Escenas Que Representan La Teoría Conductista.

La escena conductista de la película es cuando se le aplica a Alex, el protagonista, una inyección (estímulo incondicionado) que da como respuesta incondicionada un malestar estomacal en el momento que se le presentan imágenes de violencia y sexo, todo esto acompañado por la Novena Sinfonía de Beethoven. De esta manera el objetivo era asociar la violencia con el malestar estomacal, este procedimiento se repitió durante una determinada cantidad de días con el fin de que el sujeto no necesite más la inyección para sentir el malestar estomacal cuando la violencia era presentada frente a él. Por lo tanto, la efectividad del tratamiento se evidencia cada vez que el joven quiere actuar agresivamente, doliéndole en forma intensa el estómago y no pudiendo ejercer dicha violencia.

Los médicos nunca se detuvieron a pensar cuál era la causa de que Alex no ejerciera la violencia sino que se conformaron con el simple hecho de que no lo hiciera. En conclusión, vemos que la teoría conductista puede condicionar a Alex para que biológicamente responda de determinada manera, pero no puede cambiar su forma de pensar ya que en su cabeza nunca dejó de ser el mismo violento de siempre, pero no pudiéndola ejercer por el tratamiento que le efectuaron.

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