Autoestima

¿Cómo definir la autoestima?

Autoestima es la reacción que tú tienes de valoración de ti mismo y que te permite aprender positivamente de los errores o adversidades y cultivar con sencillez tus éxitos.

La autoestima es la íntima valoración que una hace de sí misma.

Rosemberg define la autoestima como la actitud positiva o negativa hacia un objeto en particular

Para Coopersmith la autoestima es la evaluación que el individuo realiza y cotidianamente mantiene respecto de si mismo que expresa es una actitud de aprobación o desaprobación e indica la medida que un individuo cree ser capaz significativo exitoso y valioso.

William James distingue tres tipos de autoestima: la material (vanidad personal, modestia, orgullo por la riqueza, temor a la pobreza, etc.) la social (orgullo social y familiar, vanagloria, afectación, humidad, vergüenza, etc.) la espiritual (sentido de superioridad moral o mental, pureza, sentido de inferioridad o de culpa, etc.)

En su opinión la autoestima es un auto sentimiento que depende por completo de lo que nos propongamos de ser y hacer; que está determinado por la relación de nuestras realidades con nuestras supuestas potencialidades.

La autoestima es un término tan ambiguo y complejo. La autoestima no es otra cosa que la estimación de sí mismo, el modo en que la persona se ama a sí misma, locamente es natural que casa persona ya de estimularse a sí misma. Porque en cada persona hay centenares de cualidades y características positivas que son estimables. Pero para estimarlas objetivamente y con justicia es necesario conocerlas previamente. (Polaino, 2004)

La autoestima es en gran parte una interacción entre la personalidad y las experiencias de un individuo, las conductas que resultan de esto tienen influencia sobre el desarrollo de la personalidad y la efectividad social.

Kant afirma que cuando un hombre tiene un porque vivir (algo que da sentido a su vida, desarrollarse, autorrealizarse, vivir su vida en plenitud, tratar de ser perfecto, conquista la felicidad) tolera cualquiera como (el dolor, la ansiedad, el sufrimiento psíquico, etc.)

La noción de sentir agrado por ti mismo

La aceptación de sí mismo es de vital importancia para la autoestima, lo primero que hay que hacer es aceptarnos como somos a la vez de no conformarnos enteramente con ello. Hay que luchar por crecer, valorar y desarrollar todo lo bueno que hay de nosotros

Este concepto menciona que el nivel de autoestima es de mucha importancia para la receptividad de un sujeto hacia otros. Las personas con autoestima baja presentan dificultades para realizar vínculos afectivos y crear buenas relaciones interpersonales; en cambio las personas con autoestima alta se perciben a si mismos como personas “populares” y esto amerita a tener buenas expectativas sociales de aprobación.

Según Brissett la autoestima comprende dos procesos sociopsicológicos distintos: la autovaloración y la autoevaluación. La autovaloración representa el ‘sentido del sí mismo’, se relaciona con el sentido de seguridad y de mérito personal que un individuo tiene como persona, por otra parte Brissett define la autoevaluación como ‘un proceso de realizar un juicio consciente de la importancia o significancia social del yo’.

No existe actividad humana en la que no necesitemos apreciar lo que hacemos, sentir que tenemos valor personal, alcanzar un flujo natural de aceptación propia. Sin embargo, a muchos de nosotros se nos dificulta enormemente conquistar este tipo de sentimientos y nos desenvolvemos en un círculo vicioso que se retroalimenta a sí mismo (una acción negativa seguida por un fuerte pensamiento reprobatorio seguido por un sentimiento de baja autoestima seguido por el desánimo).

Imagina por un momento que tienes disposición a pensar: <<A mi edad ya debería haber desarrollado más cosas, si hubiera aprovechado el tiempo, ahora ya para qué luchar, no tuve la decisión necesaria, ¿qué merezco?>>

Muchas personas en la actualidad hacen lo que no quieren hacer y tal vez quieren lo que no hacen o posiblemente imaginen querer o acaso deseen hacer lo que otros parece que quieren. En el fondo unos y otros parece que no saben lo que quieren. Tal vez lo que determine la toma de decisiones es el deseo de imitar lo que los demás hacen (conformismo) o realizar solo aquello que los demás quieren que realice (totalitarismo).

¿Dónde aprendimos a reaccionar así, cómo es que nos rechazamos a nosotros mismos con tanta facilidad? ¿Por qué pensamos automáticamente que no merecemos tal o cual cosa?

Autoestima y valor de la persona

El valor de la persona es singular e independiente de sus creencias. El ser humano tiene valor por el simple hecho de serlo y de existir, de ocupar un lugar único en el mundo, con su sello personal irrepetible e insustituible.

Alguien con baja autoestima tiene un escaso grado de aceptación y gusto por ser él mismo, quizá por pensar que su valor como persona es menor; pero esta distorsión aprendida no cambia su verdadero valor como individuo.

Los adolescentes con baja autoestima tienden a necesitar solo de situaciones negativas y suelen ser muy pesimistas, en cambio, si el autoestima es alta es más común que tomen las cosas positivamente

Hay muchas personas que se desestiman y eso es porque no se conocen de modo suficiente. Algo parecido puede afirmarse respecto del modo en que son estimadas por los demás. A pesar de que la autoestima es socialmente en alza, sea en verdad apreciado como se debiera.

Una de las características de una persona con baja autoestima es que no se soportan a sí mismas; sin embargo en pocas ocasiones somos el que deseamos ser. Habitualmente el hombre anda como si le hubiesen quitado lo mejor de ellos mismos comportándose de modo extraño para todos los demás y en el fondo apenas realizamos lo que queremos. Muchos ni siquiera aman como quisieran, y muchos no hablan lo que quieren decir y no es por falta de auditorio.

Es probable que una persona con una estima tan baja descubra años más tarde la inutilidad de su existencia. A esa falta de contenido de la propia vida es a lo que Frank denomina “vacío existencial”. (Polaino, 2004)

Por el contrario, quien tiene una alta autoestima refleja un buen nivel de aceptación personal y agrado de sí

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