IMPORTANCIA DE LA ENTRADA DEL NIÑO
Enviado por dan1310 • 15 de Noviembre de 2013 • 1.967 Palabras (8 Páginas) • 241 Visitas
El compromiso del Ministerio de Educación y Deportes consiste en que
todas las escuelas venezolanas se conviertan en Escuelas Bolivarianas
y esta denominación representa una gran responsabilidad por su
connotación histórica, ilustrada, nacionalista e internacionalista que
evoca y a la vez convoca.
La referencia al Libertador Simón Bolívar tiene un profundo valor
para los venezolanos. Sus ideas y acciones constituyen una referencia
ineludible de nuestra nacionalidad. Resaltar lo bolivariano nos dirige a
lo mejor de nuestras tradiciones y a los fundadores de la Nación. Toda
esta situación reivindica nuestras potencialidades y fortalezas como
país y como pueblo. En consecuencia ello nos abre posibilidades para
contextualizarlo y resignificarlo en nuestra realidad de hoy. No se trata,
tampoco, de vivir del pasado sino de reconocernos en nuestro acervo,
para asumir las responsabilidades que hoy corresponden y afrontar
nuestros retos actuales.
El reencuentro con la idea Bolivariana corresponde a la escuela que
conlleva, en Primer Lugar la idea de cambio, de ruptura, de persisten10
cia y de reflexión. El reencuentro con Bolívar, y con el gran innovador
Simón Rodríguez, sirve para tomar ejemplo de quienes, contra toda
clase de avatares, levantaron sus ideas, pensaron con cabeza propia,
combinaron la reflexión y la acción, asumieron con todo empeño el
compromiso de enfrentar el reto de sus tiempos y, precisamente por
eso, trascendieron más allá de su época.
En Segundo Lugar, nos recuerda que un pueblo es algo más que un
grupo de gente sobre un territorio. Así, una nación se reconoce en su
historia y sus referentes comunes, pero sobre todo se construye y reconstruye
en su acción diaria, en su capacidad para asumir un proyecto
conjunto, en función de asumir los retos del momento.
Esta idea nos confronta con la necesidad de reconstruir la nación.
Una nación de todos y no sólo para unos pocos. La escuela debe ser
uno de los espacios donde los actores que han estado relegados puedan
irrumpir a la vida ciudadana, en la construcción de una nación
que se sostenga sobre el diálogo y el reconocimiento de los derechos
políticos, sociales, económicos y culturales de todos. Los lenguajes y
formas de las mayorías y de las minorías, deben ser también protagonistas
en los espacios públicos. La participación tiene que ser el signo
de la nueva democracia, participación desde la diversidad, desde su
reconocimiento y su aceptación, no como aceptación verbal, estática,
inamovible o conformista, sino como visión de construcción y posibilidad.
El reto que estamos asumiendo es el pasar de la democracia
representativa a la verdadera democracia “participativa-protagónica”;
por ello es determinante pasar del discurso a la acción en el reconocimiento
y la integración de la diversidad.
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Nos proponemos, desde la educación, reconstruir el país, mirar hacia
atrás y hacia adelante, recuperarnos, reconocernos, construir futuro
y convivencia. El país no está hecho ni es siempre igual a sí mismo. La
Patria hay que hacerla continuamente para que esté viva; la patria vive
en la medida en que recreamos la nación desde nuestras diferencias,
semejanzas y referentes comunes. Hacer educación es hacer del ciudadano
el nuevo republicano bolivariano. Hacer democracia, es construir
un espacio de todos, es decir, democratizar igualmente al espacio,
como un todo.
En Tercer Lugar, el carácter bolivariano de las escuelas nos recuerda
que somos latinoamericanos y caribeños, y que como tales, tenemos
que ver y comprender hacia el sur, hacia Centroamérica y las Antillas,
porque nuestra suerte es necesariamente compartida y las posibilidades
de futuro común están atadas a nuestra capacidad de integración.
Por último, asumir la nueva escuela venezolana como escuela bolivariana
significa que no podemos quedarnos en el discurso educativo.
El compromiso tiene que traducirse en las aulas, en una práctica
pedagógica abierta, reflexiva y constructiva. Igualmente, en una relación
amplia con la comunidad, signada por la participación auténtica
y en un cambio efectivo del sistema escolar, sus concepciones, procedimientos
y estilos, acordes con el propósito de construir una nueva
ciudadanía.
Lo bolivariano lo encontramos, entonces, en la búsqueda de
referentes comunes, en la disposición al cambio, en la responsabilidad
de reconstruir la nación también desde la escuela,
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