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Del Sueño Americano A La Pesadilla Mexicana: Análisis Estructural De La Película Abel


Enviado por   •  14 de Septiembre de 2011  •  3.468 Palabras (14 Páginas)  •  3.980 Visitas

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Resumen:

El presente trabajo tuvo por objeto analizar, a la luz del enfoque estructural de la terapia familiar sistémica el filme titulado Abel, dirigido por Diego Luna. Esta es la historia de un sistema disfuncional que desarrolla en uno de sus miembros, síntomas homeostáticos.

El filme retrata a una familia que ha sufrido el impacto del fenómeno de la migración. Una vez que el jefe de la familia sale, en pos del sueño americano, inicia una pesadilla para los que se quedan.

En este sistema, el hijo de en medio de esta familia, de 9 años de edad se constituye en el chivo expiatorio, depositario de los aspectos negativos de la familia que en este caso es el colapso emocional por desviación del conflicto en el subsistema conyugal, desarrollando un trastorno paidopsiquiátrico por el que es internado y posteriormente un proceso de parentalización que es permitido y alentado por la familia.

Palabras clave. (5) Migración, Familia, Sistema, Subsistema, Límites

Introducción:

La terapia familiar sistémica con enfoque estructural constituye un parteaguas en la historia del desarrollo de estrategias terapéuticas por cuanto considera que no sólo es importante incidir en el cambio personal de la persona que acude a terapia.

Las observaciones de Salvador Minuchin, en la correccional de niños de Wilwyck en Nueva York, le llevan a descubrir la importancia de las relaciones que se establecen entre los miembros de una familia y cómo impactan en la conformación y estructuración de la familia y cómo impactan en la vida de todos los que integran el sistema.

Esto hace necesario un abordaje sistémico y estructural que sí incida en estos procesos relacionales que se producen en el seno de un sistema familiar.

En el presente trabajo se presenta el análisis estructural de la cinta mexicana titulada Abel y dirigida por Diego Luna.

Planteamiento de la situación:

Se trata de un filme producido con el apoyo del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, a través de Imcine y el Fondo de Inversión y Estímulos al Cine Mexicano (Fidecine), además del Gobierno del estado de Aguascalientes.

Diego Luna, el realizador del filme, en esta cinta explora la problemática que viven muchas familias mexicanas, en las cuales, uno o más miembros de la familia, se ven en la necesidad de salir del núcleo familiar y del país en busca del sueño americano y aborda la situación que viven “los que se quedan”.

El filme aborda la historia de la vida cotidiana de una familia de Aguascalientes que vive una crisis estructural en la cual el padre sale del hogar en busca del sueño americano para posteriormente abandonarlos.

Abel, (Christopher Ruiz-Esparza) el protagonista de la historia es un niño de 9 años que sufre un trastorno paidopsiquiátrico de rasgos psicóticos, cuyo aparente factor desencadenante fue la ausencia del padre. La historia comienza cuando la madre se entrevista con el médico tratante del niño quien se encuentra internado en una clínica infantil y el médico trata de convencerla de que el niño sea trasladado a un Hospital Infantil en la Ciudad de México para ser tratado ya que hasta ese momento no ha habido avances en su tratamiento y el niño sigue sin hablar.

La madre se resiste al traslado y le hace al médico la propuesta de que el niño regrese al sistema familiar confiando en que esta estrategia favorecerá el proceso del niño. El médico accede a que el niño regrese al núcleo familiar por un tiempo para observar si se produce una mejoría en el niño.

Al llegar a casa, Abel permanece en silencio, aislado de la familia, y al no poder conciliar el sueño durante la noche, pasa largas horas frente al televisor viendo películas mexicanas de Pedro Infante en los que queda expuesta la dinámica del sistema familiar patriarcal propuesto por el cine de oro mexicano.

La familia de Abel en ese momento, es una familia monoparental en la que la madre, Cecilia (Karina Gidi) ante la ausencia y abandono del padre, se hace cargo de la familia como costurera. Esta familia está integrada por la madre, y tres hijos: la mayor, Selene (Geraldine Galván) una adolescente estudiante de secundaria, Abel de 9 años y el pequeño Paúl (Gerardo Ruiz-Esparza) en edad preescolar.

La estructura y dinámica familiar propuesta como modelo en los filmes que el niño observa, lo confrontan y lo llevan a revisar su propia estructura familiar. Ante esto, el niño comienza a observar la foto de boda de sus padres y eso lo lleva a revisar las fotos familiares y los integrantes de su familia.

En este momento de confrontación que el cine provoca en el niño, la madre lleva a Abel a una junta de padres de familia en la escuela del pequeño Paúl. En esa junta, Abel echa de menos la figura del padre en su estructura familiar y comienza a actuar como padre del niño.

Después de ese evento, sorpresivamente Abel comienza a hablar; sin embargo comienza a asumir el rol del padre pretendiendo hacerse cargo de la madre, de su hermana adolescente y de su hermano menor.

Ante este hecho, la madre comunica al médico el hecho de que Abel haya vuelto a hablar, mas oculta la parentalización del pequeño. El médico le sugiere que procuren no contradecir al pequeño. Esta prescripción favorece que la familia refuerce y admita la conducta de Abel por temor a una recaída del menor.

A partir de ese momento Abel se hace cargo de la familia: revisa las tareas escolares, pone orden en la mesa e incluso se enfrenta al novio de su hermana adoptando el papel tradicional del padre propuesto por el sistema patriarcal retratado en el cine de oro mexicano.

Al principio, los hermanos de Abel se resisten y se rebelan a la actitud atípica del pequeño y por presiones de la madre y el temor de una recaída, terminan acostumbrarse a este cambio de roles y jerarquía en su familia.

Sin embargo, la historia da un giro cuando, después de dos años, el padre, Anselmo (José María Yazpik) regresa. Abel no duda en confrontar al padre a ratos ignorándolo, a ratos ridiculizándolo y a ratos mostrándole que es el pequeño el que lleva el control del hogar y ha ocupado su lugar.

El recién llegado padre se encuentra sumamente desconcertado no sólo por la actitud de su pequeño hijo sino por la actitud de toda la familia, quienes siguen el juego del pequeño.

Cuando el padre llega a la casa, lleva unos regalos a sus hijos y, entre ellos lleva a su hija una cámara fotográfica en cuya memoria se encuentran reveladores testimonios de una familia paralela que el padre tiene en el estado de Coahuila. El descubrimiento de las fotografías evidencia el abandono

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