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La Adquisición Del Lenguaje Según Jean Paiget


Enviado por   •  28 de Octubre de 2013  •  1.937 Palabras (8 Páginas)  •  500 Visitas

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Teoría de la adquisición del lenguaje según Jean Piaget.

El estudio del desarrollo del lenguaje debe de tener en cuenta que aprender a hablar no es sólo aprender a pronunciar y combinar sonidos y palabras con significado; sino que también, y sobre todo, es aprender a usarlas y entenderlas de acuerdo con las circunstancias físicas, personales y sociales en las que se producen. La adquisición del lenguaje mediante la teoría de Jean Piaget, expone que el ser humano llega al mundo con una herencia biológica, de la cual depende la inteligencia, es decir, se necesita inteligencia para poder adquirir un lenguaje. En esta teoría se refleja cómo se desarrolla el conocimiento cognitivo, la forma en la que el ser humano habilita cognitivamente para hacer la realidad, representarla, transformarla, y aludir a ella en la comunicación, convirtiéndola en referente, lo cual implica entrar en el terreno de los signos y su función en la construcción del conocimiento. Para Jean Piaget, el desarrollo es un proceso inherente, inalterable y evolutivo; sin embargo, dentro de ese proceso sitúa una serie de fases y subfases diferenciadas. Cada fase refleja una gama de pautas de organización que se manifiestan en una secuencia definida dentro de un periodo de edad aproximado para cada etapa; cada etapa sugiere la capacidad potencial y el nivel de conducta probable. A través de la teoría que expone Jean Piaget, se puede ver cómo se desarrolla una persona en desde sus primeros años de vida hasta lograr la madurez intelectual; esto mirado en el modo de pensar del niño en cuestión. Piaget plantea una teoría genética y formal del conocimiento según la cual el niño debe dominar la estructura conceptual del mundo físico y social para adquirir el lenguaje. Esta teoría cuenta con tres etapas fundamentales: la sensorio-motriz (de 0 a 2 años), la de las pre-operaciones o de las operaciones concretas (de 2 a 11años) y la etapa de las operaciones formales (de los 11 años en adelante).

En la primera fase, la fase sensorio-motriz, Piaget describe eficazmente el primer periodo del continuo de desarrollo. Esta fase abarca desde el nacimiento hasta más o menos los 2 años, lapso durante el cual se entiende que el niño es un bebé, a causa de la dependencia de su cuerpo como medio de autoexpresión y comunicación, es decir aún no adquiere un lenguaje verbal. Según los términos desarrollados por Piaget, la palabra sensorio-motriz indica que “el niño crea un mundo práctico totalmente vinculado con sus deseos de satisfacción física en el ámbito de su experiencia sensorial inmediata.” Las tareas fundamentales de desarrollo de este periodo son la coordinación de los actos o actividades motoras, y la percepción o senso-percepción en un todo. El lenguaje en esta fase es de tipo corporal; es decir, el bebé se comunica a través de su cuerpo por medio de balbuceos, gestos, sonidos, entre otros. Este primer período, es el de la inteligencia anterior al lenguaje y al pensamiento propiamente dicho. Es un período de ejercicio de los reflejos en el que las reacciones del niño están íntimamente unidas a sus tendencias instintivas, como la alimentación, y con éste aparecen los primeros hábitos elementales. Bastará que una acción aporte satisfacción para que sea repetida constantemente por el niño. A esta repetición por medio de la cual el niño disfruta y a la vez aprende, Piaget le llama reacción circular. A lo largo de todo el desarrollo este proceso de asimilar y acomodar es análogo a una enorme evolución en espiral: todo conocimiento se inicia en este primer centro y va cambiando, enriqueciéndose y volviéndose cada vez más complejo, y así el ser humano “construye” su experiencia y su saber. Cuando el niño puede imitar de otra persona alguna parte del cuerpo que directamente no percibe; por ejemplo mover la boca, hacer ojitos y repite palabras y frases que escucha, incluso sin tener delante un modelo, nos habla de que el niño ya ha adquirido un esquema mental. El bebé que juega y hace una serie de movimientos y ejercicios adquiere control sobre su cuerpo, crea sus esquemas mentales y se adentra en la adquisición de las palabras que después se convierten en frases, es lo que llamamos lenguaje y consiste en un doble proceso de comprensión de estos símbolos y su utilización para expresar ideas, sentimientos y acciones. El niño juega, platica y reproduce con el juego situaciones que le han impresionado y al reproducirlas enriquece su experiencia y su conocimiento. Para el niño el juego simbólico es un medio de adaptación tanto intelectual como afectiva.

