La Inversión Es Ahora Para El Conocimiento

La Inversión ahora es para el Conocimiento

Álvaro George Sandoval Vásquez

Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo

“No hay inversión más rentable que la del conocimiento”

Benjamin Franklin

El propósito del presente artículo es demostrar que en una sociedad globalizada, el principal factor de la producción es el conocimiento y no el capital. El factor humano, al ser dueño de este conocimiento, se convierte así en la base de la productividad.

En la administración tradicional o clásica, sólo importaba producir y conseguir más capital. En este entonces el cliente no tenía más remedio que comprar lo que había; no teniendo a su disposición una gran diversidad de productos, conseguía el producto más barato (todos los productos se consideraban relativamente iguales). Según afirma Jaime Montesinos en su libro “Cómo aplicar el marketing en el Perú”, el mismo Henry Ford lo decía:

“Mis clientes pueden comprar el color de auto que ellos prefieran, siempre y cuando sea negro”. (Montesinos) pag 17

Se entiende entonces que el capital, y por supuesto, la mano de obra, eran los principales factores de la producción. No importaba entonces si algunos productos salían un poco mal trechos o si las necesidades del cliente (poco exigente para esa época) no quedaban satisfechas en su mayoría, lo que importaba era sacar productos, venderlos y obtener ganancias, todas las que se puedan.

El cliente, como ser humano, evolucionó y se hizo más complejo, a su vez, más exigente. Por tanto, nuevas formas de atraerlo y satisfacer sus necesidades surgieron, ya no sólo era importante producir, sino también mantener la fidelidad del cliente, pues este podía buscar ahora un nuevo lugar donde le atendieran mejor.

Los empresarios “prodigio” fueron surgiendo entonces a partir de ideas innovadoras, se salían del marco tradicional para poner en marcha propuestas que revolucionarían al mercado. El mérito de estas grandes ideas no sólo se debía al conocimiento que estos empresarios poseían sino a la manera de aplicarlos. Así fue como el factor principal para la producción pasó a ser el conocimiento. Lamentablemente, muy pocos poseían ese conocimiento, eran ciertos gremios y asociaciones quienes lo manejaban, por lo que eran también pocos quienes podían lanzar nuevas ideas sobre el mercado.

Un ejemplo sobre esto podría ser el caso de las empresas agrícolas. Los terratenientes eran los dueños de estas grandes extensiones de tierra, ellos eran los adinerados, ellos eran propietarios de la producción, o al menos eso se pretendía, pero no: “la tierra es de quien la trabaja”, recordada frase del revolucionario Emiliano Zapata. Sin el conocimiento de los agricultores, las tierras de los terratenientes (valga la redundancia) eran tan sólo kilómetros de tierra inservible. Sólo los agricultores poseían ese conocimiento, las habilidades y técnicas para hacer rendir esas tierras. Pero allí mismo estaba el problema: esa información era limitada, sólo ellos la tenían, nadie más, y por eso mismo, pocas o casi nulas eran las nuevas técnicas que salían para desarrollar la agricultura.

Con la aparición de las nuevas tecnologías la información ha podido romper barreras y llegar a diversos lugares del mundo. De bono sostiene lo siguiente:

“La tecnología nos ha provisto de redes de medios de comunicación formales, como la radio y la televisión. Los métodos impresores modernos han permitido un acceso más amplio a los periódicos, las revistas e incluso los libros” (De Bono, La revolución positiva)pag 93

Entonces ahora ya se puede compartir, ya trasciende barreras, sin importar cuales sean estas. De allí entonces nace la globalización, el envolvimiento del mundo entero. Todos sabían (y saben) lo que pasaba en un lugar en muchísimo menos tiempo que en épocas anteriores.

El mundo ahora se ha globalizado y esta globalización ha hecho posible que la información de cada rincón del mundo se pueda compartir con límites inimaginables, sobre cualquier tema, desde pequeñas fábulas para niños, hasta grandes avances tecnológicos o aplicaciones en la medicina. Esto quiere decir que la información ya está al alcance de cualquiera y también que cualquiera de esos dueños del nuevo conocimiento, puede aplicarlos.

Esta ventaja de la globalización permite que los conocimientos impartidos, desde el colegio, hasta las universidades se enriquezcan con nuevos métodos y estrategias que complementan la formación de profesionales. A su vez, la búsqueda de información de los mismos profesionales provoca que su acerbo de conocimientos se especifique y se vuelva único, generando que cado uno “sepa algo que el otro no sabe”. Por una parte, esto es bueno, puesto que genera especialización, lo cual ocasiona que el trabajador se centre en cierta rama de su profesión, y a la vez genere un mejor servicio. Por otra parte, esta misma especialización, genera que el trabajador se automatice de cierta forma y así olvide algunos criterios básicos de su profesión, algunos, incluso, llegan a la automatización.

Entonces, dependiendo del manejo de estos conocimientos y la aplicación de los mismos en la producción de la organización en la que se labora, los profesionales reciben una remuneración, que varía según el desempeño del poseedor de los conocimientos. Peter Drucker en su libro “La sociedad Post Capitalista” sostiene esto fue planteado al inicio por Frederick W. Taylor. Según Drucker, Taylor afirmaba que:

“Cualquier trabajador que esté dispuesto a hacer el trabajo como el análisis muestra que se debe hacer, es un ‘hombre de primera clase’ y merece un ‘salario de primera clase’”. (Drucker) pag 39

En este suceder, no sólo se beneficia el trabajador con su remuneración por el hecho que al remunerarle una mayor cantidad (o una cantidad “razonable” para el dueño de la empresa), el trabajador estará mucho más contento, y esto hará que se sienta más a gusto, por ende seguirá en la empresa (a menos que otra le ofrezca una remuneración más alta y condiciones superiores) y se esforzará para conseguir una mejor aplicación de sus conocimientos; sino también la empresa, no sólo por la razón antes mencionada, sino que además la correcta aplicación de los conocimientos aumenta la calidad del bien o servicio que se está ofertando.

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