Pobreza

La Pobreza...eterno problema o una oportunidad oculta

La pobreza en el Perú es alarmante, la descentralización todavía no se concreta de manera visible y existen millones de desempleados en las calles ingeniándoselas para sobrevivir. La pregunta que muchos se harán es ¿quién es el culpable de esta situación?.

Desde hace más de dos años las empresas vienen postergando proyecto e inversiones con el pretexto o la incertidumbre de saber quién será el nuevo presidente, qué medidas tomará ahora en tal o cual sector, si bajará o no los impuestos, etc. Lo cierto es que muchas empresas esperan que el Gobierno de turno resuelva sus problemas. Acabamos de escuchar al Gabinete Dañino exponer un esperanzador plan de gobierno pero, y ahora ¿qué hacemos?

Lamentablemente, como sociedad, hemos asumido tácitamente que la pobreza es responsabilidad del Estado, y es verdad, pero no es toda la verdad. Aunque el Estado tiene un rol muy importante, existe también una responsabilidad empresarial de por medio. A mi parecer, gran parte de la culpa la tienen los mismos empresarios, sí, los mismos que se caracterizan por enfrentarse a los problemas y resolverlos, los que están mejor preparados, los que transforman la crisis en oportunidad.

Puede parecer muy fuerte esta afirmación pero mi interés es el de despertar alguna inquietud en los empresarios que ven a los segmentos bajos de la población como un problema y no como una oportunidad de negocio. Desde hace más de cuatro años Miguel Ferré, del PAD, viene estudiando –y en algunos casos asesorando- empresas que desarrollan negocios exitosos en estos segmentos; y mientras más investigamos, más nos convencemos de que es cierto. Y no sólo hablo de pequeñas empresas, sino de medianas, grandes y hasta transnacionales. Los casos de empresas nacionales y extranjeras son muy variados y los hay en casi todos los sectores, especialmente en el de alimentos.

Los llamados niveles socioeconómicos C, D y E representan enormes mercados potenciales desatendidos, y si nos remitimos a los conceptos básicos, una necesidad insatisfecha es una oportunidad de negocio de igual magnitud. En el Perú, aproximadamente 18 millones de personas pertenecen a estos segmentos y el enorme reto para la Alta Dirección es ver a esta gente no como sujeto de beneficencia sino como sujeto de negocios.

Se ha escuchado hablar en estos días del problema de la capacidad ociosa de la industria, sin embargo, existe una necesidad inmensa en los segmentos bajos que no es satisfecha, ¿cómo se explica esto?. La primera respuesta es obvia, el limitado poder de compra de esta gente. No es fácil hacer negocios en estos segmentos, se requiere de empresarios emprendedores, innovadores y sobre todo con el firme compromiso de satisfacer realmente las necesidades de estos segmentos. La responsabilidad empresarial de la que hablo –ojo que no es un tema humanitario- pasa por el conocimiento de necesidades insatisfechas, de tener la capacidad y el know how. La pregunta final surge por sí misma ¿cómo se pueden combinar los bajos costos, calidad del producto, viabilidad y rentabilidad del negocio?

El tema no es tan simple como lo presentamos pero hay que animarse a reflexionar en dicha responsabilidad como empresarios y en la oportunidad que pueden representar estos mercados. Estoy seguro que surgirán algunas ideas.

Fernando Bueno

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