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Mas Alla Del Principio De Placer


Enviado por   •  3 de Marzo de 2013  •  1.773 Palabras (8 Páginas)  •  493 Visitas

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MÁS ALLÁ DEL PRINCIPIO DEL PLACER

Sigmund Freud

Alianza Editorial, Biblioteca Fundamental de Nuestros Tiempos (1984)

RESUMEN

El curso de los procesos anímicos es regulado automáticamente por el principio del placer. El placer y el displacer pueden relacionarse con la cantidad de excitación existente en la vida anímica, correspondiendo el displacer a una elevación y el placer a una disminución de la cantidad de dicha excitación. Como dijo Fechner: “Cada movimiento psicofísico que traspasa el umbral de la conciencia se halla tanto más revestido de placer cuanto más se acerca a la completa estabilidad o el displacer cuanto más se aleja de la misma”.

Por ello se puede decir que la vida psíquica es regida por el principio del placer, ya que una de las tendencias del aparato anímico es la de conservar lo más bajo posible o, al menos constante, la cantidad de excitación en él existente. Por eso, elevar la cantidad de excitación conllevaría un sentido antifuncional, es decir, el displacer.

A pesar de este perfecto funcionamiento primario del placer en el aparato anímico, éste tiene varios problemas o inhibiciones, como son:

El principio del placer es inútil y, hasta peligroso en alto grado, para la autoafirmación del organismo frente a las dificultades del mundo exterior. Bajo el instinto de conservación del yo, queda sustituido el principio del placer por el principio de la realidad que, sin abandonar el propósito de una consecuencia final de placer, exige y logra el aplazamiento de la satisfacción y nos fuerza a aceptar el displacer durante un largo rodeo necesario para legar al placer.

Casi toda la energía que llena el aparato anímico procede de los impulsos instintivos que le son inherentes, aunque algunos demuestran ser incompatibles con el resto por sus fines. Dichos instintos incompatibles son separados por el proceso de la represión y privados al principio de posibilidad de satisfacción.

La mayor parte de displacer es displacer de percepción, percepción del esfuerzo de instintos insatisfechos o percepción exterior. Un ejemplo de la transformación de la represión de una posibilidad de placer en una fuente de displacer es todo displacer neurótico, placer que no puede ser sentido como tal. La neurosis traumática es una perturbación que suele aparecer tras graves conmociones, teniendo síntomas motores análogos a la histeria y acusados signos de padecimiento subjetivo.

Tanto para la neurosis como para otras enfermedades se usa la técnica de repetir lo reprimido del recuerdo del paciente, y no recordarlo como un trozo pasado. Para ello se utiliza la obsesión de repetición, que debe atribuirse a lo reprimido inconsciente, material que no puede exteriorizarse hasta que la labor terapéutica no halla debilitado la represión.

Así, la resistencia del yo consciente y preconsciente se halla al servicio del principio del placer porque se trata de ahorrar el displacer que sería causado por la libertad de lo reprimido. De este modo, la labor será la de conseguir la admisión de tal displacer haciendo una llamada a principio de la realidad, lo cual produce disgustos pues saca los sentimientos reprimidos.

Otro término relacionado con el placer-displacer es la conciencia, que es la función de un sistema especial que se denomina Cc. Dado que la conciencia procura percepciones de estímulos externos y sensaciones de placer y displacer que no pueden provenir más que del interior del aparato anímico, podemos atribuir al sistema P-Cc una localización, vuelto hacia el mundo exterior y envolviendo a los sistemas psíquicos. Todos los procesos excitantes que se desarrollan en los demás sistemas, dejan en el sistema P-Cc huellas duraderas como fundamento de la memoria, al contrario que en sistema Cc, que no dejan huellas duraderas. Por tanto, la conciencia se forma en lugar de la huella mnémica.

Estudiado esto, se puede contradecir el principio kantiano que dice que el tiempo y el espacio son dos formas necesarias de nuestro pensamiento, ya que los procesos anímicos inconscientes no pueden ser ordenados temporalmente porque el tiempo no cambia nada en ellos.

El sistema Cc recibe excitaciones procedentes del exterior y del interior, y la diversidad y a situación de las condiciones entre ambos es lo que regula la función del sistema y del aparato anímico. Contra las excitaciones del exterior existe una protección, logrando que las cantidades de excitación que llegan actúen disminuidas. Contra las excitaciones procedentes del interior, sin embargo, no existe ninguna protección, creándose por ello una serie de sensaciones de placer y displacer. Por esto la conducta actúa contra las excitaciones exteriores que conllevan un aumento demasiado grande de displacer. Además hay excitaciones exteriores que tienen suficiente energía para atravesar la protección, como las traumáticas, que ejercen un displacer específico. Para corregirlo, el sistema recibe nueva energía para transformarla en reposo.

Por tanto, las funciones del aparato anímico son independientes al principio del placer, pareciendo más primitivas que a intención de conseguir placer y evitar displacer. Aun así, no se contradice.

La carencia de un dispositiva protector contra las excitaciones del interior de la capa cortical tiene por consecuencia que tales excitaciones entrañen máximas “perturbaciones económicas”. Las más ricas fuentes de tal excitación interior son los instintos del organismo. Un instinto sería, pues, una tendencia propia de lo orgánico vivo a la reconstrucción de un estado anterior, que lo animado tuvo que abandonar bajo el influjo de fuerzas exteriores perturbadoras.

Por ello, si todos

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