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LA PERSONALIDAD


Enviado por   •  19 de Diciembre de 2014  •  1.562 Palabras (7 Páginas)  •  155 Visitas

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Desarrollo de la personalidad – Sé tu mismo

1. Motivación para iniciar el tema: Un arquitecto inteligente

Un arquitecto había alcanzado gran reputación en su trabajo, era conocido y famoso en todo el país. Se podía decir que llovían literalmente los contratos, tantos que no daba abasto. Lo cierto es que las casas y edificios que construía eran, por así decirlo, del montón. Exteriormente no se diferenciaban en nada de los que realizaban sus colegas... Pero había algo que no se veía y que era lo que acreditaba su fama. Cada edificio y casa que nuestro arquitecto hacía, estaba levantado para la eternidad: unos sólidos, profundos y bien pensados cimientos eran su secreto. Mimaba ese momento de la obra, estaba presente siguiendo cada paso de la operación, ese era el momento fundamental de su trabajo. De esta manera todo lo demás: balcones, terrazas..., aguantaban sin resquebrajarse ni deteriorarse al paso del tiempo.

2. Reflexión: Desde la Vida 172

Sé tú mismo,

busca el puesto

que es sólo tuyo en el mundo.

Que no lo agrande

tu imaginación

ni tu búsqueda de felicidad

y menos, aún tu orgullo.

Que no lo empequeñezcan

tus cansancios o fracasos.

Conoce tus límites

para no desalentarte ante

lo incambiable.

Conoce tus ilimitaciones

para proyectarte

con optimismo.

3. Cuento: El anciano y el niño

Eran un anciano y un niño que viajaban con un burro de pueblo en pueblo.

Llegaron a una aldea caminando junto al asno y, al pasar por ella, un grupo de mozalbetes se rió de ellos, gritando:

--¡Mirad que par de tontos! Tienen un burro y, en lugar de montarlo, van los dos andando a su lado. Por lo menos, el viejo podría subirse al burro.

Entonces el anciano se subió al burro y prosiguieron la marcha. Llegaron a otro pueblo y, al pasar por el mismo, algunas personas se llenaron de indignación cuando vieron al viejo sobre el burro y al niño caminando al lado. Dijeron:

--¡Parece mentira! ¡Qué desfachatez! El viejo sentado en el burro y pobre niño caminando.

Al salir del pueblo, el anciano y el niño intercambiaron sus puestos.

Siguieron haciendo camino hasta llegar a otra aldea. Cuando las gentes los vieron, exclamaron escandalizados:

--¡Esto es verdaderamente intolerable! ¿Habéis visto algo semejante?

El muchacho montado en el burro y el pobre anciano caminando a su lado.

—¡Qué vergüenza!

Puestas así las cosas, el viejo y el niño compartieron el burro. El fiel jumento llevaba ahora el cuerpo de ambos sobre sus lomos. Cruzaron junto a un grupo de campesinos y éstos comenzaron a vociferar:

--¡Sinvergüenzas! ¿Es que no tenéis corazón? ¡Vais a reventar al pobre animal!

El anciano y el niño optaron por cargar al burro sobre sus hombros. De este modo llegaron al siguiente pueblo. La gente se apiñó alrededor de ellos. Entre las carcajadas, los pueblerinos se mofaban gritando:

--Nunca hemos visto gente tan boba. Tienen un burro y, en lugar de montarse sobre él, lo llevan a cuestas.

! Esto sí que es bueno! ¡Qué par de tontos!

De repente, el burro se revolvió, se precipitó en un barranco y murió.

4. Oraciónes:

Oración de los Jóvenes

Gerardo Joannon ss.cc.

Señor Jesús,

cuyo corazón está siempre atento

a los anhelos de los que en Ti confían:

queremos pedirte la gracia de ser testigos de tu amor,

capaces de vivir alegremente por ti viviendo como Tú,

capaces de acoger el amor que nos regalas

comunicándolo fielmente a los demás,

capaces de hacer de nuestras palabras y obras

la señal más elocuente que sólo buscamos servir.

Que podamos amar como Tú lo haces,

comprender como Tú comprendes,

acoger como Tú acoges,

aceptarnos como tú nos aceptas,

perdonarnos como Tú nos perdonas,

entregarnos como Tú lo hiciste.

Será tu corazón quien, entonces, amará a través del nuestro.

Serán tus palabras las que brotarán veraces de nuestros labios.

Será tu acogida la que entregaremos abundante

a todo hermano.

Que animados por el corazón de la Virgen

podamos ser fieles a la vocación que nos das

para gloria y alabanza tuya. Amén.

Salmo en busca de identidad

¿Me conoces, Señor? ¿Sabes quién soy por dentro?

No te fijes en mi rostros, que no tengo rostro.

A lo mejor, Señor, es un rostro desfigurado como el tuyo.

El tuyo en la Cruz. El tuyo cuando estabas solo en el madero.

Estoy aturdido, desconcertado y perdido en mí mismo.

Quiero hacer camino hacia mi interioridad

y no sé cómo

...

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