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Convivencia


Enviado por   •  28 de Octubre de 2012  •  4.159 Palabras (17 Páginas)  •  482 Visitas

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En nuestro tiempo se da como nota distintiva la revalorización de la persona humana. Todo cuanto mira al bien de la persona, al hombre mismo en toda su dignidad, como hijo adoptivo de Dios, salvado y redimido por el Creador mismo, es considerado como base y fundamento de la moral. Tenemos ya una moral personalista, que ha de regir al hombre en sus relaciones consigo mismo, con los demás hombres y con el Padre.

Ante esta realidad, nos hemos de preguntar ¿Cuál será la mejor forma de lograr la aceptación pública y del Señor sin dejar a un lado mis criterios? La respuesta a esta pregunta se encuentra en las páginas de este breve trabajo. En el mismo, hablaremos acerca de conceptos como “persona” e “individualidad” y el desarrollo de esta última. La proposición de técnicas o soluciones para mantener una buena convivencia, también forman parte del contenido de esta ponencia.

Al final, nuestra conclusión.

Iniciamos un tema que, quizás, es uno de los más debatidos por muchos y poco conocido por todos. Creemos que sabemos todo lo relacionado a nuestra persona, pero los años nos demuestran que cada día aprendemos algo nuevo de nosotros mismos. Este trabajo trata de reflejar este planteamiento, mediante la exposición de argumentos válidos que confirman nuestra postura.

Quisiéramos comenzar con una breve definición de “persona” que más adelante, será un inciso a desglosar. Llamamos “persona” a un individuo dentro de la especie humana. Todo hombre, por ser un individuo dotado de razón, responsable de sus actos, capaz de perfeccionamiento, es persona. Con este pequeño preámbulo, podemos iniciar el desarrollo de los aspectos a tratar en esta ponencia.

La definición de persona puede estudiarse desde dos ángulos: antropología y derecho. Veamos los conceptos:

Persona, en antropología, (del latín personam, `máscara') es un conjunto de componentes (atributos o cualidades) que constituyen un ser humano en su totalidad.

En la antigua Grecia y Roma los actores dramáticos utilizaban una máscara con una especie de bocina que aumentaba la voz con la finalidad de ser escuchados por los espectadores. En aquella época se denominaba `persona' al hombre o mujer que portaba esta máscara y al papel que representaba. Desde entonces, antropólogos, psicólogos y sociólogos han asociado el concepto de persona al rol o papel que cumple el ser humano en la sociedad. El psiquiatra Carl G. Jung remite al significado etimológico y define a la persona como “máscara de la personalidad”, lo que todo individuo aparenta. Para el antropólogo social Radcliffe-Brown, es el “componente de la estructura social ocupante de posiciones en la sociedad”.

En La mentalidad primitiva (1922), el antropólogo francés Lucien Lévy-Bruhl llegó a la conclusión de que la cualidad de persona en un individuo se caracteriza porque actúa según una `ley de participación', ya que no es un elemento diferenciado de las cosas que le rodean. Los estudios de su colega y compatriota Marcel Mauss se centraron en las variaciones de identidad y reconocimiento de la `persona humana', según los distintos estados o momentos sociales que atraviesa. En Do Kamo (1947), el antropólogo francés Maurice Leenhardt retomó ambas concepciones y definió a la persona como “conjunto de participaciones vividas con el entorno mítico y social”. La persona es un “centro vacío” que sólo adquiere sentido y significación en su relación con el otro.

Algunos autores diferencian los conceptos de persona e individuo. En la década de 1970 la noción de persona surgió como entidad unida al proceso social en evolución, es decir `como proceso en sí', concepción que se oponía a la de individuo como `entidad separada' pero que participa de la estructura social. Hoy ser una persona implica también reconocer su `derecho a los derechos humanos'.

Persona, desde el punto de vista jurídico, en sentido estricto es el ser humano, en cuanto se considera la dignidad jurídica que como tal merece. Hay un deber general de respeto a la persona que cuando se infringe, origina acciones declarativas (tendentes a exigir la identificación frente al desconocimiento), negativas (orientadas a reprimir o impedir confusiones con otras personas, falsas atribuciones y simulaciones) e indemnizatorias, es decir aquellas que persiguen el resarcimiento de daños ocasionados a la misma. Consustancial con la persona es la capacidad jurídica, entendida como aptitud para ser titular de derechos y obligaciones. Junto a las personas físicas se reconoce la existencia de personas jurídicas, como las corporaciones, las asociaciones y las fundaciones.

La individualidad es el conjunto formado por pautas de pensamiento, percepción y comportamiento relativamente fijas y estables, profundamente enraizadas en cada sujeto.

La individualidad es el término con el que se suele designar lo que de único, de singular, tiene un individuo, las características que lo distinguen de los demás. El pensamiento, la emoción y el comportamiento por sí solos no constituyen la individualidad de un individuo; ésta se oculta precisamente tras esos elementos. La individualidad también implica previsibilidad sobre cómo actuará y cómo reaccionará una persona bajo diversas circunstancias.

Las distintas teorías psicológicas recalcan determinados aspectos concretos de la individualidad y discrepan unas de otras sobre cómo se organiza, se desarrolla y se manifiesta en el comportamiento. Una de las teorías más influyentes es el psicoanálisis, creado por Sigmund Freud, quien sostenía que los procesos del inconsciente dirigen gran parte del comportamiento de las personas. Otra corriente importante es la conductista, representada por psicólogos como el estadounidense B. F. Skinner, quien hace hincapié en el aprendizaje por condicionamiento, que considera el comportamiento humano principalmente determinado por sus consecuencias. Si un comportamiento determinado provoca algo positivo (se refuerza), se repetirá en el futuro; por el contrario, si sus consecuencias son negativas —hay castigo— la probabilidad de repetirse será menor.

Formación y desarrollo

Herencia y ambiente interactúan para formar la individualidad de cada sujeto. Desde los primeros años, los niños difieren ampliamente unos de otros, tanto por su herencia genética como por variables ambientales dependientes de las condiciones de su vida intrauterina y de su nacimiento. Algunos niños, por ejemplo, son más atentos o más activos que otros, y estas diferencias pueden influir

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