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Erich Fromm El Miedo A La Libertad


Enviado por   •  10 de Noviembre de 2013  •  1.336 Palabras (6 Páginas)  •  295 Visitas

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No existe en la historia humana una época tan proclive al temor, la angustia y la renuncia a la

libertad como la moderna. La batería de miedos en la cual se encuentra envuelta la sociedad

post-industrial con respecto al “terrorismo”, “al calentamiento global”, a la mutación genética de

nuevos virus o a “los desastres naturales” se presenta como un terreno fértil a la indagación y a

la auto-reflexión. En ese contexto, es más que pertinente traer a colación uno de los libros más

importantes que se hayan escrito en materia política con respecto al Miedo a la Libertad.

Tal vez, la tendencia moderna a reseñar libros recién publicados evita la re-lectura de un

clásico de esta envergadura. Su posición con respecto a la solidaridad moral y al

adoctrinamiento político no sólo resiste la prueba del tiempo, sino que además amerita ser

reseñada a la luz de nuestra convulsionada forma de vivir. Es cierto que Erich Fromm no vivió

los acontecimientos que el 11 de Septiembre de 2001 cambiarían la forma de concebir la

geopolítica, pero sus ideas son ilustrativas incluso para analizar esos hechos.

Alternando la tesis de la lucha de clases y el devenir histórico marxiano con las contribuciones

del psicoanálisis, el autor se encuentra decidido a comprender las causas y consecuencias del

auge del Fascismo en Europa a mediados del siglo XX. Ese es el principio introductorio por el

cual en su introducción señala “hemos debido reconocer que millones de personas, en

Alemania, estaban tan ansiosas de entregar su libertad como sus padres lo estuvieron de

combatir por ella” (Fromm, 2005: 27). Partiendo desde una premisa propia del pragmatismo

inglés por la cual las tendencias autoritarias no se constituyen como fuerzas ajenas a la

voluntad del Estado sino que son la base del Estado Moderno; en esta construcción convergen

las propias actitudes y la devoción a un líder único. En consecuencia, la renuncia a la libertad

se explica por medio de dos factores, el ansia de sumisión y el apetito de poder. Sin embargo,

Fromm reconoce que estas tendencias no son características exclusivas de los totalitarismos

sino que también se encuentran presentes en las democracias e incluso en la ley del “libre

mercado estadounidense”.

Si partimos de la base, que los postulados Hobbesianos sobre el estado hubieren sido

suficientes para explicar la propensión del hombre al mal, no hubiéramos sido testigos de los

atroces crímenes que se produjeron durante la segunda guerra mundial contra la población

civil. Si el hombre entra en un estado de civilidad para evitar “la guerra de todos contra todos”,

¿como se explica el auge del fascismo precisamente nacido de ese estado de civilización?.

Esta pregunta es central para entender el resto del argumento de Fromm contra Hobbes y la

posterior introducción de Freud en la discusión. La irracionalidad y el inconsciente individual tan

de moda en los círculos psicoanalíticos le llegan a Fromm como anillo al dedo en la explicación

de su interrogación previa.

A grandes rasgos según Freud, el hombre en cuanto fundamentalmente malo, debe ser

domesticado en su naturaleza e instintos. La represión de los factores filogenéticos e impulsos

son sublimados en forma de cultura. A mayor presión sobre el individuo mayor civilización y

neurosis (malestar). Sin embargo, su carácter estático requiere de una revisión previa. Desde

Nómadas. Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas | 24 (2009.4)

esta perspectiva, Fromm sugiere comprender las necesidades del hombre como socialmente

dadas: “las inclinaciones humanas más bellas, así como las más repugnantes, no forman parte

de una naturaleza humana fija y biológicamente dada, sino que resultan del proceso social que

crea al hombre. En otras palabras, la sociedad no ejerce solamente una función de represión –

aunque no deja de tenerla-, sino que posee también una función creadora” (Ibid. 33).

El hombre se integra con otros por medio de la imposición de rol y la división del trabajo. Todo

nacimiento y posterior evolución se encuentra condicionado a la imposición cultural y a las

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