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Analisis Psicosocial Del Amor Y Desamor


Enviado por   •  26 de Septiembre de 2011  •  5.275 Palabras (22 Páginas)  •  1.705 Visitas

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ANALISIS PSICOSOCIAL DEL AMOR Y DESAMOR

En mayor o menor medida, con mayor o menor fortuna, todas las personas adultas conocemos la experiencia del amor, del enamoramiento, y también del desamor y de las consecuencias emocionales que implica. Amor es un concepto abstracto, por tanto subjetivo, de fácil y lógica interpretación, que se puede vivir en determinados momentos de la vida y ante determinados objetos, entendiendo por objetos, aquello que recibe el afecto. Amor puede sentirse hacia un hijo, un animal, una casa (objeto físico), una entidad espiritual, y también hacia la pareja. Hoy hablaré sobre el sentimiento que se comunica, que se vive con otro, que permite, facilita y desarrolla la institución de la pareja y legalmente, en un momento determinado, posiblemente el del matrimonio. Ante este concepto abstracto nos preguntamos por la función de esa particularidad del ser humano, cuya respuesta se podría entender desde las religiones, la filosofía y la psicología, entre otros.

Desde la Psicología profunda, la función de la relación de pareja es la de poder desarrollar la capacidad de amor que cada ser individual tiene. La de poder tener un sistema, un espacio donde canalizar la visceralidad, aquella parte del instinto del ser humano, esa necesidad vital que es la capacidad de entrega, de abandono, de expansión. Dentro de la lógica natural, de la ética del amor, lo primero que aparece es el deseo, el impulso de atracción hacia alguien. Es un proceso energético que nadie puede explicar, pero lo que puede ser una atracción sexual, intelectual, no implica la creación de un compromiso, de un reconocimiento, en el que las dos personas quieren compartir parte de su vida.

Existe diferencia entre el amor y la pasión. Puede haber pasión sin amor pero nunca puede darse el amor si no hay pasión. Porque hasta en el amor místico hay

Pasión. Pasión significa una exacerbación de un afecto vinculado, transmitido, canalizado hacia otra persona o hacia otra entidad. Puede haber momentos de pasión sin amor siendo solamente una pulsión en la que se comparten momentos parciales sin problemas, siempre que haya un acuerdo. Si no hay acuerdo es violación, no pasión.

Desde esta perspectiva, el amor de pareja tiene dos partes: el momento de enamoramiento, que es un espacio donde la conciencia pierde los referentes y se entra un poco en la locura porque es un espacio atemporal, propio; y el amor, que es el compromiso y la elección que implica el reconocer a aquella persona de la cual uno se enamora, como alguien con quien compartir la realidad cotidiana, lo que implica un proyecto y, como explicaré más adelante, un reconocimiento mutuo emocional, cortical y sexual. Siempre se habla de que el amor exige elección. Amas porque eliges y eliges porque pierdes, y por tanto amas porque pierdes. El reconocimiento pasa por la existencia de una satisfacción y de un placer de compartir, pero el problema empieza en la forma de relacionarnos en pareja.

Puede darse, por ejemplo, el sentirse atraído y enamorado de dos personas a la vez. Lo primero que hay que tener en cuenta es que hablar de modelos en la relación humana, desde el punto de vista científico, es absurdo porque existen muchas formas de relación. Ahora, desde el punto de vista ético habrá que ver si esto se produce de manera clandestina, oculta, o es transparente y aceptado por todos los implicados. Si una de las personas está oculta ya no hay igualdad de planos. Y en esa no igualdad, es difícil que se pueda hablar de una relación amorosa.

Puede darse también el caso de las parejas que comparten espacios comunes y que entran más en la dinámica social tribal donde no están marcadas las funciones jerárquicamente -padre, madre e hijo- como lo están en la familia occidental. En la tribu, la responsabilidad de la educación es más amplia y por tanto hay otros personajes, con lo cual el peso, la responsabilidad y el modelo de referencia no caen estrictamente sobre el padre y la madre. Las consecuencias educativas que esto tiene están poco estudiadas, igual que están poco estudiadas las consecuencias de las parejas homosexuales que adoptan hijos.

Hay muchas modalidades en el momento social actual, nuevas formas de relación que no sabemos qué consecuencias pueden tener porque es muy poco el tiempo de existencia. Podemos opinar ideológicamente, pero no científicamente. Las que si están estudiadas, y en lo que nos centraremos en adelante, son las consecuencias traumáticas de una separación destructiva y las consecuencias favorables de una separación cómplice, constructiva.

En general, hay dos niveles de referencia. Primero, el modelo que nuestros padres nos han dado, es decir, la referencia educativa, y segundo, la experiencia que hemos vivido a nivel afectivo, emocional y energético con la primera pareja que se da en nuestra vida, con nuestra madre. El primer elemento fusionar en el que se crea realmente una dinámica de dos, profunda y con un amor auténtico es la relación entre la madre y el bebé tanto a nivel intrauterino como extrauterino. La que condiciona inconscientemente nuestra forma de relacionarnos con aquel a quien amamos, porque en el fondo, el amor se reconoce por nuestras memorias anteriores como concepto abstracto en el constructo psíquico que se basa en experiencias vividas. Por eso hay personas que se fusionan excesivamente con el compañero/a y viven una dependencia extrema, porque, generalmente han vivido una separación o una relación muy corta con la madre en ese momento primitivo, y viven en esa nueva persona, hombre o mujer, un desplazamiento de afectos maternos. Por lo tanto volver a perder a la madre es algo que no se puede soportar, y de ahí la entrada en depresión o en respuestas violentas y maniaca les para evitar el contacto con la depresión.

Nacemos con la capacidad de amor, de abrirnos al otro, porque solamente si hay un movimiento hacia fuera nuestra estructura está en movimiento, está reciclándose energéticamente y por lo tanto está viva.

Un ser humano que está solamente en una situación de narcisismo permanente, es decir, en el que solo se ve a sí mismo es una persona que progresivamente va imaginando la realidad y desarrollando una dinámica patológica. En última instancia, podríamos decir que el psicópata es el sujeto que ha llevado el narcisismo al extremo de imaginar la realidad de contacto con el otro, sin emocionalidad, hasta el punto que puede destruir sin alterarse. Hay mucho psicópata cívico, no solo en las cárceles.

La psicopatía

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