Dimensiones De La Enseñanza

Cada niño y niña juegan un papel activo dentro del proceso de enseñanza y aprendizaje, constantemente están en construcción de conocimientos, a través de las experiencias previas que adquieren en el contexto donde se desenvuelven.

En la educación inicial se les brinda a los niños y niñas una rutina de trabajo establecido, donde se pretende brindar apoyo en el desarrollo cognoscitivo-lingüístico, socioemocional y psicomotriz, con el fin de brindarles una mejor calidad de vida como seres individuales y activos dentro de la sociedad. Se enfatiza en sus capacidades y actitudes creadoras, para enriquecer su interacción en el contexto y su posterior inserción al Sistema de Educación Formal.

El niño y la niña de educación inicial es un ser en desarrollo que presenta características físicas, psicológicas y sociales propias, su personalidad se encuentra en proceso de construcción, posee una historia individual y social, producto de las relaciones que establece con su familia y miembros de la comunidad en que vive, por lo que un niño y niña es un ser único, tiene formas propias de aprender y expresarse, piensa y siente de forma particular y gusta de conocer y descubrir el mundo que le rodea.

El objetivo principal del preescolar es el de capacitar a cada niño y niña, durante sus primeros años de escuela, a ser un participante activo y autónomo de su propio aprendizaje. Para ello, es necesario que el pequeño posea una imagen positiva de sí mismo, como persona y como sujeto que aprende y que forma parte de una sociedad; en función de sus capacidades y habilidades. La madurez del niño y niña se percibe en términos de su funcionamiento intelectual, la fuerza de su confianza en sí mismo, su iniciativa, su creatividad y su capacidad de relacionarse con los otros, lo que le permitirá participar en la vida social, política y económica de su país.

En las aulas los niños jamás resultan iguales unos a otros, cada uno tiene historias de vida e intereses distintos, cada uno es tan sólo eso, “uno”. Es un hecho inherente a la condición humana la existencia de diferencias individuales a la hora de aprender. Niños, jóvenes o adultos se diferencian notablemente en aspectos tales como las preferencias a la hora de aprender unos contenidos u otros; en cuanto a la dedicación, esfuerzo o atención que se pone en las tareas a aprender; en cuanto a la rapidez por transferir lo aprendido de un área a otra o a la cantidad de repeticiones necesarias para consolidar o retener un aprendizaje... tomando en cuenta todos estos aspectos se distinguen cuatro dimensiones que son: afectiva, social, intelectual y físicas.

1.- La dimensión afectiva está referida a las relaciones de afecto que se dan entre el niño/niña, sus padres, hermanos, familiares, docentes y otros niños. La afectividad se aplica en emociones, sensaciones y sentimientos; su autoconcepto y autoestima están determinados por la calidad de las relaciones que establece con las personas que constituyen su medio social. Los aspectos de desarrollo que están contenidos en esta dimensión son:

- Identidad personal: se constituye a partir del conocimiento que el niño y niña tiene de sí mismo, de su aspecto físico, de sus capacidades y el descubrimiento de lo que puede hacer, crear y expresar; así como aquello que lo hace semejante y diferente de los demás a partir de sus relaciones con los otros. En la escuela se aprende a desempeñar roles y a expresar comportamientos apropiados a cada sexo.

- Cooperación y participación: se refiere a la posibilidad de intercambios de ideas, habilidades y esfuerzos para lograr una meta en común. En educación inicial descubren la alegría y satisfacción de trabajar conjuntamente, aunque en los juegos los niños y niñas prefieren como compañeros de juego a quienes son de su mismo sexo, ya que los varones siempre están ligados a luchas, patear pelotas y las chicas practican expresión corporal.

- Expresión de afectos: se refiere a la manifestación de sentimientos y estado de ánimo del niño/niña, como: alegría, miedo, cariño, agrado, desagrado, entre otros. En la edad preescolar se forman emociones morales sencillas. El niño/niña muestra satisfacción y alegría cuando los adultos aprueban y alaban sus actos; por el contrario, se entristece y avergüenza

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