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INFLUENCIA DEL ENTORNO FAMILIAR EN LA EDUCACIÓN DEL NIÑO


Enviado por   •  25 de Julio de 2014  •  1.407 Palabras (6 Páginas)  •  373 Visitas

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INFLUENCIA DEL ENTORNO FAMILIAR EN LA EDUCACIÓN DEL NIÑO

Introducción

La educación no se inicia en las escuelas; de verdad empieza en el seno familiar. La transmisión de valores, hábitos, rutinas, patrones de crianza, creencias falsas y verdaderas etc., es fomentada, en primer lugar, por los padres de familia. Los hijos, más adelante, estarán inmersos en una educación formal en centros escolares básicos, medios y profesionales. Lo importante de esta continua educación es la congruencia e integración del desarrollo humano, considerándose éste como el proceso por el cual una persona en crecimiento adquiere una concepción más amplia, diferenciada y válida y se vuelve capaz de realizar actividades propias de su ambiente. El desarrollo humano supone un cambio en las características de la persona, una constante reorganización en su vida que influye tanto en su percepción como en su acción. La persona va más allá de la situación inmediata para tener una imagen de otros entornos en los que ha participado activamente. En ese continuo desarrollo humano la educación juega un papel importantísimo que no se debe perder de vista. De ahí la importancia de reflexionar, analizar y describir las principales influencias de la educación y su relación con el desarrollo humano.

El propósito de este trabajo consiste en identificar por una parte, los problemas más urgentes que interfieren con la educación familiar y escolar en el desarrollo psicológico de los niños y describir los aspectos más importantes que pueden optimizar una continuidad y congruencia entre la educación familiar y la educación escolarizada en beneficio de los pequeños que serán los próximos adultos.

Desarrollo

Es adecuado iniciar este trabajo con una descripción de la concepción de lo que es ó representa la familia, su importancia, sus funciones etc. La familia constituye el primer entorno educativo de los hijos, y tiene por objetivo llevar a cabo un conjunto de experiencias estructuradas de una determinada manera, a través de las actividades que se relacionen promueven, alientan, y apoyan a la propia familia (Rodrigo y Palacios, 2001), también hay que tomar en cuenta que el principal entorno de los individuos es el núcleo familiar dado que los padres aportan una acción continuada y estable, y su papel es indiscutiblemente muy significativo.

Otro elemento importante a tomar en cuenta en la definición es el considerar a la familia como la unión de personas que comparten en común un proyecto vital de existencia en el que se generan fuertes sentimientos de pertenencia a dicho grupo, y en donde existe un compromiso personal entre sus miembros y se establecen intensas relaciones de intimidad, reciprocidad y dependencia Andolfi desde una perspectiva sistémica (1984 cit. en Rodrigo y Palacios 2001) define a la familia como un conjunto organizado e interdependiente de unidades ligadas entre sí por reglas de comportamiento y por funciones dinámicas que está en constante interacción entre sí y en intercambio permanente con el exterior.

Igualmente importante es la escuela o los centros escolares los cuales se convierten en el escenario central donde se van a desarrollar las experiencias de formación y educación de los niños-alumnos, que se iniciaron en el seno de la familia.

Durante la infancia y la adolescencia, la escuela va constituir un punto de referencia importante, convirtiéndose en una de las principales fuentes de influencia sobre el desarrollo a excepción de la familia ninguna otra institución social va a gozar de una posición tan privilegiada (Oliva y Palacios, 2001).

La familia y la escuela son los contextos principales en los que transcurre la existencia de los más pequeños, tales ámbitos dejarán una fuerte huella en el futuro del alumno. Ambos sistemas mantienen una relación complementaría bajo un común denominador y objetivo primordial: el lograr una educación de calidad para los hijos y alumnos respectivamente. Para ello es necesario llegar a acuerdos y aunar esfuerzos, no sólo con el fin de aprovechar mejor los respectivos recursos, sino también para conseguir la continuidad que tal objetivo requiere.

Es una opción la relación eficaz y productiva entre la familia y la escuela, para los alumnos, siempre y cuando se cumpla como un compromiso a largo plazo que supone un respeto mutuo, un asumir conjuntamente responsabilidades y una amplia implicación de unos a otros en las distintas actividades, esto es, una continuada colaboración a lo largo de toda la escolaridad (Palacios y Paniagua 1992).

A pesar de la evidencia y la necesidad de esa interacción familia-escuela

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