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Definición De Esfuezo


Enviado por   •  21 de Febrero de 2014  •  2.301 Palabras (10 Páginas)  •  164 Visitas

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A todo lo largo de este Trabajo, en todas sus partes, es preciso hacer el esfuerzo de recordarse. La memoria está en los tres centros. Supongamos que un hombre llegue a un estado en el Trabajo en el cual siente la necesidad de tener un propósito, basado sobre lo que ha observado en sí mismo. Tiene un propósito y luego resuelve cumplirlo. Pero con el fin de cumplirlo, es preciso que recuerde. No sólo debe recordar cuál es su propósito, pero debe recordar por qué se hizo ese propósito, y qué lo condujo a querer cumplirlo. Si recuerda simplemente su propósito en la forma de palabras, a saber, que este propósito no es para hacer esto o aquello, no para reaccionar de esta manera o de aquella —porque primero nuestros propósito habrían de ser no hacer— no basta. Sólo recuerda con una parte muy pequeña del Centro Intelectual. Para recordar de un modo verdadero es preciso que retroceda y re-creé la situación en la que se hizo su propósito, y reflexione acerca de su significado y vuelva a sentir las circunstancias en las que resolvió cumplirlo, etc. La plena memoria es una cuestión de los tres centros que trabajan simultáneamente, y un propósito incluye a los tres. Parque si un hombre va a trabajar en contra de algo que está en sí mismo, la cosa, sea lo que fuere, estará representada en el Centro Intelectual, y en el Centro Emocional, y en el Centro Motor, y el cumplimiento de su propósito compromete a los tras; y el recuerdo de su propósito también compromete a los tres centros. Al hacer un esfuerzo sobre un aspecto de sí mismo, tal como alguna forma particular de ser negativo, recuerde que en uno mismo todo se efectúa en ciclos, es decir, todo acontece repetidamente y a ciertos intervalos. No es que esos intervalos sean regulares, sino que las cosas se repiten o retornan, internamente, a veces antes, a veces después. Lo importante es que por la observación una persona observa y recuerda que esto ocurre así, y de este modo logra cierta presciencia y puede producir un choque en sí antes que algún modo de ser o algún estado de ánimo haya empezado propiamente en si misma. Esto pertenece a la idea de hacer el esfuerzo en el momento oportuno. Una vez que un estado de ánimo o un modo de ser característico, etc., haya logrado suficiente fuerza, es difícil o imposible detenerlo. Pero si la observación de sí ha desarrollado en uno mismo esa memoria especial que resulta de ella (y sólo puede resultar de ella), luego si esta nueva memoria es bastante fuerte le dará un punto de ventaja que le permitirá hacer un esfuerzo sobre algún estado inútil, cuando empiece a regresar. Es decir, si lo reconoce. Si en verdad empezó a tenerle antipatía, entonces tendrá una emoción que podrá ayudar su memoria y pensamiento. Esto lo ayudará a observar más, a saber, que el estado se inicia antes de lo que pensaba usted, en pequeñas cosas triviales que

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antes no había relacionado con él, tal como comenzar a emplear ciertas frases o un ligero cambio de sentimiento hacia los otros, y así sucesivamente. Una observación más amplia nos ayuda a reconocer los estados de depresión y a distinguirlos de los estados negativos. La depresión no es la misma cosa que ser negativo. Traten de descubrir esta verdad por sí mismos. Observen que es así. En la última disertación se hizo particular hincapié sobre esta distinción, y si no ha observado usted que la depresión se diferencia de ser negativo, entonces no ha entendido su significado. Las personas que creen ser brillantes, alegres y felices, suelen estar muchas veces deprimidas. En todo caso, no es la misma cosa que ser negativo. La observación de sí y el recuerdo de los estados de depresión son muy importantes,, porque a menos que uno reconozca lo que es en verdad la depresión, se puede hacer la clase equivocada de esfuerzo. Es sólo por la comprensión de dichos estados que es posible trabajar sobre ellos de un modo correcto. La depresión es muchas veces el resultado de la enfermedad, o más bien, al estar enfermo se presenta la posibilidad de sentirse deprimido. Al estar enfermo la vitalidad baja. Esto no es en verdad depresión sino que se debe al hecho de que cuando el Centro Instintivo, que se ocupa del trabajo interior del organismo y de su química, tiene que enfrentarse con la enfermedad, pide préstamos a los otros centros, del mismo modo que en la guerra se obtiene dinero de todas clases de fuentes. Todos ustedes ya han oído hablar de que por lo general el Centro Instintivo pide prestado primero al "Banco" del Centro Motor, luego al del Centro Emocional y después al del Centro Intelectual. Pero esto no es necesariamente depresión; es vitalidad deprimida, y si uno se cuida de ser pasivo y de reo identificarse con ella cuando empieza, si no se espera nada y se permanece tranquilo y pequeño en uno mismo, la depresión no produce pérdida de esperanzas, sino un estado en el cual no se debe pensar y es preciso quedarse quieto y silencioso en uno mismo. Se producen, claro está, alteraciones rítmicas en el cuerpo que llevan a la depresión. Se debe aprender en la enfermedad y en tales estados de alterada vitalidad a descubrir dónde se está en uno mismo y lo que se puede hacer, lo que está cerrado y lo que está abierto. Querer comportarse como de costumbre cuando se está enfermo es lo que deprime. Esta es una actitud equivocada. Estar internamente tranquilo, detener la imaginación, detener las quejas, relajarse, darse cuenta de que se está enfermo y se dispone de escasas fuerzas es la manera correcta de encarar la situación. A diferencia de la depresión, la emoción negativa es siempre causada por otra persona. No es preciso que la otra persona esté presente. Si se tiene imaginación ésta actúa en lugar de dicha persona. La imaginación nos hace negativos —la memoria nos hace negativos— pero es siempre imaginar o recordar una persona. Cuando la emoción negativa surge de la imagina- ción o de la memoria repite por lo general lo que se ha sentido antes respecto de la persona de que se trata, y al cabo de un tiempo es posible observar cuándo se produce por primera vez, en cuyo caso se lo puede extirpar antes que alcance su plena fuerza. Cuando usted es "violentamente negativo", como dijo alguien, no se puede hacer gran cosa. ¿Por qué? Porque usted no lo desea, y a todos nos gusta ser violentamente negativos en algún momento. Es preciso comprender que a la gente le gusta ser negativa y sentir que sufre. Esto es todo lo que se puede decir. Pero hay que verlo. Es menester luchar mucho y por largo tiempo para empezar a no gustar de ser negativo. Es demasiado fácil ser negativo. Sólo usted mismo, en su más hondo

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