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Enfermedad Del Parkinson Y Alzheimer


Enviado por   •  9 de Septiembre de 2014  •  3.628 Palabras (15 Páginas)  •  318 Visitas

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INTRODUCCION

Amedida que las personas viven más tiempo y la población del mundo envejece, las enfermedades de inicio tardío como la enfermedad de Parkinson y la enfermedad de Alzheimer afectarán cada vez a más personas. Ambas enfermedades son neurodegenerativas y típicamente se inician en etapas tardías de la vida, por lo que muchas personas asumen que están relacionadas o vinculadas de alguna manera. Veamos cuánta verdad encierra esta idea.

Primero que nada, las dos enfermedades no están relacionadas, pero comparten algunas similitudes. Tanto la enfermedad de Alzheimer como la enfermedad de Parkinson tienen un inicio tardío en la vida, generalmente después de los 50 años de edad. Ambas enfermedades son neurodegenerativas, lo que significa que las células del cerebro (neuronas) se dañan y mueren durante el transcurso de la enfermedad. Ambas son además progresivas, por lo que empeoran con el tiempo. En las etapas tardías de ambas enfermedades, la neurodegeneración puede ocasionar demencia, un deterioro grave de la memoria, el juicio, la orientación y la función ejecutiva. Aproximadamente dos de cada tres casos de demencia son ocasionados por la enfermedad de Alzheimer, lo que la convierte en la causa más común. Mientras tanto, la demencia debida a la enfermedad de Parkinson corresponde a una porción mucho menor de todos los casos de demencia.

A pesar de todas estas similitudes, las enfermedades de Alzheimer y Parkinson son dos enfermedades totalmente distintas con diferentes mecanismos, síntomas y tratamientos. La enfermedad de Parkinson es principalmente un trastorno del movimiento que con el tiempo puede ocasionar problemas de memoria y demencia en aproximadamente 50% de los pacientes. Muchas personas que tienen la enfermedad de Parkinson nunca tendrán problemas de memoria durante el transcurso su enfermedad. Por otro lado, la enfermedad de Alzheimer es principalmente un trastorno de la memoria que rara vez incluye algún tipo de deterioro del movimiento. Aunque ambas enfermedades son progresivas y neurodegenerativas, sus síntomas diferentes provienen de las diferencias en su etiología. La enfermedad de Parkinson se deriva de la pérdida de neuronas productoras de dopamina en un área del cerebro llamada sustancia negra. La dopamina es necesaria en esa parte del cerebro para controlar el movimiento y la coordinación, y se estima que se requiere una pérdida de 60% a 80% de estas neuronas dopaminérgicas antes de que los síntomas se puedan observar en el exterior del cuerpo de la persona. Estos síntomas incluyen temblor en reposo, rigidez muscular, movimientos más lentos y deterioro de la coordinación. Puesto que la causa principal de los síntomas de Parkinson es una pérdida de las neuronas dopaminérgicas, los tratamientos farmacológicos aprobados aumentan la cantidad de dopamina disponible dentro del cerebro. Con el tiempo, a medida que la enfermedad avanza, los beneficios de los medicamentos a menudo disminuyen o se vuelven menos consistentes.

En la enfermedad de Alzheimer las áreas del cerebro inicialmente afectadas son el hipocampo y la corteza entorrinal que son críticas para el aprendizaje y la memoria. Por lo tanto, los síntomas iniciales de la enfermedad de Alzheimer son de naturaleza cognitiva. En la enfermedad de Alzheimer, el neurotransmisor acetilcolina se ve progresivamente disminuido a lo largo del transcurso de la enfermedad. Este empeoramiento de la memoria y del intelecto en general puede avanzar y convertirse en severo sin ningún efecto sobre la coordinación y la capacidad de movimiento del paciente. Puesto que el agotamiento de la acetilcolina es una causa raíz de los síntomas de la enfermedad de Alzheimer, una clase de fármacos llamados inhibidores de la colinesterasa (nombres comerciales: Aricept, Exelon, Razadyne) han demostrado ser eficaces para hacer más lento el declive cognitivo impidiendo la descomposición del acetilcolina. Esencialmente mantienen la acetilcolina presente en el cerebro, pero no impiden la pérdida de neuronas ni aumentan la cantidad de acetilcolina disponible. En 2003, la FDA aprobó otro medicamento para la enfermedad de Alzheimer llamado Namenda, para el tratamiento de casos moderados a severos. Este medicamento trabaja regulando los receptores de otro neurotransmisor en el cerebro llamado glutamato. Aunque los tratamientos farmacológicos tanto de la enfermedad de Alzheimer como de la enfermedad de Parkinson funcionan actualmente alterando sustancias químicas dentro del cerebro, difieren en sus mecanismos de acción y en sus efectos sobre el cerebro. Por eso es esencial que se obtenga un diagnóstico clínico adecuado para las personas al inicio de los primeros síntomas notorios. Con ambas enfermedades, los tratamientos farmacológicos son más benéficos para combatir las etapas iniciales a intermedias de la enfermedad.

I. Epidemiologia e historia de la enfermedad

Historia

La enfermedad de Parkinson recibe el nombre de James Parkinson (1755-1824), médico inglés y reformador social, que fue quien describió la enfermedad por primera vez. Identificó en los síntomas un cuadro clínico propio y lo denominó parálisis agitante (shaking palsy). Desde el punto de vista actual, este concepto es equívoco, ya que el Parkinson no es una parálisis, sino un empobrecimiento creciente de los movimientos que también puede presentarse sin sacudidas, es decir, sin temblores.

El mal de Parkinson provoca la muerte de ciertas células del cerebro, que son las que ayudan a controlar el movimiento y la coordinación. La enfermedad lleva a que se presente agitación (temblores) y dificultad para caminar y moverse.

mientras en Oriente este trastorno neurológico que produce temblores ya era conocido desde el año 425 a.C. Durante más de 4.000 años la Medicina Tradicional China se ha recopilado en textos que conforman un valioso tesoro sobre su cultura. Un grupo de neuroepidemiólogos ha revisado el material en busca de una posible descripción de la enfermedad de Parkinson y la ha encontrado.

Diferentes dinastías chinas han hecho referencia en sus escritos a esta patología neurodegenerativa, que en su mayoría definían como una enfermedad relacionada con el 'viento' y la 'humedad'. Incluso hacían referencia a una 'píldora antitemblores' que paliaba los síntomas.

Gustavo C. Román, que forma parte del equipo que llevó a cabo este minucioso trabajo publicado por 'Archives of Neurology', explica a elmundo.es que "entre la población china la prevalencia de enfermedad de Parkinson es muy baja".

Este estudio se planteó para tratar de esclarecer

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