Inteligencia Emocional Daniel Goleman

Inteligencia emocional es un libro escrito por Daniel Goleman publicado en el año de 1995, este libro nos habla sobre lo el verdadero significado de inteligencia emocional, cuenta la historia de Gary y Mary Jane Chauncey, una pareja que dejó que el amor que tenían por su hija dominara su manera de actuar y así poder rescatarla del peligro, aunque a consecuencia de ello ambos tuvieran que morir.

Por medio de ejemplos y experiencias Goleman nos muestra cómo es que las emociones son el principal dominante de los seres humanos, y que tener una inteligencia emocional es más importante que contar con inteligencia racional o académica.

El hecho de sentir miedo de perder a un ser querido nos puede llevar a actuar impulsivamente realizando cosas inimaginables,

Este libro me lleva a reflexionar sobre el cómo muchas personas (me incluyo) buscamos obtener buenas calificaciones, destacar que tenemos conocimientos de historia, ciencias o que podemos resolver un ejercicio matemático fácilmente, pero en el momento en que tenemos un problema de la vida diaria no sabemos resolverlo, nos gana el miedo y no sabemos cómo reaccionar.

Pero la inteligencia emocional no se trata de dejar de sentir, ni mucho menos de sentir demás, simple y sencillamente basta con el hecho de poder controlar una emoción.

En la escuela, por ejemplo, todos hemos tenido que exponer en alguna ocasión, los nervios son inevitables, quien diga que nunca se ha puesto nervioso es porque no ha sentido un verdadero respeto por su público, pero bueno, el asunto es, que todos sentimos esa inseguridad de fallar y más si es ante un gran número de personas, pero de nosotros depende controlar esa emoción.

Pero la inteligencia emocional no implica solamente controlar, sino que saber en qué momento deben ser expresadas y de qué manera.

Al principio del libro aparece una frase muy cierta que dice “Cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo. Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en e

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l momento oportuno. Con el propósito justo y del modo correcto, eso, ciertamente, no resulta tan sencillo.” (Aristóteles, Ética a Nicómaco). Eso yo lo he aprendido con el paso del tiempo, pues yo era (a veces todavía, pero en menor medida) una persona de esas que “No buscan quién se las hace, si no quién se las pague”. Antes solía enojarme y hablarle mal a todo el mundo, no aguantaba bromas y quería desquitar mi coraje a como diera lugar, ahora para evitar este tipo de situaciones prefiero “aislarme” para pensar y reflexionar en lo que me hizo enojar, para después hablarlo con la persona que haya causado mi enfado.

Hay

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