno al cambio climático han evidenciado claramente la importancia de la incertidumbre y el riesgo a la hora de entender el futuro. Los científicos concluyeron que la probabilidad de un colapso desastroso a nivel de todo el sistema no es insignificante. Y ya que no podemos fijar un límite máximo fiable para las pérdidas catastróficas causadas por grandes cambios de temperatura, se está obligado a reducir fuertemente las emisiones de gases de efecto invernadero no solo para mitigar las consecuencias conocidas que resultarían de su acumulación, sino también para la protección contra los escenarios inciertos más desfavorables.

Por lo que se deduce que los postulados de la sostenibilidad débil y la fuerte difieren, más que todo, en sus actitudes frente al riesgo. La pregunta no es si los diferentes tipos de capital natural u otras formas fueron sustitutos en el pasado, sino más bien si el cambio tecnológico e institucional ocurrirá a un ritmo y en un sentido que asegure mejoras permanentes en desarrollo humano.

Perspectivas y amenazas al medioambiente:

El IDH mundial ha aumentado sostenidamente en las últimas décadas, ¿pero qué depara el futuro? ¿Cómo evolucionarán los valores del IDH de los países desarrollados y en desarrollo hasta 2050? ¿En qué medida la degradación del medioambiente y la desigualdad limitarán dicho avance? Considerando las incertidumbres propias de este tipo de análisis, se comparan tres escenarios futuros (hasta el año 2050) producidos por el “Frederick S. Pardee 2011” (Center for International Futures de la Universidad de Denver).

• El escenario base, que supone cambios limitados en la desigualdad y en las amenazas y riesgos al medioambiente, proyecta que el IDH mundial será superior al actual en 19% (44% más alto en África Subsahariana) en 2050. Este incremento es inferior al que se obtendría mediante una simple extrapolación de las tendencias del pasado, debido a que el avance del IDH tiende a ralentizarse en los niveles más altos.

• El escenario de difícil situación medioambiental prevé una intensificación de los riesgos ambientales a escala de hogares (uso intradomiciliario de combustibles sólidos), local (agua y saneamiento), urbano y regional (contaminación atmosférica) y mundial (empeoramiento del impacto del cambio climático en la producción agrícola); y un aumento en la desigualdad y la inseguridad. En este escenario, el IDH mundial en 2050 será menor en 8% respecto del escenario base y en 12% en Asia Meridional y África Subsahariana.

• El tercer escenario es uno de catástrofe medioambiental. En ese caso, la mayoría de los avances obtenidos a comienzos del siglo XXI se habrán perdido en 2050, debido a que los sistemas humanos y biofísicos estarán tensionados por el uso excesivo de combustibles fósiles, la pérdida de aguas subterráneas, el derretimiento de los glaciares, el avance de la deforestación y la degradación de los suelos, la pérdida dramática de biodiversidad, la mayor frecuencia de eventos meteorológicos extremos, la producción extrema de petróleo y gas y el aumento de los conflictos civiles y de otras perturbaciones.

El modelo no considera en su totalidad el potencial de otras interacciones perniciosas asociadas a estos fenómenos, que podrían exacerbar el efecto de estas tendencias. En este escenario, el IDH mundial en 2050 será menor en 15% al del escenario base. Tanto el escenario de catástrofe como de difícil situación medioambiental interrumpirían la convergencia de los países hacia el desarrollo humano observada en los últimos 40 años. Incluso las proyecciones a más largo plazo sugieren que esta divergencia se acentuaría aún más después de 2050.

Esto queda plasmado en las proyecciones internacionales de desigualdad en el IDH, en las que se utiliza el índice de desigualdad de Atkinson. Este ha disminuido en más de dos terceras partes en los últimos 40 años y refleja estos patrones convergentes. En el escenario base, se espera que la desigualdad entre países continúe menguando en los próximos 40 años.

Pero en el escenario de catástrofe ambiental, la convergencia, que se mide en la variación porcentual del índice de desigualdad de Atkinson, sería solo de 24% en 2050, lo que representa una caída de 57% con respecto al escenario base (figura 2.6).

Figura 1: Gráfico Escenarios que proyectan impactos de riesgos ambientales en el DH hasta 2050(1)

Amenazas a la sostenibilidad de los avances

Los patrones del pasado sugieren que, de no aplicarse las reformas pertinentes, la relación entre crecimiento económico y aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero podría poner en peligro los extraordinarios avances alcanzados en el IDH en las últimas décadas. Pero el cambio climático, y su efecto en la temperatura, las precipitaciones, el nivel del mar y las catástrofes naturales, no es la única amenaza que se cierne sobre el medioambiente. La degradación de los ecosistemas terrestres y marinos supone un riesgo permanente para el bienestar de las personas y la contaminación conlleva costos considerables que aparentemente aumentan y luego disminuyen a medida que se avanza en el desarrollo.

