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El Diseñador Gráfico Que México Necesitará En Los Próximos años


Enviado por   •  13 de Enero de 2013  •  2.713 Palabras (11 Páginas)  •  898 Visitas

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El diseñador gráfico que México necesitará en los próximos años

por:

LDG Félix Carrasco Alcántara

Este artículo es el resultado de una investigación, que ofrece una revisión de diversas posturas de diseñadores, consultores, expertos en el área y la experiencia empírica propia, sobre lo que será el diseño gráfico en los próximos años, de especial interés para quienes deseen tener una visión sobre lo que deberá saber el diseñador gráfico en los próximos años.

México necesitará en los próximos años, según mi experiencia particular, y tomando como base principalmente las opiniones de Milton Glaser, un destacado diseñador visionario norteamericano en Critical writings on graphic desing, Looking closer 2, en Kerbrat-Orecchioni, y en Norberto Chavez. Un profesional que tenga una amplia cultura, que reúna muchos conocimientos en relación con el mundo, para leer e interpretar el universo simbólico, mismos que me permitiré explicar. Para Lev Vigotsky; “nuestra mente es una entidad instrumentalizada -es decir, mediatizada- culturalmente, que se ajusta transformando activamente los insumos culturales dentro de una dinámica social”. El proceso según el cual añadimos un componente de transformación o una nueva forma de organizar nuestra cognición es posible en virtud de los instrumentos de mediación.

La reconstrucción interna de una actividad externa es posible gracias a la regulación que ejercen los instrumentos culturales de mediación en los sujetos en contextos sociales de relación. Este enfoque permite analizar y profundizar desde perspectivas alternativas la incidencia de los medios en el proceso de diseño. El cual parece involucrar cambios en la estructura y función de los procesos que se transforman, en donde el lenguaje es el ejemplo paradigmático y el instrumento central de mediación del pensamiento para la interiorización de los objetos de diseño en el mercado meta. Además el lenguaje posibilita la adquisición de conocimiento, siendo uno de los mediadores de la cultura que encarna y representa. No existe un lenguaje aislado, abstracto, separado de la cultura que lo determina” (VYGOTSKY, 2010:18).

Esta idea del lenguaje mediado por la cultura es muy interesante sobre todo para proponer un nuevo esquema de comunicación en el que el canal puede ser el diseño. En este caso, el diseñador (emisor) debe adecuar, su lenguaje, a los saberes y cultura del cliente (receptor) y, sus estrategias de diseño, a la zona de desarrollo del mismo, lo que implica mejorar el canal de comunicación que puede adecuarse y transformarse según la cultura y percepción del receptor.

Para Kerbrat-Orecchioni,

“En las situaciones de comunicación los diseñadores deben tener conocimientos acerca de:

- El rol y su status del público meta, que determinan quién, cómo y dónde hablar.

- Su Ubicación espacio-temporal.

- Categorizar las situaciones de acuerdo con el nivel de formalidad (íntimo, familiar, formal).

- deben ser capaces de adecuar los enunciados según la especialidad (ocupación, profesión, actividad) y el dominio (esfera de la actividad, situaciones sociales).

- Los mensajes comienzan con un tono formal que, en ocasiones, se vuelve más coloquial.

- Hacer visibles en el texto las competencias paralingüísticas a partir del empleo de subrayados, bastardillas, negritas, emoticones, símbolos, colores diferentes para el fondo o la escritura, agregado de firmas, frases, citas textuales. (estado de ánimo, resaltar lo importante, etc.)” (Kerbrat-Orecchioni, 2003:57)

Cada medio de comunicación posee un sistema simbólico o lenguaje tecnológico a partir del que se representan y estructuran sus mensajes. Los diseñadores que México necesitará deberán activar distintas estrategias y operaciones cognitivas para poder hacer una lectura eficaz de este lenguaje, y comprender, de esta manera la información que ellos transmiten.

La transmisión de información o conocimiento se ve afectada por el lenguaje o representación simbólica que el medio utiliza, de manera tal que el diseñador debe activar un proceso que le permita entender el código simbólico o lenguaje del medio transmisor así como también la información que este le está transmitiendo para incorporarla como un nuevo conocimiento al cual le ha atribuido sus propias significaciones.

Hay una serie de variables que intervienen en la comunicación.

