Estudio De Las Reservas

Como sabemos, la distribución a los accionistas no abarca el total de los resultados positivos del ejercicio, sino que los resultados no asignados pueden tener básicamente dos destinos:

a) Una parte que podrá ser retirado de la sociedad, a través de dividendos en efectivo o en especie, que cobrarán los accionistas.

b) Otra parte que debe permanecer dentro del patrimonio de la sociedad anónima, pues hay que cumplir con una serie de restricciones o retenciones previstas por ley, como ser: destinar parte del beneficio a reserva legal, o bien porque los estatutos sociales así lo indican, o por propia decisión de la asamblea de accionistas.

En las sociedades anónimas, el capital accionario representado por el valor nominal de las acciones suscriptas, sólo se modifica a raíz de nuevas suscripciones o de la entrega a los accionistas de nuevas acciones liberadas de cargo (dividendos en acciones), o por rescate o anulación de los títulos en circulación.

Fuera de estos casos, el capital social es un importe fijo que no varía, cualquiera sea el resultado de los negocios de la empresa.

Se presenta por consiguiente la necesidad de reflejar en cuentas apropiadas los aumentos o disminuciones de patrimonio neto que no modifiquen dicho capital accionario y a tal efecto se suelen utilizar, entre otras, distintas cuentas con la denominación genérica de “Reservas”.

La doctrina italiana, impregnada del “concepto jurídico” del capital, especialmente el criterio “nominalista”, designa como reserva a:

“Las partes del patrimonio social que no constituyendo capital de aportación del ente, no se reparten entre sus titulares.”

En forma general, según Alberto Arévalo:

“Reserva significa la parte del PN de la empresa que no constituyendo capital accionario, es retenida en la misma en forma transitoria o permanente.

Representan pues, incrementos patrimoniales que no se distribuyen a los accionistas en forma de dividendos y que vienen a complementar al capital accionario.” [1]

Las reservas guardan un estrecho parentesco con el capital social, pues contribuyen casi siempre a fortalecer su intangibilidad, reforzando así la consistencia patrimonial de la sociedad.

Las reservas cumplen una doble finalidad:

Una finalidad jurídica: Proteger los intereses de terceros.

Una finalidad económica: Facilitar la autofinanciación del ente (aumentar sus medios de acción).

Las reservas configuran una extensión cierta o complemento del capital accionario, sin reunir sus características jurídicas (pues no provienen de aportes efectuados por los socios).

Las reservas son “utilidades líquidas

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