Auto-control En Los Niños

Cómo enseñar a los niños el autocontrol

El autocontrol de la conducta puede trabajarse en todas las actividades que realiza el niño tanto en la escuela infantil como en el hogar, y cualquier oportunidad es buena para hacerlo.

El autocontrol enseñado por los padres es la capacidad de detener el impulso de hacer o decir algo. Y para lograrlo es necesario aprender a anticipar las consecuencias de la propia conducta. Los adultos, que muchas veces pierden el control de sus emociones y actos, pretenden que sus niños sean unos expertos en esta cuestión. Particularmente en el caso de niños pequeños, las conductas inapropiadas no se producen como una búsqueda deliberada del enojo de sus padres, sino que son mayormente, la expresión de la falta de madurez para manejar sus impulsos.

Son los padres quienes deben ayudar al niño a controlar su conducta, y este proceso comienza en los primeros meses de vida. Una mamá atenta a la expresión de necesidades del bebé será capaz de interpretar lo que necesita y podrá satisfacerlo adecuadamente.

Estas experiencias constituirán las bases de la confianza básica del niño, que comenzará a tolerar la espera cuando la comida no llegue de manera inmediata. Los sentimientos de seguridad y apego son los precursores de la capacidad de autocontrol. A medida que el niño crece es necesario explicitar y sostener la consistencia de normas y expectativas, de permisos y límites.

El objetivo es guiar a los niños estableciendo pautas que apoyen, estimulen y valoren, y no que constituyan juicios o rechazos por lo que han hecho. Los berrinches y la ansiedad en los niños son con frecuencia indicadores de un problema en la relación con los padres y de la dificultad de los adultos para mantenerse firmes, calmos y afectuosos.

Numerosos estudios indican que los niños que pueden tolerar frustraciones, y han aprendido a manejar sus emociones, estarán mejor preparados para otros desafíos, tales como estudiar para un examen en vez de mirar TV o en la adultez hacer planes financieros para la vejez en vez de usar impulsivamente sus recursos.

Es obvio que el aprendizaje del autocontrol dependerá de cómo se sienta el niño, cómo sea su autoestima y cómo enfrente las pequeñas frustraciones cotidianas. Es importante permitir que el niño tenga ciertas opciones y que se le señalen las consecuencias de sus decisiones.

Es muy importante que los adultos puedan reconocer y controlar sus propios sentimientos de enojo y frustración, ya que los niños aprenden de lo que ven a su alrededor. No es necesario que estando enojado, usted finja que no lo está. Usted es el modelo para sus niños y la manera en la que usted controle sus emociones será el ejemplo que ellos seguirán. Para esperar el comportamiento paciente de un niño, los padres deben comportarse de esa manera.

Recuerda que los niños tienden a copiar las acciones

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