- La información transmitida (referente).

- Sistema de símbolos utilizados por el medio (código).

- Modo de estructuración de la información que transporta el medio (tipo textual, descriptivo, explicativo, argumentativo, instruccional, etc.).

- Conocimientos previos en cuanto al empleo del medio o el contenido del curso (competencias lingüísticas y paralingüísticas).

- Estilos y habilidades cognitivas propias y que difieren de uno a otro diseñador.

- Actitudes, intereses, motivación

El diseñador que México necesitará es un diseñador capaz de darse cuenta y observar los cambios que constantemente vienen produciéndose en las funciones, o sea, en la manera de vivir de la gente, en sus usos, costumbres y valores, no sólo en sus gustos y maneras de ver.

Según Anna Calvera: “El mundo ha cambiado al diseño gráfico incrementando considerablemente su relevancia”. Por ello El diseñador de hoy requiere la competencia del razonamiento, el ser más reflexivo para evitar la “alienación”; es decir que este insertado en el diseño y lo realice sin saber de manera precisa para qué y cómo, sin conocer las raíces profundas del diseño que articulan sus propias conductas, que sus manos se muevan sin saber por qué. Conocer la relación del diseño con el proceso socioeconómico en el que se inserta” (Calvera, 2007: 170).

El diseñador de hoy es más autor que mediador entre las empresas, sus productos y sus clientes, ahora un buen número de profesionales como: Amparo Serrano con su empresa: Distroller, o Ximo Roca, famoso diseñador industrial, gráfico y de interiores, buscan en la autoría la panacea que ha curado sus males y los ha librado de la competencia desleal; la que les alivia de la incomprensión del cliente y de sus encargos insuficientes, mal planteados y mal pagados. Lo anterior debido a los cambios tecnológicos que nos ofrecen a los diseñadores, la oportunidad de controlar los procesos de trabajo, desde la creación de nuevas mercancías hasta su distribución, borrando los límites con otras disciplinas. Hoy se puede generar un estilo reconocible, que es, precisamente lo que otorga un lugar en el nuevo panorama de diseño, del cual emana la manera de entender la profesión. Explotando esa capacidad nuestra de construir narrativas, en un afán de llevar al lector hacia el contenido, dándole un nuevo sentido. Si el diseñador es capaz de impulsar las iniciativas de otros, ¿Por qué no impulsar las propias?

Es tiempo de ofrecer productos y servicios a la medida de las personas, es decir a audiencias cada vez más especializadas, el diseñador que México necesitará debe de ser visionario, adelantándose a las necesidades sociales para cubrirlas. Llegar a la parte más personal y humana del usuario, aludiendo a los recuerdos, estimulando sentimientos y sensaciones, que el diseño toque los corazones de la gente como lo hace una película o una canción. Despertar otros sentidos además del de la vista, estimular el olfato, el tacto e incluso el oído o el gusto.

Se trata de un nuevo funcionalismo de creación de piezas sencillas, pequeñas, personalizadas, fáciles de hacer y con apariencia útil recurriendo en su realización a las técnicas y tecnologías más sofisticadas, sin olvidar recurrir a lo hecho a mano para conseguir la originalidad que ya no tienen las creaciones digitales, humanizando el diseño.

Sin olvidar que se deben desarrollar también la parte empresarial, ya que vivir del auto encargo no es nada sencillo, entre otras razones porqué la gestión empresarial lleva un tiempo que, necesariamente, ha de restarse del dedicado al proceso creativo, por tanto hay que diseñar con la mirada puesta en el éxito comercial sin olvidar la parte creativa. Según David C. Baker, un consultor que trabaja para estudios de diseño y agencias de publicidad, el mundo del dinero no pertenece a quienes tienen buenas ideas, sino a quienes saben cómo llevarlas al mercado. Pero para mí, las ideas son el motor de la creación, así que ambas habilidades: creatividad y habilidad de negociación, deben ir de la mano.

Se debe desarrollar una habilidad para profundizar en los contenidos, ya que la autoría y la autoexpresión podrían quedarse únicamente en el nivel estético sin profundizar en los contenidos ni en la comprensión del mensaje que es, tal vez, donde estarían las aportaciones más interesante e, incluso, más subversivas. De manera que la autoría de hoy debe abarcar más la exploración en profundidad de las relaciones entre la forma y fondo que en lanzar fórmulas gráficamente llamativas.

