Fausto El Niño Migrante

Me entristece ver como hay personas que a lo mejor tienen la capacidad de terminar una carrera pero por cuestiones económicas tienen que abandonar la escuela para poder ayudar con el sustento de su casa.

En este caso no solo tiene que ver la decisión del niño sino como está influida esa decisión por el contexto en el que vive.

Hoy en día hay muchas comunidades de México que ya están acostumbradas a abandonar la escuela, para migrar a Estados Unidos dejándose llevar por la influencia de sus padres o familiares que ya se han “cruzado”, pero nada más les cuentan las vivencias buenas de cómo ganaron los dólares y como pudieron comprar un carro o una casa. Sin embargo el camino es muy difícil, caminar casi una semana por el desierto sin agua y con los golpes por parte de los “polleros”; abandonando a sus familias y a veces no regresar por que se mueren en el camino o los agarra la policía.

Sería una lástima tener que ver como niños de 15 o 16 años ya piensan en dejar la secundaria para poder darles una vida mejor a sus padres y hermanos. Mi función como futura docente será intentar cambiar esa mentalidad tan cerrada e invitarlos a seguir con sus estudios, motivarlos y darles una perspectiva diferente de cómo se gana el dinero.

En la actualidad se piensa que esta situación ya no es tan común que ya todos tenemos la posibilidad de estudiar, pero no es así, es tan común como lo era hace 5 o 6 años, la única diferencia es que ahora es más complicado y riesgoso. Incluso algunos de mis familiares que vivían en una comunidad de Durango migraron aquí a la ciudad para trabajar y mandarles dinero a sus padres.

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