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Resumen Skudmart Química Con La Muerte


Enviado por   •  26 de Marzo de 2015  •  4.237 Palabras (17 Páginas)  •  2.414 Visitas

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SKUDMART

Todo empieza con los gritos desconsolados de una mujer. Felipe Escudero un joven estudiante de la EAFIT que trabaja como chofer de un carro fúnebre por cuestiones de su trabajo ha tenido que enfrentar situaciones como la preparación de cuerpos, todo el proceso de la autopsia y todas aquellas impresiones que causa la muerte. Después de sus labores diarias en la funeraria Felipe se va a recibir clases, se sienta al lado de un compañero, Andrés Martínez, con uniforme de conductor de metro que además vendía gominas y shampoo, el cual lo cuestiona por su impregnante olor a formol, los dos se hacen preguntas acerca de sus trabajos.

Felipe le propone a Andrés vender sus gominas en la funeraria sin saber que éste aún no las había perfeccionado, lo cual le dejó entradas permanentes a lado y lado de su cabeza. Frente a este desastre Andrés se encerró unos días en el garaje de su casa a perfeccionar el gel y el negocio empezó a evolucionar. Después de esto las ventas se dispararon durante tres meses a Felipe le iba muy bien vendiendo en la funeraria, fue entonces que se hicieron socios y empezaron a trabajar juntos.

En una ocasión llegaron 20 cuerpos a la funeraria y no tenían suficientes preparadores, entonces a Felipe le tocó ponerse en frente de la situación por sugerencia de su superior. La primera vez que Escudero entró a la sala sintió una gran molestia en sus ojos y náuseas que le producía el fuerte olor a formol con la impresión de ver tanta sangre en cuerpos tan desmembrados. Andrés Martínez cada día notaba que su compañero llegaba oliendo más raro, entonces Felipe termina confesándole a Andrés que toda la vida teniéndole miedo a la muerte, y de repente la empieza a ver tan natural y tan cotidiana.

Andrés le pregunta a Felipe el por qué sus ojos rojos y piensa que Felipe está fumando algo raro, Escudero le explica que es el formol lo que lo tiene así, además con su garganta irritada y dolor de cabeza permanente. Martínez le propone a Escudero que podrían trabajar sobre ese problema del formol, en reemplazarlo por algo menos dañino.

De las incipientes ventas de gomina en la funeraria, pasaron a ofrecer sus productos en las peluquerías presentándose como ingenieros de la EAFIT diciendo que desarrollaban sus productos en un laboratorio de pruebas científicas, algunas peluquerías se interesaron, pero ahora lo más difícil y costoso era la imagen de sus productos, Escudero y Martínez optaron por un sistema de recolección de tarros vacíos en las peluquerías y se los retornaban llenos de sus productos y funcionó, imprimieron algunas etiquetas y se las pegaron a los frascos. El resultado, un desastre.

De ahí nació la idea de no vender sus productos empacados sino rellenar esos tarros bonitos en los que venía el shampoo normalmente. Con esto, lograron despertar el interés de sus clientes, el negocio creció pero al poco tiempo se dieron cuenta que debían contar con más capital puesto que debían obtener el registro Invima para sus productos. Pensaron que tenían que innovar, crear algo propio.

Escudero había sido jugador de las inferiores de Deportivo Independiente Medellín y echándole cabeza al cuento de la innovación pensaron en un gel mitad azul, mitad rojo para la hinchada, la idea era que sus viejos amigos les ayudaran a promocionarla. Pero ellos no podían andar por ahí haciéndole promociones a cualquier producto, además otra vez el registro Invima así que ni modo.

Una tía de Andrés vendía Noni, y Andrés resultó yendo un día a esas charlas de multiniveles. Y como el noni era el boom del momento la idea fue aprovechar el asunto y sacar el extracto del noni y adicionarlo al shampoo, y como la moda del noni cayó, también cayó la venta del shampoo. Y Andrés y Felipe otra vez en las mismas, cada uno a sus respectivos trabajos. Después de que a Andrés le dijeran que había perdido la materia, le dijo a Escudero que disolvieran la sociedad y miraran qué problemas tenían en la funeraria y en el metro para tratar de resolverlos y de ahí surgiera algo nuevo.

