EL HUMANISMO EN EL APRENDIZAJE: CAMINO HACIA LA LIBERTAD, LA INDEPENDECIA Y LA EFECTIVIDAD.

EL HUMANISMO EN EL APRENDIZAJE: CAMINO HACIA LA LIBERTAD, LA INDEPENDECIA Y LA EFECTIVIDAD.

Desde hace tiempo en nuestro país el sistema utilizado en la enseñanza podría considerarse totalmente conductista, aunque en los últimos años “se ha tratado de integrar un poco el humanismo”, sin embargo sería imposible hablar de una inclusión del modelo humanista en la educación si aún se sigue considerando al estudiante como un individuo vacío que adquiere conductas, es imposible hablar de esta inclusión si se continúan con ideas de tiempos remotos, por ejemplo, se puede considerar que el alumno es una tabula rasa (una hoja en blanco) en donde se irá escribiendo conforme pasa el tiempo, sin embargo pocas veces se consideran los problemas o aflicciones que el alumno puede traer en su cabeza.

Ahora bien, no siempre se tiene la certeza de que el alumno está dispuesto a llenar su cabeza con contenidos que en ocasiones pueden resultar aburridos y cansados, desafortunadamente para el sistema educativo (maestros) es más cómodo verlo desde una perspectiva conductual, pues es muy fácil ver al alumno como una hoja en blanco que está dispuesta a ser rayada, pero hay una gran diferencia entre esa hoja y el alumno, pues la hoja no piensa y no siente y el alumno sí.

Asimismo, es poco coherente hablar de una inclusión del humanismo en las aulas en donde se lleva a cabo el aprendizaje, pues el profesor sigue siendo una representación de autoridad ilimitada, el profesor sigue siendo quien tiene el poder y es quien manda, el profesor enseña lo que él considera que el alumno debe aprender. Esto además de generar un ambiente de incomodidad para el alumno, puede llegar a convertirse en un ambiente de amenazas y castigos, por tanto no sería extraño que el docente al sentir que tiene el control cayera en abuso del poder, impidiendo que el alumno exprese sus ideas libremente y evitando una independencia en el alumno para aprender por su propia cuenta.

En contraste con lo mencionado anteriormente, el humanismo en la educación interviene de forma indirecta, ya que en ella el docente permite que los alumnos aprendan utilizando métodos y técnicas agradables para el alumno, mientras que impulsa y promueve experiencias que los alumnos inician, de modo que con ello puedan conseguirse aprendizajes vivenciales que puedan adquirir un sentido.

Conforme al paradigma humanista, los alumnos son sujetos individuales, únicos, diferentes de los demás; personas con iniciativa, con necesidades personales de crecer (autorrealización), con potencialidad para desarrollar actividades y para solucionar problemas de forma creativa. Desde esta visión, los estudiantes no son seres que sólo participan cognitivamente o que únicamente prestan atención a lo que el docente dice para grabarlo en su mente, sino personas con afectos, intereses y valores particulares.

El propósito del docente humanista podría resumirse en dar a los estudiantes la oportunidad de explorar y entrar en contacto con sus sentidos, autoconceptos y valores. Involucrar los sentidos las emociones, las motivaciones, gestos y disgustos de los estudiantes. Formar a los estudiantes en la toma de decisiones dentro de ámbitos donde respeto a los derechos de la persona sean primordiales, y donde lo justo y lo injusto, se cuestione. Y para que esto se lleve a cabo el profesor debe no solo mostrar interés, sino estar interesado en el alumno como una persona total, buscar ponerse en el lugar del alumno para poder entender mejor la situación por la que está pasando, no impone de manera autoritaria, sino que pone a disposición de los alumnos sus conocimientos y su experiencia, de igual manera les hace saber que pueden confiar en él y que podrán contar con él cuando sea necesario.

Sin embargo hablar del docente es algo que queda en segundo término pues en realidad

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