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Juegos Sexuales Y Conductas Abusivas En La Infancia


Enviado por   •  23 de Junio de 2011  •  1.478 Palabras (6 Páginas)  •  2.737 Visitas

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Facultad de ciencias humanas y de la educación

Maribel Pallo Araujo

Nivel 3 grupo 4 Psicología

Quito, 3 de febrero 2011

Los Juegos sexuales Infantiles y las situaciones Abusivas

Al hablar de un tema de sexualidad abiertamente deberemos empezar primero a reconocer lo complejo del tema ya que imaginario que nos rodea es basado completamente en la sociedad, la sociedad la cual de una o de otra forma es la que a la larga impone límites pero también tabús los cuales determinan si el comportamiento de los sujetos es el adecuado para un termino de aceptación o lo contrario.

Como todo con el tiempo se somete a cambios, la sexualidad de los adultos y los niños no es la excepción. La represión que operaba sobre la genitalidad de los adultos, hoy ha cedido y podríamos preguntarnos qué efectos esto ha producido en la sexualidad de los niños.

Hablemos de la educación sexual, o mejor aún del rol de los maestros, viviendo en una sociedad en la que los ideales pasan por una sexualidad menos represiva, pero estando la institución conducida por docentes formados con ideales más represivos; y temerosos del riesgo de ser acusados por abuso sexual, temen intervenir inadecuadamente y muchas veces no saben qué decir ni qué hacer. Esto hay que cambiarlo y mejorarlo. Algo parecido ocurre con los sujetos que atraviesan una crisis a partir de la caída de la posición paterna; para no castigar ni ser agresivos excesivamente, no saben cómo intervenir y ni hacer, pero muchas veces se asustan y no dicen ni hacen nada.

Tomando en cuenta y basándome en toda la recolección de datos, hablaré sobre los juegos sexuales de los niños, pues me llamó la atención de tal manera que deseo exponer este tema, el cual se basa en la pregunta ¿qué son juegos sexuales? Puede ser útil diferenciar si estamos frente a juegos sexuales, necesarios y normales en la infancia, o frente a algún otro producto de la intrusión traumática de la sexualidad adulta.

“Freud” decía que hay una diferencia entre sexualidad adulta e infantil, lo que caracteriza es ser auto erótica, es decir, que aún no está dirigida a otra persona, sino que se satisface en el propio cuerpo. Su meta o fin sexual es la búsqueda de satisfacción.

“Hablamos” de juegos sexuales, como parte de la sexualidad infantil, básicamente cuando hay acuerdo entre ambos niños de jugar a ese juego. Él mismo tiene un nivel de representación que implica una transformación y una sublimación.

En el contexto social diremos que se enmarca el rol que deben cumplir los niños y las niñas: se juega al doctor y cada uno representa un personaje, hay una transformación en la asunción de esos roles. El juego suele tener reglas acerca de las cuales se ponen de acuerdo ambos niños. Un niño mira y toca a otro como si fuera un médico y es mirado y tocado por el otro como si fuera un paciente. Otra característica de los juegos sexuales es que ambos niños suelen hacerlo en complicidad, en secreto hacia los adultos, y sin relatárselos nunca.

Se juega a la casita o la mamá en el caso de las niñas, las cuales ya están marcadas por una sociedad machista que les ha hecho pensar que es ese rol el que les pertenece en el cual ellas representan el papel de dominadas y se lo representa con tanto énfasis que las niñas juegan a la casita, a limpiar, a atender y cocinar como si fueran las sirvientas del cuento de la cenicienta o a la mamá que se representa: pintarse ponerse tacones y arreglarse porque si no es bella nadie la querrá. Y a ese dicho antiguo, de que “la belleza interna es la cuenta”, es mentira pues la sociedad te vende una idea que si no posees bienes materiales y eres hermosa no hay nada mejor que tienes que tener todo esto para ser feliz.

¿Cuándo pensamos que no se trata de un juego? Cuando un niño obliga a otro y lo somete a realizar algo que no desea. Se instala una situación victima victimisador, y lo que está en juego es el poder de un niño sobre otro. Esto se puede producir no sólo entre un niño de la misma edad si no de diferentes edades e incluso adolescente y niño. Esto suele despertar angustia en quien queda sometido, y le dice a un adulto en el que confíe y le crea. En este caso estaríamos hablando de prácticas abusivas, que diferenciamos de abuso sexual, ya que esta última categoría queda reservada para la intromisión de la sexualidad adulta en la infancia o en la adolescencia.

Las prácticas abusivas de un niño o adolescente hacia otro se producen en una etapa en que aún está el psiquismo en constitución, y nos alertan acerca de la posibilidad de estar frente a una cadena de abusos, o sea, de que el niño, púber o adolescente sometedor esté repitiendo compulsivamente un abuso sufrido en su propia infancia por parte de un adulto. La intromisión de la sexualidad adulta en el niño resulta traumática porque no tiene resolución la tensión psíquica, aunque el niño haya sentido placer en alguno de

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