INSTITUCIÓN

Institución

Dar una definición de institución social, es por demás ocioso, al mismo tiempo de ser una tarea, si no imposible, si difícil, toda vez que como lo enuncia Castoriadis, hablar de institución no es posible ya que somos parte de la misma, es decir, “somos un fragmento de la institución de la sociedad”. Para el funcionalismo, la institución puede ser explicada de acuerdo a la función que cumple en la sociedad, existiendo una relación entre las características de institución y los tipos de necesidades que son demandadas por la sociedad con la finalidad de conservarse y perpetuarse (Jacobo y Manero, 2010).

Las instituciones están investidas de significaciones, donde la vida que se desarrolla al interior de la sociedad se desenvuelve en torno a estas significaciones. Es un entretejido que da sentido y que sirve de referente para aplicar normas y valores, que penetran toda la vida de la sociedad, que de alguna forma la dirigen y la orientan (Castoriadis, 1986).

Las significaciones son la médula espinal en la que se sostiene una sociedad, en las que se erigen como unidad. Estas significaciones que explica Castoriadis, se encarnan en los sujetos, es decir, están instituidas en el imaginario de una sociedad dada, como producto de colectivos anónimos dando las bases en las que se estructuran las representaciones del mundo en general. Estas significaciones, (que permiten identificarse y entender lo que es ser: hombre, mujer, joven, arte, etc.) encierran un conglomerado de sentidos que permiten que los sujetos que componen determinados grupos, se constituyan como pertenecientes a ellos e identificados con los ideales, valores, etc., que los conforman.

En una sociedad hay instituciones cruciales, ya que estas organizan el sentido para la misma, llegan a ser centrales como el Estado, la Ley, Dios, la Familia, las cuales remiten a sí mismas. A su alrededor se forman otra serie de instituciones las cuales reciben el nombre de segundas que soportan en su discurso a las primeras. Las significaciones son construidas en la sociedad y de forma imaginaria pues no se palpan, más bien se “sienten” dados los afectos que encierran y con los que se consolidan, con los que se institucionalizan. El individuo se constituye en el imaginario social, de ahí adopta los modos y formas de ser y hacer en el mundo, las leyes y las normas validas dentro de la sociedad para adaptarlas a su entendimiento y adaptarlas en su discurso como propias (Castoriadis, 1983).

Bibliografía:

Jacobo Albarran María de Lourdes y Manero Brito Roberto. (2010). “La migración una Institución” en: “Enseñanza e Investigación Psicológica” CNEIP vol. 15, Núm.

Castoriadis, Cornelius (2007). “Ventana al Caos”. Fondo de Cultura Económica, México.

Castoriadis, Cornelius. (2002) “Imaginario

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