Decidieron trabajar sobre el problema del formol y como ingenieros pensaron en varias alternativas, así llegaron a la conclusión de que si el problema era el formol, había que cambiarlo, reemplazarlo. Le preguntaron a su profesor de química que si había algún químico sustituto del formol y el profesor les dijo que sí pero que era 20 veces más costoso que el mismo formol. Entonces decidieron que tenían que inventar algo.

No era tarea fácil ponerse a investigar, sobre todo cuando tenían que estudiar y trabajar. Por tanto tendrían que inventar una mezcla que reemplazara el formol. Primero identificaron los problemas:

1. Los preparadores de cadáveres sufrían mucho por la exposición constante al formol, era cancerígeno.

2. En muchas ocasiones los cadáveres quedaban deformados ya que el formol era un compuesto muy fuerte que endurecía las células.

3. Para los familiares, porque al momento del último adiós querían despedirse de su querido y al abrir el ataúd impregnaba a todos aquellos que se acercaban.

4. Para el laboratorio de tanatopraxia que cada día se deterioraba más, empezando por el techo.

5. Por el medio ambiente porque tan sólo una molécula de formol necesita aproximadamente 200 años para poderse degradar.

Seis meses de ensayo-error. Al final la prueba: vísceras de cerdo en formol VS. Vísceras de cerdo en la mezcla que estos dos ingenieros habían desarrollado. Las de formol conservado y las de la mezcla llena de gusanos. Siguieron y siguieron ensayando, pasó un año y medio y el resultado: cinco días de preservación. Los dos desistieron de la idea y pararon la investigación.

Después de un tiempo, nuevamente lo intentaron hasta que por fin la nueva mezcla preservaba como preservaba el formol, pero sin ser formol. Las primeras pruebas exitosas las hizo Felipe en la funeraria donde trabajaba. Después de un año y medio de investigaciones, EAFIT hizo un convenio con el tecnológico de Antioquia, donde se dicta la técnica profesional en tanatopraxia, entonces se realizó todo el trámite para crear un convenio donde permitiera que sus estudiantes científicos pudieran experimentar en cuerpos humanos los productos que habían desarrollado y que iban a sustituir el formol.

El decano aceptó la propuesta e hicieron un estudio comparativo con dos cuerpos: uno con formol y el otro con la mezcla que Martínez y Escudero había desarrollado. El día que llegaron a hacer la demostración la máquina inyectora se había dañado, entonces tuvieron que hacerlo con una jeringa de cinco mililitros por ende tendrían que inyectar doscientas veces al muerto para poder dejarle un litro de producto adentro y que se conservara.

Felipe no podía ni levantar la mano de las ciento cincuenta veces que lo había hecho, entonces le pidió ayuda a Andrés el cual se desmayó apenas puso su mano sobre el cuerpo inerte, debido a esto y mientras lo reanimaban, Felipe procedió a terminar con la demostración. Días después fueron a ver los dos cuerpos y aún estaban conservados pero el de formol duro y rígido y el Escudero y Martínez como si se acabara de morir o estuviera durmiendo, una semana más y tuvieron que cremar el cuerpo del formol mientras el otro entero. Seis meses después el tecnológico de Antioquia emitió un certificado que avalaba las propiedades del producto de Andrés y Felipe. Y arrancó el negocio pero empezaron cometiendo errores, mandaron muestras a varias funerarias para que las ensayaran. Después se pusieron a pensar que si EAFIT les había ayudado con la parte técnica, les podría ayudar con lo que seguía.

Cuando fueron a pedir ayuda al jefe de carrera, éste los desinfló en seguida diciéndoles que lo que ellos necesitaban era montar el negocio como tal y que él no los podía ayudar, entonces los mandó para la parte de empresarismo de la universidad, donde tampoco les dieron solución. Los dos estaban muy achicopalados porque el profesor mesa de empresarismo les bajó las expectativas diciendo que ningún negocio era malo, que lo malo son sus emprendedores. Mesa los bajó de la nube y los puso a pensar.

