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EL EDUCADOR COMO MEDIADOR DEL PROCESO DE ENSEÑANZA Y APRENDIZAJE


Enviado por   •  1 de Octubre de 2013  •  1.857 Palabras (8 Páginas)  •  357 Visitas

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EL EDUCADOR COMO MEDIADOR DEL PROCESO DE APRENDIZAJE. DESTREZAS QUE DEBE POSEER COMO FACILITADOR

El proceso de aprendizaje es sumamente complejo, varía de un individuo a otro debido a que cada persona es única en su forma de aprender que está determinada por diversos factores producto de experiencias previas, características y necesidades intelectuales.

En el gran compromiso que implica el ejercicio de la docencia, el profesor solamente tiene un porcentaje de responsabilidad en el logro de los objetivos de aprendizaje de los estudiantes, su deber es suministrar a los alumnos herramientas que le faciliten el proceso de aprender.

El término mediador del proceso de aprendizaje con el que se define a los docentes, deja claro su rol en el transitar de los estudiantes por los vericuetos del saber. Si se analiza el significado del vocablo mediador presentado en el diccionario Larousse nos dice: “Que media a favor de alguien” y las palabras de Mario Corredor Jácome:”Una situación de mediación es siempre necesaria para facilitar y asegurar la adquisición de esos nuevos saberes”… “El compromiso del docente entonces es mediar entre el saber y el aprendiz y, como resultado de esa mediación, facilitar el aprendizaje del alumno”.

De esta afirmación se puede deducir que el docente debe ser un guía que mediante estrategias acorde a las características y necesidades de los estudiantes, facilite el logro de los objetivos de aprendizaje.

¿Cómo pueden ser los docentes unos mediadores efectivos del aprendizaje? Ante todo el profesional de la docencia debe tener una vocación verdadera para ejercer esta labor, sentir una inclinación natural por desempeñar este rol, esto lo impulsará a dar lo mejor de sí en el aula de clases favoreciendo enormemente su ejercicio.

En segundo lugar es muy importante la formación profesional que le permitirá la obtención de los elementos académicos necesarios para desempeñarse con mayor eficiencia. Otro factor de importancia es la experiencia, el aprovechamiento de la oportunidad que representa dar clases a diversos grupos con el transcurrir del tiempo, constituye un tesoro invaluable que desarrolla una maestría generadora de la fluidez que hace posible que ninguna clase se parezca a otra, por ello el profesor en lugar de ser un mero repetidor de información o conocimientos, debe ajustar su discurso a cada grupo al que se dirige, a sus necesidades, nivel sociocultural, y situación actual.

El docente debe también tener claro como mediador del aprendizaje, que en su forma de comunicarse con los alumnos es necesario que utilice un lenguaje claro, sencillo y acorde con el nivel académico, de este modo se genera la empatía necesaria para motivarlos y producir en los grupos la energía necesaria que convertirá cada clase en una experiencia enriquecedora, acorde con la cotidianidad y provechosa para la vida; los alumnos solo recordarán aquello que pueden aplicar en los diferentes entornos en lo que se desenvuelven.

Además, el ejercicio de la docencia debe estar basado en un sistema de valores, tan olvidados en la actualidad y cuyo rescate fomenta la toma de conciencia acerca de la verdadera esencia de la sana convivencia tan necesaria para la salud mental y emocional de los seres humanos.

Adicionalmente el profesor debe tener en cuenta que desde el primer momento en que se coloca frente a sus alumnos es un modelo a seguir, por ello es fundamental el ejemplo que da a los estudiantes en cuanto a sus actitudes, conductas y forma de interactuar en el aula. La trascendencia que tiene una reflexión, comentario o clase suministrada por los profesores no tiene límites, de hecho existen educadores que nunca son olvidados por sus alumnos y cuya presencia en sus vidas en ciertos casos, constituye un sello en el ejercicio profesional.

Otra característica determinante en la actividad de los docentes es la autoconfianza, el profesional de la educación debe confiar plenamente en su capacidad para ejercer su labor, esta cualidad se proyecta a los alumnos creando el clima apropiado para que los participantes confíen en las estrategias de aprendizaje suministradas por el profesor, como afirma Paulo Freire, educador brasileño: “Enseñar exige seguridad, capacidad profesional y generosidad".

En cuanto al proceso de aprendizaje de los estudiantes, es indispensable que el docente no se crea el responsable absoluto de ello, si se trata de un profesor que no llena las expectativas del grupo, los alumnos pueden auto motivarse y generar las condiciones necesarias para lograr sus objetivos, en lugar de resguardarse en la afirmación: “Ese profesor es un pirata”, los estudiantes tienen que estar claros en lo que quieren lograr y actuar en función de ello independientemente del grado de satisfacción que tengan con respecto al desempeño del educador.

En el caso de los alumnos que no quieren asumir su rol dentro del proceso de aprendizaje, el docente debe diseñar y aplicar estrategias motivacionales y continuar dando lo mejor de sí, teniendo claro que el ejercicio de mediador tiene sus límites y la decisión de aprovechar o no la orientación suministrada por el profesor, es exclusiva de los estudiantes.

Definitivamente en el proceso educativo existen dos actores fundamentales: Docente y estudiante, cada uno tiene su función y pueden cumplirla solamente si sus objetivos están claros, si conocen su ubicación actual y a dónde quieren llegar; ambos deben estar conscientes de su compromiso para desempeñarse efectivamente en el escenario educativo y no defraudarse a sí mismos, cada quien que asuma su responsabilidad.

Ante la exigencia de la sociedad venezolana para mejorar el sistema educativo es necesario, entre otras acciones,

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