Por otro lado, ahora es inevitable el retorno de un enfoque más reductivo y minimalista en el diseño, frente al exceso barroco, se proclama una nueva sobriedad, llamar la atención retornando al pasado de claridad, legibilidad y objetividad. Volver la mirada hacia lo básico, formas más útiles y duraderas de comunicación, ante la saturación de medios y el exceso de elementos visuales.

Se sabe que hoy leemos menos que nunca, somos menos cultos, parece que tenemos que absorber más información que nunca, por tanto se deben desarrollar objetos de diseño funcionales, utilizando la simplicidad y la universalidad que permiten el acceso a un mercado extenso, en una búsqueda de lo esencial, como decía Mies van der Rohe, “menos es más”.

Ciertos objetos producen la ilusión de seguridad y amparo, de abundancia, progreso y opulencia, cada diseño viene caracterizado, con atributos en los que residen adheridas las ideas de riqueza o de marginación: el objeto, independientemente de su utilidad, está configurado para pensarse de determinada manera, para decirnos que posición ocupamos en la escala social y recordarnos propósitos, compromisos y obligaciones. De ahí que como diseñadores gráficos mexicanos debamos buscar amparo en las comarcas del mundo de los productos y diseñar productos “casi fetiches”, con vida y personalidad propia. Construir creencias alrededor de ellos capaces de otorgarles carácter, voluntad y albedrío, como una forma de animismo.

Crear metáforas como analogías que nos permitan hablar mejor de un producto, que asombre mediante el potencial de sus usos y sentidos derivados del diseño, atribuirles causas y efectos, descripciones y cualidades de objetos o eventos semejantes.

Una metamorfosis de ideas adheridas a los productos, emociones y signos comunes en la superficie de los diseños, arropándolos con aquellas metáforas que más convienen al sistema de creencias de las comunidades a las que pertenecemos.

México necesita un profesional que defina comportamientos, maneras de uso, modos de vinculación entre los miembros de las comunidades y de éstos con la naturaleza.

Coincido con Martínez Juez Fernando: “El diseño es un producto cultural, y como tal es relativo, situacional; la dimensión temporal de su importancia y trascendencia está en la medida que una comunidad lo juzgue (bueno para pensar) y lo utilice (bueno para usar)” (Martín, 2002: 46).

El diseñador de hoy debe manejar en el campo estético, el discurso abstraccionista, que se apoya en la relación forma-sentido, y en la primacía de la síntesis y la economía formal, en un superdespojamiento de la forma.

O como dice Norberto Chávez. “Hoy, el diseño ya no es algo difícil de insertar en la sociedad, ya no es algo exótico e ideal que hay que defender a brazo partido contra “los conservadores e historicistas”. Ahora, exactamente al revés, el diseño es un instrumento indispensable de la sociedad contemporánea, y la sociedad así lo ha entendido.” (Chaves, 2001: 38)

Existe ya un mercado del diseño, consumidores que reconocen el producto diseñado, y lo diferencian del producto no diseñado. El diseño pasa por su protagonismo absoluto, estamos en la era de la mercancía simbólica cuya característica principal son los “intangibles”, o “valores agregados”.

En relación a las ideas Rodolfo Fuentes dice que “La buenas ideas surgen cuando el diseñador se embebe del problema que tiene que resolver; no solamente comprende los datos y el contexto, sino que lo siente y lo vive. Esto es lo que alimenta el espíritu creativo y mueve los mecanismos combinatorios de la mente”. (Fuentes, 2005, 97). El diseñador no debe tener dificultad para representar a través de la imaginación; una serie larga de características y acontecimientos a un objeto de diseño. Su trabajo es el ser visionario: revelar, en lo posible, la cadena de sucesos que un propósito implica. Con su imaginación y la información de que dispone, el profesional debe ser capaz de entender, de advertir , los diversos caminos que puede tomar una solución cuando se le marca un rumbo a partir del énfasis en una función, una forma, un material, una tecnología, o cualquier otro aspecto de un diseño. Un profesional conoce más de objetos, soluciones, posibilidades y opciones que el común de la gente.

Los australianos Letterbox, consideran a los diseñadores los guardianes de nuestro “imperio de los signos” contemporáneo. Pero también somos quienes formamos los lentes que configuran la cultura y predecimos el futuro inventándolo.