El profesor Mesa empieza explicándoles qué es un plan de negocios, porque era claro que ellos no tenían la menor idea. Lo primero era construir una red de contactos para entrar en el mercado. Cuantificar las funerarias que iba a ser su mercado, número de empleados que iban a tener, los flujos de caja, etc. Andrés y Felipe sólo lo miraban, ellos no querían escuchar tanta carreta, sólo ofrecer sus productos, venderlos y yá.

Mesa les recordó que ellos ni siquiera tenían un plan A, ahora mucho menos un plan B, el profesor continuó explicándoles, de esta manera la cosa ya pintaba mejor, al menos mejor que cuando les dijo que no tenían nada. Les dijo que debían tomar riesgos, abrirse en un mercado que no habían considerado, hacer un estudio de mercado, una propuesta de inversión, clientes potenciales, diciendo que todos estos factores repercutirían en la rentabilidad del proyecto e iba a hacer que futuros inversionistas se interesaran.

Después de dejar claro el plan de negocio, el profesor les sube el ánimo y se interesa por ayudarles a montarlo. Tiempo después el profesor les pide autorización a Andrés y a Felipe para hablar de su plan de negocios en un simposio que iba a reunir diferentes sectores industriales incluyendo el funerario.

Después de la conferencia del profesor Mesa, un señor interesado en sus productos le dejó una tarjeta al profesor para que Andrés y Felipe lo llamaran, después de haberlo llamado el doctor los cita y les cuelga. Ellos suponían que todo pintaba bien.

Días después el doctor les hace un pedido, Felipe y Andrés están asustados porque no tenían un peso, el pedido era para las cuatro de la tarde y les hacía falta L-52 y les costaba veinte mil pesos, les tocó pedir prestado en la tienda.

Finalmente llegaron a la oficina del doctor, y el los hizo seguir a la sala de preparación de cadáveres y mientras Felipe preparaba, Andrés explicaba. Al terminar comparan su muerto con otro preparado con formol y por fortuna el suyo quedó mejor, como si estuviese durmiendo.

El doctor les compra el kit de preparación por ciento veinte mil pesos de los cuales pagaron veinte mil al tendero, sacaron de a diez mil para cada uno e invirtieron el resto en materia prima. Pero el lunes después del fin de semana Felipe fue a buscar los ochenta mil que habían quedado y no estaban, Andrés se los había gastado en parranda y por eso tuvieron una fuerte discusión, puesto que era el capital de su negocio.

Dos meses después de haberle vendido el kit al doctor los llama y nuevamente los cita en su oficina para proponerles que les compraba la formula en quinientos millones de pesos, los cuales dijeron que no, que esa fórmula no tenía precio. Después de eso se fueron a contarle al profesor Mesa lo que les había pasado y el profesor los felicitó por la decisión tomada puesto que si hubiesen vendido la fórmula, hubiesen dejado de ganar más de quinientos millones de pesos cuando el negocio empezara a ser rentable.

De todas formas el doctor no tenía todo ese dinero, tenía en la mira a un inversionista italiana con el cual pensaba asociarse. Después de haberle dicho al doctor que la fórmula no estaba en venta, optaron por otras alternativas. El doctor les planteó entonces que les montaba el mejor laboratorio del país y que ellos trabajaran para él pero que no se preocuparan que la formula seguiría siendo crédito de ellos, sólo que el doctor les iba a pagar un sueldo fijo por seguir fabricando los productos, a lo cual Felipe y Andrés se negaron.

Entonces el doctor les propuso que después de que ellos montaran el laboratorio, él les distribuía el producto pero debían darle a exclusividad a él inicialmente por diez años.

Finalmente se negoció por un contrato de exclusividad por dos años inicialmente y un tope de compras de quince millones de pesos. De ahí recibieron un adelanto para producir el primer pedido y pensando en cambiar de sede. La mamá de Andrés les prestó quinientos mil pesos, y el papá de Felipe les prestó otros quinientos, con eso arrendaron un garaje el cual siempre lo llamaban “la empresa” para empezar por creer en lo que hasta el momento habían conseguido. Y lo era una empresa de garaje, pronto se convirtió en SKUDMART, la empresa de productos funerarios.

