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Concepcion Del Hombre En Los Griegos Y La Epoca Medieval


Enviado por   •  25 de Agosto de 2012  •  1.524 Palabras (7 Páginas)  •  14.419 Visitas

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Concepción del Hombre en los Griegos y en la Época Medieval

Introducción

Este ensayo es una comparación del concepto que se tenía del hombre en los griegos y en la época medieval, explicando brevemente pero en general como se concebía al hombre en la filosofía griega y posteriormente en la revelación cristiana y la antropología medieval. Más específicamente se abordará desde el punto de vista de Heráclito de uno de los filósofos griegos más destacados y por otro lado del punto de vista de San Agustín que es un personaje formado en la filosofía griega y a la vez considerado el fundador de la filosofía medieval.

Desarrollo

Los griegos, dentro de su pensamiento primitivo, intentaban comprender el sentido de la existencia del hombre, mediante un trasfondo mítico-religioso, tanto por el origen divino, es decir de donde proviene el alma (que está encadenada al cuerpo y ha sido desterrada al mundo material), como por el hecho de que el alma debe alcanzar algún día una meta transmundana mediante un proceso de purificación con sucesivos nacimientos. Y entonces se hacía desde ese momento una dualidad entre alma y cuerpo.

Coincidían en que el hombre se caracterizaba por su pensar y lo entienden como un ser racional, que supera a los demás seres y acontecimientos del mundo. Esto le capacitaba para penetrar la apariencia del mundo cambiante y adentrarse hasta la verdad el ser. Siendo esto el elemento central de la explicación griega acerca del hombre.

En todo el pensamiento griego el ser espiritual del hombre se define principalmente por el elemento cognoscitivo. El espíritu es razón, es la facultad del conocimiento intelectual, quedando en segundo plano la facultad de la libertad, de la decisión y responsabilidad, del amor y comunión personales, por lo tanto tenemos que hay un claro predominio de lo intelectual pero sin negar los otros elementos.

Mientras que en la antropología medieval se creía que el hombre estaba hecho a imagen de Dios, que éste se abatía entre el bien y el mal sobrenaturales, en la gracia y el pecado. Se percibía como una criatura de Dios, como un destino único, como una libertad puesta a prueba ya sea para salvarse o condenarse.

Aquí vale más el alma que el logos, no preexiste sino que ha sido creada por Dios y está llamada a la vida inmortal; así mismo ya no se le entiende como pura razón sino que es voluntad, libertad y amor. La autoconciencia humana, iluminada por la revelación, percibe en sí una hondura infinita por su vinculación esencial con el misterio de Dios. Y entonces el hombre, es decir, su imagen, no nace de una ciencia antropológica sino de una experiencia viva de la luz de la revelación cristiana.

De alguna manera se toman elementos de la filosofía griega sin embargo se les da nuevo valor, se entienden y manejan de manera diferente, aquí el hombre es el centro entre el mundo material y sensible del cuerpo, y del mundo espiritual y el incorpóreo.

Heráclito vs San Agustín

El pensamiento de Heráclito era que el hombre se caracterizaba por la percepción del “logos”, es decir, del sentido y ley del mundo. Y decía que gracias al pensamiento, que es la prerrogativa suprema del hombre, posee la facultad de entender el sentido de los acontecimientos mundanos que consisten en la lucha constante de contrarios (Coreth, 1976).

Héraclito afirma que todo está cambiando continuamente, pero éste cambio no es caótico, irracional sino que se realiza de acuerdo con un orden, con una ley universal, la cual afirma que dicha ley es el logos. Este es eterno, domina y rige todo. El logos recae en un substrato material que Heráclito postula como el elemento del que están hechas todas las cosas: el fuego.

El fuego principio de todo, Decía que el universo es un eterno fuego que se transforma. Heráclito (citado en Fullat 1972) decía que este mundo, el mismo para todos, ningún Dios ni hombre lo hizo, sino que fue siempre, es, y será, fuego siempre vivo. El fuego vive consumiendo y destruyendo.

Para el todas las cosas existen porque están en lucha constante, la cual es esencial para la vida y por lo tanto la contienda en sí misma. Es decir, todo lo que vive, vive por la destrucción de otras cosas: el fuego vive por la muerte del aire, el aire por la del fuego, el agua por la de la tierra, la tierra por la del agua.

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