“Aceptemos que diseño en sí mismo implica multiplicidad de perspectivas y acercamiento constante a otros campos de conocimiento en los cuales se enriquece, pero de ninguno aislado podrá obtener la explicación global de su razón de ser como disciplina”. (Calvera, 2007: 140)

Debido a que el diseñador gráfico es un mediador de significados, debe aplicar las teorías de: la retórica, la desconstrucción, la fenomenología, la hermenéutica, del estructuralismo, y de la recepción, las cuales aún no han sido ampliamente comprendidas por los diseñadores y sin embargo aquellos quienes las usan tienen mucho que ofrecer a sus clientes ya que les ofrecen una profunda estructura en el significado de sus objetos de diseño.

Otras teorías que sugieren nuevas aplicaciones en el diseño gráfico según Steven Heller y Rob Dewey son: la teoría del caos y la ciencia de la complejidad, la cual ayuda a comprender la complejidad de los sistemas del lenguaje, los organismos biológicos, los ecosistemas, el clima, las redes de comunicación y a la sociedad. Dando ideas para comunicar mensajes complejos, ayudando a las audiencias a operar equipos complejos o ayudando a los empresarios a administrar organizaciones complejas (Heller, 1997:218)

En cuanto a la tecnología también se están generando nuevos campos de aplicación. La tecnología está teniendo un nuevo significado, en aplicaciones y desarrollos como son: la síntesis y el reconocimiento de voz, las teleconferencias, el reconocimiento de gestos, la integración multimedia, los agentes inteligentes, los juegos en línea, el desarrollo web, la animación 3D y la realidad virtual. Hay muchos avances, pero el diseñador puede aportar grandes ideas para mostrar interfaces amigables, sintetizar mensajes complejos, sintetizar el mundo de información que nos rodea, ya que en esa parte se sufre de pobre diseño aún.

La era de la producción en serie está finalizando desde mi punto de vista, ahora es el momento de ofrecer productos y servicios a la medida de las personas, apoyándose en las nuevas tecnologías que facilitan no sólo la creación sino también la distribución de cualquier mercancía. El diseñador debe ser ahora una especie de visionario, cuya misión es adelantarse a las necesidades sociales y cubrirlas.

Las reglas cambian, debido a la necesidad de movimiento constante que existe y debido también a las necesidades de información de los usuarios. En las últimas dos décadas, la industria del diseño ha cambiado profundamente, el corazón de esta transformación ha sido la tecnología. La supervivencia del diseño gráfico como profesión puede descansar sobre su capacidad para redefinirse ante los ojos de su público: En palabras de Rob Dewey: “Rather tan wallow in self-pity, graphic design must embrace the new world if it is to survive. While its history is central to its identity, the models of the past are no longer adequate. Educational institutions must broaden their curricula and become centers for research and new ideas. Professional organizations must prepare their members for the future by disseminating those ideas and not to let themselves be ruled by a small, established elite. And designers must engage their clients on a more substantial level and educate them about graphic design’s potential. The world has changed and graphic design, if it is not to become increasingly irrelevant, must change to keep pace”. (Heller:1997, 89)

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

LEV S. VYGOTSKY, Pensamiento y lenguaje. Buenos Aires, Editorial. Lautaro, 24ava edición, 2012, 349 p.

Kerbrat-Orecchioni, Catherine, La connotación, Ed. Hachette, 3ª ed, Buenos Aires, 2003, 281 p.

CALVERA Anna, De lo bello de las cosas, Materiales para una estética del diseño, Ed. Gustavo Gilli, Barcelona, 2007, 222 p.

MARTÍN Juez Fernando, Contribuciones para una antropología del diseño, Ed. Gesisa, Barcelona, 2002, 222 p.

CHAVES Norberto, El oficio de diseñar, Propuestas a la conciencia crítica de los que comienzan, Ed. Gustavo Gilli, Barcelona, 2001, 180 p.

FUENTES Rodolfo, La práctica del diseño gráfico, una metodología creativa, Ed. Paidos Diseño, 2005, Barcelona, 182 p.

HELLER Steven, Critical writings on graphic desing, Looking closer 2, Ed. Allworth press, New York, 1997, 273 p.

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