El primer escritorio de la empresa fue un legado, el primer escritorio que tuvo el papá de Escudero cuando montó su mueblería y el resto de cosas de todo lo que en sus casas sobraba. El primer día que el doctor fue a conocer el laboratorio y de paso a llevarse un pedido de quince millones de pesos, Felipe y Andrés se acordaron que sólo tenían las dos sillas en las cuales estaban sentados y corrieron a buscar dos rimax prestadas y al llegar a la oficina con las sillas en la cabeza estaba el doctor esperándolos en la puerta, y después de eso tuvieron una charla muy amena.

Muy pronto tuvieron que cambiar de sede puesto que enseguida del garaje funcionaba una venta de productos estéticos y la empleada que estaba en embarazo corría un alto riesgo por tato químico. Y al lado izquierdo donde funcionaba una peluquería los clientes dejaron de ir apenas se enteraron que en el garaje de enseguida fabricaban productos para muertos.

Así que a los tres meses sede nueva. El doctor les arrendó una propiedad en el barrio Boston y ellos les pagaban con producto. Cuando llegaron, la nueva sede resultó ser una finca de 2.500 metros cuadrados con todas las comodidades habidas y por haber. Con ese espacio tan grande y con una venta fija mensual, decidieron contratar a un operario de confianza para la fabricación. Luego la doctora Nodier Martínez, abogada comercial y jubilada de Bancolombia y tía de Andrés, sería la gerente. La contabilidad la llevaría el tío de Felipe, y así Escudero y Martínez, sin siquiera haberse graduado empezaron a manejar sus proveedores, su competencia, su cliente, sus empleados, su empresa. Por eso pensando en su futuro, decidieron ponerse un salario propio, y con lo que les quedara la reinvertirían toda en su proyecto de vida, Skudmart.

Un mes después de que ya estaban instalados en su sede se llevó a cabo el lanzamiento de sus productos en el club Unión, con invitación a los gerentes y preparadores de por lo menos cien funerarias que había en Medellín. Fue así como lanzaron su nueva marca Carus Corpus que en latín vendría a ser como decir cuerpo amado. Eafit les dio todo su respaldo y apoyo generando mayor credibilidad a su nuevo producto.

Después un reportaje en Teleantioquia Noticias, luego en el programa mexicano Al rojo vivo, también salieron en los periódicos. Todos sus allegados quedaron sorprendidos por tal progreso. Tiempo después para la época de diciembre el doctor los invitó a su casa a una cena y oh sorpresa que se dieron cuenta que el doctor tenía en su casa todo el producto que le habían vendido durante esos cuatro meses, el doctor no había vendido absolutamente nada, lo tenía todo. Tenía ocupado los tarros debajo del pesebre de navidad, para que sirvieran como cajas.

El doctor les explica que el producto no se ha vendido, que los clientes se quejan del precio. Entonces los Skudmart le proponen al doctor bajar el tope de compra, no ha quince millones como inicialmente se había pactado sino a diez millones y que juntos se pondrían en la tarea para que el producto empezara a tener rotación.

Quinces días después demandaron a los Skudmart porque se había podrido un cadáver en Tuluá. Todo se tornó confuso, porque no se esperaban semejante problema. Escudero y Martínez se pusieron en la tarea de indagar el porqué de la situación y todo venía de unos malos argumentos de ventas por parte de las vendedoras que inclusive hasta hicieron una mala demostración con un muerto en Bogotá. Los Skudmart estaban decepcionados.

Los skudmart y el doctor empezaron a viajar a todas las ciudades donde habían distribuidos sus productos. Y se dieron cuenta que el doctor vendía los tarros de arterial por la mitad, disque para que rindiera y poder ganar más, lo que no sabía era que medio frasco de arterial no podía conservar un muerto ni siquiera por dos horas, pero el doctor lo hizo por sugerencias de su médico de cabecera que le realmente no sabía lo que hacía.

Cada día se iban dando cuenta de muchas irregularidades, y una de ellas era que el doctor les estaba vendiendo a las funerarias el medio tarro a quince mil pesos, no ha doce mil como habían acordado, ni el frasco entero. Después se enteraron que esas tales vendedoras siempre que visitaban una funeraria nueva anotaban que habían dejado una muestra gratis, después la cobraban y se quedaban con el dinero.

