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El Niño Y Su Contexto Socio Cultural


Enviado por   •  12 de Noviembre de 2012  •  1.564 Palabras (7 Páginas)  •  1.008 Visitas

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El niño y su contexto sociocultural

Introducción.

El aprendizaje de signos y códigos es fundamentalmente cultural; de tal manera que dos hermanos, e incluso gemelos, que crecieron en contextos y culturas diferentes (donde se hablaron idiomas diferentes) aprenderían los signos y los códigos propios de las culturas locales. Por lo que puede afirmarse que los idiomas constituyen aprendizajes culturales que tienen poco que ver con la herencia biológica.

En el proceso de aprendizaje de la cultura entran en juego factores de carácter social; entre ellos los que conciernen a los fundamentos ideológicos de un pueblo, que se refieren fundamentalmente a las formas como se conciben las relaciones entre los sujetos y los sistemas sociales. Pero también en este mismo proceso de acercamiento a la aprehensión de la cultura local y nacional accedemos simultáneamente al aprendizaje de la cultura universal. Y en este mismo sentido, vamos adquiriendo conocimientos generales y particulares sobre temas de la ciencia, la técnica y la cultura; vamos, de hecho, conociendo cada vez mejor el desarrollo histórico de nuestra sociedad. En el presente trabajo se presenta un estudio analítico sobre las preferencias iconográficas de los niños de educación preescolar y cómo influye el contexto socio cultural en su aprendizaje y desenvolvimiento.

Desarrollo.

Hay probablemente todo un numero de aspectos psicológicos en el desarrollo humano en los que el cambio ha sido constante o, dicho de otro modo, ha acompañado de manera estable al cambio evolutivo, y uno de ellos sin duda es el estado de maduración social que conocemos como infancia. Nos encontramos aquí con dos hechos importantes. Por una parte la infancia deja de ser una etapa reducida al mínimo requerido por el crecimiento biológico para pasar a constituirse en una etapa determinada por los requerimientos (convencionales, sociales y políticos) del desarrollo psicosocial cuyos límites podrían prolongarse indefinidamente. Por otra parte, el desarrollo en cuanto a la culturización, el proceso de formación psicosocial del niño pasa de estar articulado alrededor de la actividad productiva general de la comunidad, a especializarse y circunscribirse a un contexto cultural profesional diseñado específicamente para la infancia, influyendo este en el aprendzaje que adquiere el niño.

Elkonin (1980) es probablemente el psicólogo que mejor entendió el proceso de cambio histórico en la infancia. Según Elkonin, los modos de construir la mente humana o las funciones superiores, que han ido cambiando históricamente y van ligados a la actividad cultural, han ido generando a su vez diversos programas y entornos de desarrollo para la infancia, construyendo programas de actividad del niño.

La última gran revolución fue la escolarización sistemática y el ejercicio y el aprendizaje como actividades específicas (Venger y cols., 1990). Aparece un nuevo sistema de actividad, nuevos roles, y nuevos mediadores simbólicos externos y procesos mentales para organizar la actividad. Para el niño y para el adulto que le enseña aparecen los roles de alumno y maestro: enseñar y aprenda de manera altamente profesionalizada (y no como actividad integrada en la actividad productiva principal: tejer, regar, barrer, etc.). La revolución que ahora se está realizando sobre la anterior es la ruptura entre el niño presente y el adulto futuro que será, es decir, la desconexión del niño del modelo humano que ha venido asumiendo los adultos.

Porque antes de la escolarización, el argumento social y el procedimiento técnico de una actividad (el argumento social de ir a cazar y el procedimiento técnico para lanzar una flecha con precisión por ejemplo) están unidos. La educación los separa, lo que sin duda tiene ventajas cognitivas, pero plantea serios problemas a la hora de imitar modelos sociales.

El niño se esfuerza pues por reunificar esos dos aspectos y busca modelos para hacerlo, sin encontrarlos. Porque ((un modelo no es solo una imagen del otro, sino una imagen de uno mismo a través del otro)). El niño pasa, siempre de acuerdo con Elkonin, por tres fases siguiendo al modelo: 1) hacer o actuar como el modelo, 2) ser como el modelo, 3) ser capaz de hacer lo que hace el modelo, pero ya diferenciándose de éste separando muy claramente su propio yo del modelo. Pero al seguir a los modelos adultos el niño se encuentra hoy con problemas serios: los modelos de la actividad adulta no sirven para la actividad que se le propone y permite al niño. Se rompen así los lazos de sentido entre el presente y el futuro.

Cada etapa de desarrollo histórico de la infancia no solo se ha desconectado de la anterior sino también de la siguiente. Al tiempo que la escolarización se hace cada vez más amplia en el tiempo y se extiende hacia preescolar y hacia la edad adulta, se ahondan las barreras con la actividad familiar y real del niño y la familia

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