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Enviado por   •  10 de Junio de 2013  •  2.463 Palabras (10 Páginas)  •  490 Visitas

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Manuel Acuña Narro

Los Héroes Románticos Suelen Morir Jóvenes.

Grandes personajes han pasado por la historia no solo de México, sino también de Coahuila, nuestro hermoso y glorioso estado, quienes han cambiado el rumbo de los acontecimientos que se estaban viviendo en su época, hombres como: Francisco I. Madero, Pancho Villa, Benito Juárez, entre muchos otros, son quienes se han atrevido a luchar por las cosas que ellos creían correctas y todos lograron un cambio, a su manera por supuesto, hoy es el turno de Manuel Acuña.

Manuel Acuña Narro, medico y poeta, orgullosamente coahuilense, nació el 27 de agosto de 1849 en Saltillo, Coahuila y falleció el 6 de diciembre de 1873 en la Ciudad de México, hijo de Francisco Acuña y Refugio Narro.

Comenzó su preparación académica en el Colegio Josefino de la ciudad de Saltillo, y para el año de 1865 se traslado a la Cuidad de México donde continuo estudiando en el Colegio de San Ildefonso, en este ultimo sus estudios se basan en mayor parte en matemáticas, latín, francés y filosofía, pero fue, sino hasta enero de 1868 cuando inicio su carrera en medicina.

Al iniciar el con su carrera de medicina no contaba con todos los recursos económicos que se necesitaban, los primeros meses de sus estudios médicos vivió en un humilde cuarto del ex convento de Santa Brígida, para después de un tiempo trasladarse al cuarto numero 13 de bajo del segundo patio de la escuela, en ese mismo cuarto fue también habitado por otro infortunado poeta mexicano, Juan Díaz Coba rubias.

Palmas, triunfos, laureles, dulce aurora

de un porvenir feliz, todo en una hora

de soledad y hastío

cambiaste por el triste

derecho de morir, hermano mío.

Era un alumno destacado aunque poco constante. Podríamos decir que Acuña se enfrento a muchas situaciones, no solo por sus estudios sino también por su situación económica, pues no venia de una familia poderosa, al contrario, nació en una familia humilde la cual no tenia muchos recursos.

Acuña inicio su breve carrera literaria en 1869, dándose a conocer con un elogio a su compañero y amigo Eduardo Alzua después de su muerte. Contribuyo a dar un gran impulso al renacimiento cultural que surgía en su época, fundando, al lado de otros intelectuales,la Sociedad Literaria Nezahualcóyotl en uno de los patios del ex convento de San Jerónimo, dicha organización dio a conocer sus primeros versos,pero estos no solo se publicaron en la Sociedad, sino también se incluyeron en un folletín del periódico “La Iberia”. Este folleto se podría decir que es una de las obras de Acuña puesto que contiene once poemas y un artículo en prosa suyo, además de las obras de otros escritores.

Fue el 9 de mayo de 1871 cuando pudo alcanzar, por ves primera y a sus 24 años, el éxito y la gloria, cuando se estreno “El pasado”, obra de su creación y que para su suerte, fuera bien aceptada por el publico, además se podría decir que la critica no fue tan duro con el, pues se había ganado ya, un lugar como un destacado poeta.

“Si supieras que del alma

con tu desdén ha volado

fugaz y triste la calma,

y que te amo más mil veces,

que las violetas al prado

y que a los mares los peces;”

Se distingue de entre otros poetas por su toque de romanticismo que se sentía en sus poemas pero poco a poco destellos de pasión y romance se fueron apoderando de sus poemas y todos pudieron darse cuenta de que era un autentico “genio literario”. Historias de amor y desamor, fueron su camino para llegar a su más glorioso anhelo.

Sin embargo se puede decir que el poeta no solo hablaba de amor y desamor, sino que, al igual que otros poetas de su época, incluyo en sus composiciones uno poco de política, periodística y sobre todo una forma diferente de ver y entender la filosofía, mas liberal y positiva, inspirándose en el autor de la generación romántica: Ignacio Manuel Altamirano, personaje que influyo no solo en la forma de vida de Acuña sino en su forma de escribir, interpretar y trasmitir su conocimiento y romanticismo al resto de la humanidad. Triste en el fondo pero feliz a fin de cuentas y prudente en sus frases, leal como un antiguo caballero y sensible como un niño, y no existía persona mas interesado cundo se trataba de visitar a su amigo enfermo y pobre.

Su constante obsesión por las letras lo llevaron por muy buen camino ganándose muy pronto el corazón de las personas que, en su tiempo, tuvieron la dicha de conocer no solo sus escritos sino también su persona. El estaba dispuesto a redimir a la humanidad apoyándose en la enseñanza, las ciencias y las artes.

Cada hoja es un recuerdo

Tan triste como tierno

De que hubo sobre ese árbol

Un cielo y un amor;

Reunidas forman todas

El canto del invierno,

La estrofa de las nieves

Y el himno del dolor.

Acuña tenía siempre a sus files y más cercanos amigos que lo amaban sin juzgarlo, sin envidiar su genio, sin censurar sus extravagancias, tratando de evitarle los disgustos y tratando de ser los primeros en aplaudir sus obras. Se podrían mencionar entre sus amigos a: Agustín F. Cuenca, Gerardo M. Silva, Javier Santa María, Juan B. Garza, Gregorio Oribe, Francisco Ortiz, Miguel Portillo, Antonio Coellar y Argomaniz, Juan de Dios Villalón y Vicente Morales que ha sido Secretario de nuestras Legaciones en Washington y en Italia.

A pesar de que fueron pocos los años que este extraordinario poeta estuvo escribiendo logro dejar un buen legado de composiciones.

Mañana que ya no puedan

Encontrarse nuestros ojos,

Y que vivamos ausentes,

Muy lejos uno del otro,

Que te hable de mí este libro

Como de ti me habla todo.

Antes de “morir” escribió

...

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