Se metieron entonces en el fenómeno de la bola de nieve, mientras ellos hacían sus correrías por todo el país arreglando problemas, el producto se seguía comercializando y peor aún se incrementaron las ventas, y así mientras se solucionaba un problema en alguna parte, surgían tres más por otro, pero eso tendría que parar. Tenían que buscar la forma de revertir su imagen, no sabían cómo pero entre más tiempo peor se ponía todo.

Mientras eso pasaba, Felipe lo llamaron de Tuluá para dictar un seminario. Ese seminario fue un desastre, nadie le ponía cuidado, hasta que un estudiante le dijo de muy mal modo que se fuera que esos productos no servían para nada porque ellos habían preparado un cadáver con sus productos y al otro día se había descompuesto el muerto, pero no había explicado el por qué. Felipe quería salir corriendo porque estaba empezando a creer que sus productos eran malos. Hasta que un señor que estaba en el seminario le pidió al estudiante que dijera la verdad sobre lo que había sucedido. Y lo que en realidad había sucedido era que este joven había mezclado el producto con límpido. Después de una acalorada charla con los estudiantes y después de defenderse Felipe deja a todos boquiabiertos, pero reflexiona acerca de que el producto no traía instrucciones, entonces cayó en cuenta que no solo era vender por vender sino capacitar a los preparadores de cadáveres e incluir instrucciones de uso en los catálogos, pero tenía que actuar YA.

Después de esto los skudmart se van para la superintendencia de industria y comercio en Bogotá a registrar la marca, cuando les dan la mala noticia de que la marca ya existe, de que ya fue registrada desde Enero y estaban a Mayo, y que triste y odiosamente pertenecía al doctor y si querían utilizarla tenían que pagarle los derechos al doctor. Salieron muy decepcionados pero con una decisión ya tomada: la terminación del contrato irrevocable, tristemente más no podían ni se les ocurría en ese momento hacer.

Encaran al doctor, y sin ninguna preocupación acepta que la marca es sólo de él, con una indiferencia impresionante. Fue así como siguieron las amenazas por parte y parte, ya el doctor no era su socio sino su peor enemigo.

A los Skudmart les tocó prácticamente empezar de nuevo, con su nueva marca Eternal Rest, nuevas etiquetas, nuevos gastos, pero en todas la funerarias les iba como perro en misa porque le doc. ya se les había adelantado diciendo que iban a ir a ofrecerles productos chiviados. Pero poco a poco fueron reconquistando algunas funerarias, otras no, y consiguiendo nuevos clientes.

Había feria de funerarios en Popayán pero los Skudmart no tenían un solo peso para poner un stand allí, así en un descuido del celador, cada uno con una caja al hombro se fue colando disimuladamente, hasta que llegaron al salón principal. Afortunadamente se encontraron con el dueño de Disánchez Ltda. Un señor que alguna vez estuvo interesado en sus productos, pero por el contrato de exclusividad que tenían con el doctor rechazaba sus propuestas, hasta que al fin habían encontrado una mano amiga, una salvación. El señor les dejó exhibir sus productos a un ladito y los hizo partícipes de la feria. En ese momento empezaban a alzar vuelo, y se encontraron con el stand del doctor frente a ellos con una marca que ellos conocían muy bien Carus Corpus.

Para el doctor no fue un muy buen momento verlos allí, muy pronto se acabarían sus productos y no podía preparar más puesto que los únicos que sabían prepararlo eran sus contrincantes, inmediatamente fueron la piedra en el zapato del doctor y empezó a renacer Skudmart.

Explicándoles a los clientes sorprendidos de verlos haciéndoles competencia a su propia marca que habían vivido un robo a mano armada y así fueron entendiendo y empezó a correr el mito en las funerarias de Medellín de que la fórmula de ellos era la receta más custodiada después de la Coca-Cola.

Disánchez, luego de ayudarlos en la feria, se convirtió en su nuevo socio. Esta vez, sin contrato de exclusividad o topes mínimos, no volverían a cometer los mismos errores. En cambio sí con alta disposición de parte y parte. Skudmart le vendería a Disánchez a un precio por debajo del precio del mercado, y ambos distribuirían al mismo precio, sin pisarse las mangueras. Y finalmente se dio el pacto.

