Cuatro Pilares De La Educacion

Así como los árboles crecen por años desde la fortaleza de sus propias raíces algo naturalmente similar ocurre en la subsistencia de un proceso vivo como es la educación; un proceso que va mas allá de las cuatro paredes de una sala de clases o la obtención de una nota de aprobación. Es por esto que resulta esencial el logro de un entendimiento tal que nos permita afrontar como comunidad educadora que el equilibrio de estos cuatro pilares del conocimiento: el aprender a conocer, el aprender hacer, el aprender a vivir juntos y el aprender a ser son esenciales para la armonía social y donde no se puede permitir que el logro personal hipoteque una visión simple, responsable y contemplativa de la vida. Lamentablemente esto aun descansa como idílica teoría ya que la realidad de la educación chilena actual valora estos pilares de manera desigual según criterios económicos, políticos y de lucha de clases como se analizará a continuación al abordar cada uno de estos pilares desde la realidad de la educación chilena.

Aprender a conocer. Si bien este es el pilar que centra casi la exclusiva atención educacional chilena, es este mismo desequilibrio que atenta contra la sanidad del propio pilar. Esto se refleja en el sentido que si bien la educación chilena ha enfocado sus esfuerzos en este aprender a conocer pero no ha logrado comprender la esencia de este pilar, ya que finalmente se han concentrado en un conocer especializado donde se sectoriza el conocer de manera tal que muchas veces los especialistas de distintas áreas de la ciencia pierden noción del medio y por ende no saben como colaborar al perder interés por el otro y por lo otro. Este último enfoque es el que prevalece actualmente en una educación que solo busca la reproducción social basando su calidad en una competencia extenuantemente individualista de un bienestar económico acorde a las infinitas necesidades que el mercado no para de reciclar aprovechando la mano que el sistema educacional actual les da. Es esta visión egoístamente sesgada del conocer que nubla su esencia, la oportunidad del renacer del hombre al apreciar la bondad del autoconocimiento y la investigación personal en la experimentación cotidiana.

Aprender a hacer. Si bien este pilar en gran medida subsiste con el aprender a conocer este se centra en la formación profesional, pero como se comentó con anterioridad; al estar estos cuatros pilares desvalanceadamente estimados y cuando un modelo educacional centra sus esfuerzo en el pilar del conocer desde un prisma en extremo funcionan y por ende atentando contra el espíritu del autoconocimiento, no es de extrañarnos que el aprender a hacer se encuentre contaminado en esta distorsión de competencias descarnadas e insatisfechas aspiraciones. Es así como al abordar la realidad de nuestro país donde domina una economía de mercado, es decir, un sistema asalariado donde la herramienta fundamental para valorar la capacidad de logro es a través del poder adquisitivo de los miembros de una comunidad; es en este punto donde el sistema educativo muestra escasa iniciativa e independencia para plantear algo diferente y se vuelve solo una herramienta del Estado para el logro de sus políticas propagandísticas y la perpetuación de un modelo que finalmente sacrifica la calidad de vida de los miembros de una comunidad y genera que la educación se centre al logro profesional como fin último obviando entregar a niños y jóvenes una visión del rol social y dimensionando el vivir en comunidad que experimentan.

Aprender a vivir juntos, aprender a vivir con los demás. Este pilar en teoría debería ser el motor de nuestra educación pero esto está lejos de ocurrir y como se mencionó anteriormente los dos pilares considerados y de mala manera por el sistema educacional chileno son el del conocer y del hacer. Es en este punto donde se refleja la gran contradicción de nuestra educación ya que por una parte asume su rol de reproductor social según el esquema económico de turno por ende cultivan mentes con información específica que les permita sortear los conductos de selección en pro de alguna meta profesional, técnica o de otra inserción laboral cualquiera y por otra parte se espera en teoría que los jóvenes se conozcan así mismos y a los demás a través de una visión más íntegra del conocimiento en el interactuar social cotidiano, pero las expectativas sociales que imperan hoy en día distan mucho de esta visión y son ellas las que someten el actuar educativo chileno actual.

Aprender a ser. Finalmente, este pilar en el cual convergen los tres anteriores se encuentra afectado por una extrema teorización valórica de las cualidades o características funcionales que debe tener un ser social y por ende alejan a la educación chilena de la experiencia práctica del vivir. No cabe duda que muchas autoridades deben tener muy buenas intenciones pero si no logran armonizar un fin con un medio en particular se seguirá en una constante crisis social que se asocia a un modelo social-económico que toma posesión de herramientas que deberían hacer libres a los hombres como es el caso de la educación, que pudiendo ser fuente de profesionales con sentido social en comunidad, terminó siendo una fábrica más, perpetuando clases disfrazadas de aspiraciones sociales a través de un sobre expuesto poder adquisitivo que pone en cuotas un tiempo que podría estar destinado a encontrarnos en una simple conversación con la realidad de nuestros niños y jóvenes hoy y desde ellos entender nuestra necesidad de dejar algo mejor encaminado para las futuras generaciones.

LOS CUATRO PILARES DE LA EDUCACION.

1.- Aprender a Conocer

Aspecto: Académico informativo

Contenidos y Objetivos: Conceptuales

Descripción: Consiste en poseer una cultura general amplia, con conocimientos básicos de una gran cantidad de temas y conocimientos profundos específicos de algunos temas en particular. Implica aprender a aprender para continuar incorporando nuevos conocimientos a las estructuras ya establecidas.

2.- Aprender a hacer.

Aspecto: Académico práctico.

Contenidos y Objetivos: Procedimentales.

Descripción: Se refiere a las competencias personales que permiten hacer frente a las situaciones cotidianas, resolver problemas,

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