El Filosofismo

Con respecto a la experiencia del consumo se pueden tratar los siguientes conceptos: la austeridad, el autocontrol, la solidaridad, el desasimiento, la relación entre consumo y conciencia y que significa que el consumo se instale como placer

La austeridad se refiere a vivir de manera modesta y sobria, sin la presencia de lujos, por esta razón forma parte del catolicismo junto con el autocontrol, el cual se entiende como control de uno mismo para seguir el camino de la perfección y la solidaridad como un gesto vinculado a la propia salvación o como la materialización del amor hacia Dios. Dichos conceptos nos llevan al desasimiento del mundo, es decir, al de los placeres terrenales .Estos son los principales argumentos que la religión utiliza para criticar el consumismo, que solo se justifica si es por necesidad y es considerado despilfarro cuando es por goce o placer. ¿Pero que significa que el consumo se instale como placer? Esto quiere decir que en la civilización actual los objetos contribuyen a realizar las posibilidades del yo, por lo que se vuelve necesario consumir para satisfacer u deseo, pro esto si bien se lleva a cabo regularmente no se puede instalar como un “sentido de vida” o como algo esencial en nuestra existencia.

En la actualidad podemos encontrar res figuras ético culturales arquetípicas que nos permiten analizar el problema del consumo: la del Aseta, la del hedonista y la del Estoico

Aseta: Tiene como proyecto o “sentido de vida” realizar objetivos trascendentales, mediante la negación de si mismo y de los otros. Su principal objetivo es lograr la salvación ya sea intramundana, como lucha política por la emancipación, o bien exta-mundana, es decir, en la otra vida. El aseta suele representarse con la figura de un héroe que es capaz de dar la vida y que exige el máximo rigor moral y coherencia a el y a los demás y considera todos los placeres como mundanos y por debajo de las finalidades que dan sentido a la vida. Dos ejemplos de esta figura con el Che y Sor Teresa

Hedonista: Es el opuesto al aseta ya que se siente atraído por los placeres, pero el deseo para el es una especie de matrimonio, solo la consumación de este satisface al hedonista y le otorga el verdadero placer. Esto se convierte en un círculo vicioso debido a que cada vez que siente algún deseo siente la necesidad de satifacerlo para conseguir placer y asi sucesivamente. Por consiguiente para el siempre abra una gran distancia entre deseo y placer. Está completamente poseído por los objetos (bienes o personas) en quienes encuentra la satisfacción.

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