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Importancia De Estudiar Al Ser Humano Desde La Antropología Y La Psicología


Enviado por   •  25 de Agosto de 2011  •  2.380 Palabras (10 Páginas)  •  3.483 Visitas

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EL MISTERIO DE LAS INVISIBILIDADES

(Una mirada etnográfica a la comprensión de la vida)

Joaquín Rojano De la Hoz

INTRODUCCIÓN

En el año 2007, el grupo de investigación Familia y Calidad de Vida de la Fundación Universitaria Luis Amigó nos invitó a participar en un estudio acerca de las empresas prestadoras de salud mental. El trabajo era más de tipo gerencial, para el reconocimiento de la organización en el interior de las empresas.

En la búsqueda de referentes teóricos, la propensión humanista de mi formación y de mi corazón me puso en el camino un libro realmente hermoso: Hacia una nueva comprensión de la locura. Esa obra publicada por Editorial Grijalbo (1981) en Barcelona, recoge la experiencia del cineasta Daniel Karlin, entrevistando a Bruno Bettelheim quien, a la sazón, era el Director de la Escuela Ortogénica de Chicago, dedicada a la recuperación a través del amor y la comprensión de niños autistas, totalmente desahuciados por el sistema tradicional de la ciencia médica psiquiátrica de entonces.

En mis avatares académicos, al mismo tiempo andaba comprometido con la investigación etnográfica a raíz de mi vinculación al programa de Maestría en Educación del SUE Sistema de Universidades Estatales del Caribe, en un programa denominado La etnografía y el estudio del contexto social y educativo, en mi calidad de profesor del curso.

Entonces alcancé la revelación de un vínculo magistral entre Bruno Bettelheim y mi experiencia como profesor de tiempo completo de la Universidad de Córdoba, con este enfoque de la investigación cualitativa. Durante el desarrollo del curso, fui recogiendo los pensamientos del psicoanalista y del comunicador social, recreándolos con experiencias de la vida de los estudiantes y de las comunidades y con las impresiones y argumentos de mi formación.

De esa triangulación de saberes aparecen estas ideas que quiero compartir contigo que transitas por los andurriales de la investigación, de la educación y la pedagogía como formador o, también para ti, como importante actor habitante de tu propia vida cotidiana.

Ese es el sentido de esta ponencia. La idea de la otra mirada, desde la perspectiva metodológica de la etnografía.

1. LA COMPRENSIÓN

En el libro “La fortaleza vacía” de Bruno Bettelheim aparece una niña, Marcia, quien algún día amanece tapándose los oídos con sus propias manitas y no hay fuerza posible humana ni sobrehumana que le quite esa actitud “anormal”. Ha ahí una situación que la normalidad bio-psico-social calificaría como una locura. Marcia, la niña que se volvió loca de repente. Ella se impide las funciones biológicas, físicas, higiénicas, sociales y culturales en el hogar. No puede comer, ni asearse, ni vestirse, ni realizar sus tareas escolares, ni saludar, ni nada de ese mundo prodigioso del ser humano que ha construido el uso de la mano, de la que Aristóteles sentenció que es el instrumento de los instrumentos. Los padres, la familia y todos se aterran frente al fenómeno y apelan hasta a las técnicas de la brutalidad para que suelte las manos y, por lo menos, coja la cuchara. Hay que embutirle los alimentos para que no muera de inanición. Bettelheim, en la Escuela Ortogénica propone que un educador reemplace las manos de la niña por sus propias manos, asegurándole, garantizándole y comprometiéndose con ella que no percibirá el mínimo ruido del mundo exterior. La niña acepta confiada y termina usando sus manos mientras el educador todo el día va detrás de ella cumpliéndole la promesa hasta cuando la niña, en ese espacio distinto, termina mostrando que ella está bien, que quienes están mal, son sus padres y el entorno por la apreciación distorsionada que han tenido del momento que adolece en su vida. Daniel Karlin, un cineasta se interesa por este tratamiento de Bettelheim y nace una película, al darse cuenta ambos que, “el loco”, en realidad no lo es sino que se trata de alguien bien distinto. Así, se descubre “una nueva visión de la locura” (ibíd.) He aquí un cuadro que ilustra una esencia etnográfica: Hay siempre “otra realidad” diferente a “esta realidad” que, como dice el refrán: “Nunca es como la pintan”.

La comprensión es una necesidad del mundo moderno para que sea posible la convivencia y la paz realizable. Las instancias del conflicto en las relaciones de unos con otros, fuerza decir, la locura, tiene precisamente su raíz en la incomprensión. Este aserto resulta del análisis frente a los niños que fueron tratados en la Escuela Ortogénica, cuyos principios misionales se basaban en “…la necesidad de poder manifestar su locura y de presentarse tal como son en realidad, mientras que la presión familiar y social les había obligado, desde un buen principio, a adoptar una actitud totalmente contraria a su deseo original, encerrándose así en una contradicción, de la que ya no podían salir…” (ibíd., 67)

La gente está hambrienta entonces de tener a alguien que le escuche. Pero este verbo no se reduce al simple ejercicio del oído sino que contiene otro componente en su semántica y es permitirle al otro la oportunidad de saber que se le acepta, no importa que no se le apruebe su comportamiento, es decir, que le comprendamos, lo cual se constituye en una ayuda de las mejores.

1.1.1. Sentir, hacer, decir y pensar de otra manera

Del viejo precepto psicoanalítico: “Hallar siempre lo que falta” se puede sostener la esencia etnográfica. Bettelheim (1981, 199) trae el ejemplo de la madre que ve el problema en la hija pero no en ella misma. El psicoanalista le hizo ver que ella escogió una de las posibilidades sin pensar que hay otras. He ahí la índole del investigador etnográfico. Salir de la interpretación que ronda sus explicaciones desde la historia de los juicios y estereotipos en que fue educado.

Quedarse en ese solo sentido es como si fuésemos observadores indiferentes del mundo, no participantes, donde uno cree que lo que sucede alrededor de uno son cosas que no nos incumben. Hay que creer como Bettelheim: “Los problemas de los demás son siempre NUESTROS problemas” (ibíd.) Los inconvenientes de los otros en el fondo no son más que detonadores de nuestras propias angustias.

Es reiterativo pero es así. De esta manera, de la etnografía puede derivarse un sentido terapéutico para el cambio de vida. La cura del otro está en mí y viceversa. La enseñanza está dada: “Una mirada vuelta hacia el otro, y no sólo hacia uno mismo” Este es el desprejuiciamiento necesario para el análisis

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