ENFOQUE DE PLANEACION ESTRATEGICA

ENFOQUE SOBRE PLANIFICACION ESTRATEGICA

Para reflexionar estratégicamente requerimos espacios para pensar colectivamente lo que queremos alcanzar, decidir cómo lo vamos a conseguir, identificar o prever situaciones internas o externas que nos facilitan o dificultan el trabajo, principalmente para poder contrastar si lo que hacemos es lo que realmente queremos.

Cuando nos relacionamos con nuestros compañeros desde el pequeño ámbito del trabajo tenemos una visión muy corta. La planificación estratégica nos ayuda a conversar con una mirada amplia en la cual compartamos ideas con un fin en conjunto, y a más largo plazo para poder ver hacia donde ir de la mano.

Hacer el camino de la mano exige seguir aprendiendo en el trayecto, necesita que pongamos en común el saber que hemos acumulado, reflexionando de manera colectiva y ordenada, para aportar al pensamiento estratégico y a las decisiones compartidas, esto hace que tengamos una ruta definida y recorramos un camino colectivo de experiencia y aprendizaje.

Debemos actuar con eficacia participativa, para trabajar mejor y construir una organización más fuerte; ya que cuando hacemos un plan cuando reflexionamos colectivamente contrastando lo que queremos ser y hacer en búsqueda de la coherencia.

El plan estratégico es el documento escrito, que presenta de manera ordenada y clara el futuro por donde queremos transitar, es el proceso de diálogo interpersonal y colectivo, que se genera para su elaboración, los documentos de discusión y contraste de ideas.

Para que el pensamiento estratégico fluya y genere ideas concretas el camino debe ser flexible, porque la rigidez coarta el pensamiento y el diálogo. Debemos tener en cuenta la identidad, el contexto externo e interno, la situación final, la situación inicial, además de los indicadores, las estrategias y su despliegue.

Aunque éstos pasos nos lleven a centrar aparentemente La mirada en nuestra organización, la lógica del pensamiento y de las decisiones estratégicas es, precisamente, la contraria: desde fuera hacia adentro; ya que debemos tener en cuenta la realidad: las tendencias sociales, políticas y económicas, las situaciones sociales y, en último término las necesidades de las personas, familias y comunidades a las que deseamos servir.

Nuestro pensamiento y planes estratégicos son, por lo tanto, instrumentos para responder más y mejor a un entorno social complejo y cambiante.

No es necesario ni conveniente que lo planifiquemos todo. La planificación estratégica se centra en aquellos aspectos claves que van a permitirnos desplegar nuestra misión, teniendo en cuenta el contexto interno y externo.

No debemos llegar a fijarnos en exceso en alguna de sus partes pues perderíamos la visión del conjunto, ya que el todo no siempre es igual a la suma de sus partes. Si algún aspecto lo trabajamos de manera aislada y no como parte de una planificación estratégica pasa a tener otro sentido y alcance.

La planificación estratégica toma en cuenta todas las dimensiones de una organización y su contexto externo, por lo que es una herramienta global y, al mismo tiempo, menos profunda a la hora de analizar un aspecto específico. El alcance va a depender de la realidad y las necesidades de cada organización.

Todo esto es un proceso y los pasos que damos no deben paralizar ni bloquear el trabajo de nuestra organización sino integrarse e impulsarlo. Esta debe alcanzar la acción de la organización y tenemos que saberla traducir

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