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Crisis De Los 3 años


Enviado por   •  19 de Junio de 2013  •  1.085 Palabras (5 Páginas)  •  733 Visitas

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La crisis de los tres años o crisis de las relaciones sociales del niño. Todos los cambios durante esta crisis se agrupan en torno a una formación nueva de tipo transitorio, cambian las líneas centrales y secundarias del desarrollo. Para entender la crisis de los tres años debemos examinar la situación del desarrollo interior y exterior, en medio del cual transcurre esa crisis. Existen una gran variedad de cambios y síntomas que presenta el niño durante esta etapa de personalismo

Síntomas primarios de la crisis:

Negativismo: primer síntoma que caracteriza el inicio de la crisis, y es fundamental diferenciarlo de la desobediencia habitual. Se opone a todo lo que le proponen los adultos, cuando el niño no quiere hacer algo por el simple hecho de que la propuesta parte de un adulto, no se trata de una reacción contra el contenido de la misma, sino por provenir de otro. El niño se obliga a si mismo a negarse a la orden del otro, aun y cuando a el mismo le hubiera gustado llevarla a cabo, obligándose a portarse en contra de su deseo afectivo solo por el afán de contradecir e ir a contracorriente. Se produce en este caso un peculiar desplazamiento de motivaciones. Cuando el negativismo está muy remarcado, se puede conseguir una respuesta contraria a todo cuanto se propone al niño en tono autoritario

*Diferencias entre desobediencia habitual y negativismo

EL negativismo es un acto de índole social. El niño no actúa a impulsos directos de su afecto, sino en contra de su deseo. El negativismo es una reacción de ir en contra del quien y no del que

Terquedad: Reacción infantil cuando el niño exige algo, no por desearlo intensamente, sino por haberlo exigido él. Insiste en su exigencia. El motivo de su terquedad se debe a que se siente obligado por su primera decisión.

*Diferencias entre terquedad y perseverancia habitual:

Si el niño insiste en su deseo, esa actitud no puede considerarse como terquedad.

Sin embargo cuando el infante adopta esta actitud testaruda de que solo por haberlo dicho él se mantiene en la exigencia, sin darse la oportunidad de recibir sugerencias, es entonces cuando se esta hablando de la terquedad

Rebeldía: la rebeldía se caracteriza por ser impersonal, va dirigida contra las normas educativas establecidas para el niño, contra su modo de vida, se manifiesta en peculiar descontento infantil expresado en gestos y palabras despreciativas con las que responde el niño a todo cuanto se le propone y se hace.

*Diferencias entre rebeldía y negativismo

Se diferencia del negativismo ya que esta no va dirigida al adulto si no a las normas que se establecen para el niño, esas órdenes que le dan y que al niño no le parecen. Además el niño realiza replicas insolentes hacia aquello que antes le solía gusta.

Insubordinación: El niño aspira a ser un individuo con mayor autonomía, realizar las cosas por si mismo

Otros síntomas destacables aunque su importancia es un poco más de segundo orden son: Los síntomas secundarios

Protesta violenta: En su comportamiento, el niño, se manifiesta rebelde, inmerso en constantes conflictos con aquellos con los que le rodean, sus padres, hermanos, etc.

A ello se relaciona el síntoma de la desvalorización donde el niño renuncia a juegos, juguetes etc., además, hace uso de palabras altisonantes, palabras y términos que significan todo lo malo, lo negativo.

Despotismo: El niño desea poner en manifiesto su poder déspota en relación con los que le rodean. Ocurre en familias con hijos únicos, en donde el niño busca los medios que le sean útiles para mostrar su poder sobre los demás “para poner en claro quien es el que manda, y el que manda es el”. Por ejemplo el niño grita exigiendo que la madre cumpla sus caprichos. Celos ocurre en familias con 2 o mas hijos en donde los mayores quieren marcar su dominio.

Aquel niño el que solía ser tan dócil, cariñoso, espontaneo, tierno y obediente pareciera que de pronto se ha convertido en un ser insolente, desobediente, egoísta. Todo eso afecta las impresiones que se tienen sobre el dentro del seno familiar. Se produce el llamado desdoblamiento, los conflictos pueden ser frecuentes. Hay cambios en la esfera afectiva, lo que prueba la creciente independencia y actividad del niño, que las relaciones del niño con la gente que le rodea o con su propia personalidad ya no son los de antes.

EL segundo conjunto de síntomas son las consecuencias de los síntomas principales. Se derivan de su tendencia a ser independiente. El niño se ve inmerso en conflictos internos y externo que le pueden producir reacciones neuróticas. Los temores nocturnos, el sueño agitado, dificultades de expresión, tartamudeo, extreman manifestación de negativismo, de terquedad, los llamados excesos hipo-búlicos.

A causa de esta conducta oposicionista la actitud social del niño se ve afectada, las relaciones con los de su entorno se complican de tal modo que esa imagen que se tenia del niño dócil, tierno y obediente pareciera nublarse y remplazarse por la imagen de un niño malcriado, rezongón y desobediente, causando así una relación tensa con las personas que le rodean.

Por otro lado el medio social será bastante influyente en la etapa del personalismo, ya que marcara las condiciones que determinaran el como el niño vivirá la crisis llevándolo a experimentarla de una forma muy cómoda, muy fuerte o “normal”. Si el niño viviera una crisis muy cómoda, esto lo afectaría de tal modo que el niño podría en un futuro, exaltar y elevar sus propias capacidades hasta llegar a un punto mas allá de la capacidad real, a lo que provocaría que en un futuro al darse cuenta del verdadero nivel de sus habilidades, este se volviese una persona insegura de si misma. Si las condiciones del medio favorecieran a una crisis fuerte entonces el niño tal vez pueda mantener una conducta oposicionista todo el tiempo, creando así a un verdadero “tirano”

Y es que ahora el niño ya es capaz de separar sus sentimientos de los demás, ya que en esta etapa esta consolidando la conciencia del si mismo y como ya lo hemos dicho este oposicionismo tiene el fin de reafirmar su autonomía, su “yo” y entonces poco a poco sustituye aquellas conductas en donde de manera simple y sin cuestionar se apegaba a lo que el adulto le ordenaba.

La crisis de los 3 años no es más que la resulta de una reorganización de esas relaciones sociales bilaterales entre la personalidad del niño y los individuos de su entorno

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