El primer gerente comercial que tuvo Skudmart fue Federico Gómez un estudiante de Negocios Internacionales también de la Eafit, un emprendedor igual a ellos, el cual se consiguió un contacto en Argentina que según él les ayudaría a distribuir el producto por todo Suramérica.

Fue así entre ahorros y préstamos de Escudero y Martínez que volaron derecho a ciudad de Buenos Aires a exponer sus productos. Estando allá hubo un pequeño cambio de planes y se iban a hacer las prácticas ya no en las funerarias, sino en la universidad de Buenos Aires y la conferencia ya no la harían en el salón de la Plata sino en el auditorio de misma universidad, sobre todo que ya habían dado un adelanto para que arreglaran las cosas y tuvieran todo listo, y necesitaban dar más dinero, mil quinientos del alma.

No todo andaba bien, llegaron a un auditorio donde no cabían las trescientas personas que tenían previstas sino tristes cuarenta. Lo que no sabían era que el organizador sí había enviado las trescientas invitaciones de las cuales sólo confirmaron treinta. A ellos no les cabía en la cabeza que habían viajado hasta Buenos Aires a darle una charla a treinta personas y eso si llegaban, y lo peor ya llevaban diez mil dólares invertidos.

El martes a las ocho de la mañana tenían la charla, cuando les informaron que había dieciocho personas, entonces decidieron no ir. Acababan de tener una gran derrota y sentir un enorme fracaso. Pero todos aquellos tropiezos en Argentina hizo que desarrollaran cosas nuevas como por ejemplo, un filtro seco que sustituía los filtros de formol, y una vez se hicieron conocer con estos filtro, empezaron a dar capacitaciones y charlas a funerarios de verdad, viajan a dictar diplomados, tanto así que ya exportaban sus productos y terminaron comercializando en varios productos de sur américa.

Su último consuelo y ayuda podría ser la U, así llegaron los Skudmart nuevamente a la U, a la Eafit, y Eafit los recibió y los asesoró y registró todo lo que les acontecía a sus dos ingenieros, para que lo nuevos emprendedores que venían de atrás no cayeran en las mismas trampas.

El profesor Mesa les propuso participar en un concurso llamado Premios Ventures, en el cual tendrían que presentar un plan de negocios. Nuevamente Mesa explicándoles lo del plan de negocio que no lo tenía claro.

Ya dentro del concurso, empezaba la ronda de eliminación, los Skudmart ganaron el segundo puesto, habían quedado bajoneados con el veredicto del jurado, de todas formas por el segundo puesto les dieron un cheque. Pasaron más de quince días y el cheque nada. Les tocó más de seis meses para que por fin les hicieran efectivo lo del cheque, y con eso salieron de algunas deudas, ahora sí a vender.

Pero nuevamente aparecía el problema, la forma inadecuada de vender sin capacitación técnica, les tocó ponerse a la tarea para no cometer los mismos errores del pasado.

Nuevamente otro concurso, esta vez en México, ya tenían todo listo, sólo les faltaba la visa para poder viajar, desafortunadamente no se la dieron, Mesa fue el afortunado, entonces arrancó con el proyecto de los Skudmart. Mesa montó su stand esperando a los jurados, en todos no se quedaban más de diez minutos, pero en el stand de Mesa no se quedaron menos de cuarenta y cinco minutos.

Los Skudmart ganaron el concurso, Mesa no lo podía creer porque era la primera vez que un proyecto extranjero, es decir un proyecto no-mexicano se ganaba ese concurso. Inmediatamente el rector de la universidad llama a los Skudmart a darles la gran noticia y a felicitarlos por el proyecto.

Esto dio un impulso a la Eafit para continuar con su labor de educar estudiantes con espíritu empresarial echados pa’ delante, y fue así como hicieron un reconocimiento público a los Skudmart, y así un acto emotivo donde ellos contaron su experiencia.

Al poco tiempo montaron una planta de producción de sus productos en Argentina y un laboratorio donde preparaban a los funerarios de Buenos Aires en el oficio de la tanatopraxia y la condición que puso Escudero era que el laboratorio lo operaran tanatopraxistas colombianos.

Fue así como se creó SKUDMART.

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