Figura 2: Gráfico Escenarios que proyectan desaceleración y retrocesos en la convergencia del DH debido a riesgos ambientales hasta 2050

Principales impulsores de las emisiones

Las emisiones de dióxido de carbono han aumentado sostenidamente desde 1970: 248% en los países con IDH bajo, medio y alto y 42% en los países con IDH muy alto. El incremento global de 112% puede atribuirse a tres grandes causas: el crecimiento demográfico, el aumento del consumo y la producción intensiva en emisiones de carbono. El aumento del consumo (que se refleja en el crecimiento de PIB) ha sido el principal motor del incremento de las emisiones de dióxido de carbono y explica el 91% de la variación, mientras que el crecimiento demográfico aporta 79%. En cambio, la contribución de la intensidad en emisiones de carbono fue de –70%, como resultado de los avances tecnológicos. Esto significa que la principal causa detrás del aumento de las emisiones es que más personas están consumiendo más productos, incluso a pesar de que la producción es ahora más eficiente (en promedio).

Si bien la eficiencia en materia de emisiones de carbono en la producción (unidades de carbono

necesarias para producir una unidad del PIB) ha mejorado en 40%, las emisiones totales de dióxido de carbono continúan aumentando. Las emisiones promedio per cápita de dióxido de carbono han crecido 17% entre 1970 y 2007. Los patrones de estas emisiones varían ampliamente entre las regiones y entre los países que se encuentran en distintas etapas de desarrollo.

Los siguientes son algunos datos destacados:

• En los países con IDH muy alto, aunque la intensidad de las emisiones de carbono ha caído en 52%, las emisiones totales y per cápita han aumentado más del doble y hoy superan en 112% a la cifra de hace 40 años. Las mejoras de eficiencia en materia de emisiones de carbono no han seguido el ritmo del crecimiento económico.

• Las emisiones son 10 veces mayores en Asia Oriental y el Pacífico que en África Subsahariana.

• Las emisiones per cápita varían de un mínimo de 0,04 toneladas en Burundi a un máximo de 53 toneladas en Qatar.

Cabe señalar que el comercio permite a los países transferir las emisiones de carbono de los bienes que consumen a los socios comerciales que los producen. El dióxido de carbono emitido en la producción de bienes comercializados internacionalmente aumentó 50% entre 1995 y 2005. Varios países que se han comprometido a reducir sus propias emisiones son importadores netos de carbono, como Alemania y Japón, al igual que países que no han firmado o ratificado los tratados internacionales, como Estados Unidos.

Mientras los países con IDH muy alto son los que más contribuyen a las emisiones de dióxido de carbono, los países con IDH alto, medio y bajo aportan más de tres cuartas partes del aumento de dichas emisiones desde 1970. Asia Oriental y el Pacífico es la región que más contribuye a este aumento (45%), mientras que África Subsahariana aporta solo 3% y Europa y Asia Central, 2%. En el caso del metano y el óxido nitroso, los datos disponibles corresponden a un período más breve, pero en ellos también se confirma el aporte más pronunciado de la región de Asia Oriental y el Pacífico. El volumen total de dióxido de carbono atrapado en la atmósfera es el resultado de todas las emisiones producidas en la historia, ya que se entiende que el carbono perdura para siempre.

Las concentraciones actuales se deben principalmente a la acumulación de las emisiones producidas en el pasado por los países desarrollados.

Los países con IDH muy alto, donde habita la sexta parte de la población mundial, emitieron casi dos terceras partes (64%) del dióxido de carbono entre 1850 y 2005. Desde 1859, Estados Unidos ha producido alrededor de 30% del total de las emisiones acumuladas, seguido de China (9%), la Federación de Rusia (8%) y Alemania (7%).Los países con IDH muy alto han generado, en conjunto y en términos acumulativos, más de nueve veces más carbono per cápita que los países con IDH alto, medio y bajo. Esto explica las responsabilidades comunes, pero diferenciadas que establece el Protocolo de Kyoto para abordar el cambio climático.

Por lo tanto, lo que el futuro tiene para la sociedad es complicado, en el ámbito de las comparaciones, en el cual, el medio ambiente cada vez va decayendo producto de las empresas. Pero el ser humano sigue destruyendo el entono para ir logrando mejores servicios a la comunidad para facilitar las necesidades de los individuos.

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