En lo que respecta a la segunda fase, la fase de las operaciones concretas, este período se desarrolla entre los 2 y 11 años aproximadamente, y tiene distintas subfases. La fase pre-operacional se desarrolla entre los 2 y los 4 años del niño. Este es un período de transición entre las pautas de la etapa de egoísmo y la conducta socializada. El niño está en permanente investigación. En el lenguaje el niño es capaz de repetir palabras y asociarlas a objetos. El conocimiento del niño se limita solo a lo que percibe a través de sus sentidos, y desde su modo de pensar limitado deduce, que todos piensan como él y que lo comprenden sin tener que esforzarse demasiado. El niño ocupa gran cantidad de su tiempo en el juego, en el cual afirma sus adquisiciones anteriores, en su juego pone énfasis en el cómo y en el porqué de las cosas. La fase del pensamiento intuitivo, se da entre los 4 a 5 años y medio. Aquí el niño aprende a representarse las cosas mentalmente, por lo que en su lenguaje ya puede utilizar conceptos imaginándoselos. El pensamiento en esta etapa hace que al niño le sea difícil concebir dos ideas al mismo tiempo, no pueda ver el todo sino sólo las partes, y en el lenguaje, el niño ya puede utilizar las palabras para reflexionar sobre los hechos. Inicialmente el pensamiento del niño es subjetivo: todo lo ve desde su propio punto de vista, Piaget habla de un egocentrismo intelectual que es normal durante todo el período preoperatorio antes descrito, cuando se consolida el lenguaje y la fantasía y la realidad no tienen límites claros y definidos, es una edad en la que todavía es incapaz de prescindir de su propia percepción para comprender el mundo. Por eso en este tercer período, llamado de las operaciones concretas, señala un gran avance en cuanto a socialización y objetivación del pensamiento. El niño ya no se queda limitado a su propio punto de vista, sino que es capaz de considerar otros puntos de vista, coordinarlos y sacar las consecuencias. Las operaciones del pensamiento son concretas en el sentido de que sólo alcanzan la realidad susceptible de ser manipulada, aun no puede razonar fundándose en hipótesis. Se inicia una nueva forma de relaciones especialmente con otros niños, pues se interesa por las actividades de grupo y coopera gustoso en los juegos basados en reglas. Con este tipo de pensamiento es común que confronte todas las proposiciones intelectuales y culturales que su medio ambiente le ha proporcionado y que él ha asimilado, y busque dentro de sí y con el mejor instrumento que tiene (el lenguaje y el pensamiento) la acomodación de estas propuestas, lo que le permite pasar a deducir sus propias verdades y sus decisiones. Sus actividades se comparten con el grupo de pares y se enfocan hacia aspectos de tipo social, interés por el sexo opuesto, la música e incluso discusión de temas filosóficos e idealistas. Piaget puntualiza que en esta edad hay que tener en cuenta dos factores que siempre van unidos: los cambios de su pensamiento y la inserción en la sociedad adulta, que lo obliga a una refundición y reestructuración de la personalidad. Como cuarto y último período propuesto por Piaget, tenemos el llamado de las operaciones formales, este período se da desde los 11 años en adelante. En esta etapa se adquiere la lógica hipotético-deductiva y las operaciones combinatorias. El lenguaje no tiene mayores diferencias sino que es el pensamiento el que cambia. Cuando una persona entra en esta etapa es capaz de elaborar teorías e hipótesis para explicarse el mundo, enfocar sistemáticamente los problemas y tiene la capacidad para pensar y razonar fuera de los límites del propio mundo. Aparece el pensamiento formal, que tiene como característica la capacidad de prescindir del contenido concreto y palpable de las cosas para situar al adolescente en el campo de lo abstracto, ofreciéndole un amplio esquema de posibilidades. Con la adquisición de las operaciones formales el chico puede formular hipótesis. En esta etapa el adolescente logra la abstracción sobre conocimientos concretos observados que le permiten emplear el razonamiento lógico inductivo y deductivo. Desarrolla sentimientos idealistas y se logra formación continua de la personalidad, hay un mayor desarrollo de los conceptos morales.

Sin embargo, para Vigotsky, el desarrollo humano se produce mediante procesos de intercambio y transmisión del conocimiento en un medio comunicativo y social (la cultura). Es decir, la transmisión de los conocimientos de la cultura se realiza a través del lenguaje, por lo tanto, el lenguaje es el principal vehículo de esos procesos y es lo que influye decisivamente en el desarrollo de la mente. Las funciones mentales se interpretan como normas sociales interiorizadas como resultado de una cesión de conciencia. Por lo tanto, lenguaje y pensamiento son dos cosas distintas con orígenes distintos y que a lo largo del desarrollo se produce una interconexión funcional en el que el pensamiento se va verbalizando y el habla se va haciendo racional. De tal manera que se regula y planifica la acción. En definitiva, el pensamiento no está subordinado al lenguaje, está influido. Para Vygotsky el lenguaje infantil es inicialmente social (modo de comunicación con los adultos) y es exterior en forma y función. Paulatinamente el lenguaje se interioriza y pasa por un periodo egocéntrico con una forma externa pero con una función interna, y que finalmente se convierte en pensamiento verbal que tiene una forma interna. Las ideas sobre el lenguaje de Vigotsky están basadas en la teoría del aprendizaje constructivista, que sostiene que los niños adquieren los conocimientos como resultado de su participación en las experiencias sociales. Vygotsky se opone a la que postuló Jean Piaget sobre la adquisición del lenguaje. Según este psicólogo suizo, los niños construyen su conocimiento sobre el lenguaje a través de un proceso complejo de asimilación. Piaget hace especial hincapié en la capacidad inherente que posee el cerebro del niño para adaptarse a la estimulación. Por el contrario, Vygotsky remarca la naturaleza social del aprendizaje de la lengua, subrayando la importancia que tiene el entorno donde se desarrolla el niño.

Por conclusión podemos decir que Piaget hace especial hincapié en la capacidad inherente que posee el cerebro del niño para adaptarse a la estimulación. Por el contrario, Vygotsky remarca la naturaleza social del aprendizaje de la lengua, subrayando la importancia que tiene el entorno donde se desarrolla el niño. Piaget y Vygotsky tenían diferentes posturas sobre la relación entre el pensamiento y el lenguaje. Sin embargo, cabe resaltar que sus posturas se complementan en el sentido de que aportan aspectos distintos sobre el desarrollo del pensamiento y el lenguaje. Asimismo, creemos que comprender a cabalidad sus diferencias y similitudes ayudará a aplicar sus teorías de una manera más idónea, sobre todo en el espacio educativo, tanto para comprender el desarrollo de la función simbólica en el sentido de Piaget, como los intercambios sociales que son tan importantes en la teoría de Vygotsky, pues la educación de alguna manera desconoce los aportes de ambos autores o los conoce de manera superflua.

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